Tal y como preveía en la entrega anterior acerca de las perspectivas alrededor de la primera reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de este año 2011 en Viena, el pasado miércoles se produjeron acontecimientos que avalan lo expresado.
Precisamente como si fuese una novela mala que repite el libreto una y otra vez, la reunión de este cartel terminó de manera abrupta, sin ningún acuerdo sobre la cuota de producción de petróleo por día, pues unos aspiraban a mantener la misma cuota, entre ellos Irán, Venezuela y Argelia, pero otros como Arabia Saudita sostenían que se tenía que aumentar 2.5 millones de barriles más.
Los sauditas, mediante su representante ante la OPEP AiNaimi, hizo sentir su disgusto proclamando: “Este ha sido el peor encuentro de la historia de la OPEP” y de manera desafiante agregó que: “Arabia Saudita se compromete, independientemente de lo que se acuerde, a elevar su producción para aumentar la cuota diaria”. Mientras tanto ya Nigeria anunció el aumento de su producción diaria.
Este comportamiento de los miembros del cartel petrolero da más validez a lo que explicaba la semana pasada del sistema de cuotas de producción y la desintegración de la entidad como tal. Sin embargo, aunque a primera vista sea vea como un conflicto en el campo energético, la verdad es que la situación es más compleja, en razón a que abarca grandes diferencias políticas, culturales y religiosas entre Irán y Arabia Saudita, así como también la guerra civil en Libia y la rebelión en el Norte de África.
El mercado por el momento no ha valorado este conflicto de manera positiva ante el estado de incertidumbre creado, con un crudo que tiende al alza y que se manifiesta con el de Texas (WTI) que aumentó desde los 98 dólares en la sesión del martes a 102.44 dólares pocas horas después en la misma sesión.
Ahora bien. Como apuntaba uno de los principales analistas de energía Phil Flynn: “La peor reunión que la OPEP haya tenido puede que sea la mejor reunión para la economía mundial…”
Coincido con el irlandés Flynn, pues interpreto esa pugna como un alivio para los mercados, ya que una probable disolución del cartel y la eliminación de la manipulación de producción bajo el sistema de cuotas le abre las puertas al libre mercado, permitiéndoles a los diferentes países productores negociar de “tú a tú”.
Es cierto que en todo hay siempre ganadores y perdedores y luce que en este caso la República Rusa será el gran ganador, tomando en cuenta que es el único país que ha mantenido una producción ascendente en los últimos 5 años, estableciendo inclusive una productividad record para este año 2011 con más de 10.5 millones de barriles por día. Pero además desde hace dos años es el principal productor y exportador del mundo.
Es de dominio público que el líder ruso Vladímir Putin ha hecho énfasis que sea de interés nacional mantener la producción por encima de los 10 millones bpd, siendo, paradoja de la vida, China su principal consumidor.
Es por lo señalado más arriba que el más extenso país del mundo es un elemento clave ante la crisis de la OPEP, y que hay que tomar con un granito de sal, ya que además de ser el principal productor del crudo hoy en día es también el segundo principal productor y exportador del mundo de gas natural, después de Estados Unidos, contando con un 25 por ciento de la producción mundial.
Importante es señalar que más del 50 por ciento del gas que sale de Rusia se queda en los países europeos transportado vía oleoductos cruzando a Ucrania. El gas natural es el recurso de preferencia para la calefacción y muchas veces es utilizado como un instrumento de chantaje político por parte de Rusia, suspendiendo en numerosas ocasiones la distribución de energía a Ucrania por tensiones políticas en medio del más crudo invierno.
A medidas que pase el tiempo y la OPEP siga en su constante debilitamiento en los mercados, el papel de los rusos será cada vez más importante tanto en el plano político como energético, sobre todo porque juega un papel fundamental en la paz global en el triángulo amoroso China-Estados Unidos – Rusia.
Estimo que después de todo es preferible sentarse con un país como Rusia donde no existe el fundamentalismo religioso, aunque políticamente cuente con una dirigencia muy calculadora que todo lo mueve como pieza de fino ajedrez, pero que simultáneamenteesmás dispuesto a las negociaciones yaunque luzca un contrasentido es obviamente más pragmático.
Englewood, N.J.,
11 de junio, 2011.