Un cuento de hadas para adultos, profundamente triste y trágico.

El parecido del libreto de Jaroslav Kvapil con el cuento "La Sirenita" de Hans Christian Andersen se ciñe estrictamente al tema del amor de una criatura acuática por un hombre y su resistencia a matarle como manera de acabar con el propio sufrimiento. Las rusalky son personajes de la mitología checa — ninfas que en una vida pasada fueron jóvenes que cometieron suicidio al ser rechazadas por sus enamorados. En su estado actual de ninfas, atraen hombres jóvenes y los arrastran al agua para hacerles morir en sus abrazos.

Estrenada en 1901 en Praga, Rusalka de Antonín Dvorák recibió centenares de interpretaciones en el país natal del compositor en la primera mitad del pasado siglo. Internacionalmente, recibió también atención y fue objeto de importantes producciones. Luego, cayó bastante en el olvido hasta hace un par de décadas cuando la diva estadounidense Renée Fleming incorporó a su repertorio el trágico rol de la ninfa y ha cantado con tremendo éxito el rol en las más importantes casa de ópera del mundo.

La heroína de esta ópera, la rusalka — nombre común más que propio —, representa la forma más pura de amor. Rusalka ama la vida y ama todo lo que está vivo y vibrante, lo que es creativo e inspirador. Este personaje emprende un viaje emocional desde una pre-adolescencia hasta la madurez, manteniendo siempre su amor. Alcanza la plenitud al encontrar la capacidad de perdonar a su amado príncipe al final.

El argumento de la ópera es un verdadero cuento de hadas: la ninfa Rusalka se enamora de un príncipe que ha visto nadando en las aguas del lago en el que vive. A pesar de la aprensión de su padre, el duende o Vodník, ella ruega a Ježibaba, la bruja del bosque, que la transforme en una mujer para así poder consumar su amor. El precio de esta transformación es que Rusalka pierde por completo la capacidad de comunicarse a través de la palabra con cualquier otro ser humano. Más aún, si el hombre que ama la traiciona, ambos quedan malditos para siempre. En forma humana, Rusalka atrae al príncipe que queda prendado de ella y desea hacerla su esposa. Cuando el silencio de la ninfa hecha doncella aleja al príncipe, este pone su atención a una princesa extranjera. Ježibaba dice entonces a la desdichada Rusalka que ella puede salvarse matando al príncipe, pero la heroína prefiere sufrir por toda la eternidad. El príncipe regresa, habiendo caído por fin en cuenta de su genuino amor por Rusalka. Esta le hace saber que al besarle, su beso lo matará. Él insiste, ella le besa y él muere. Esperando que Dios tenga misericordia del alma de su amado, la ninfa vuelve al agua, de donde provino.

Rusalka se presenta hoy en el cine Acrópolis, dentro de la temporada de Metropolitan Opera Live in HD, con Renée Fleming en el papel protagonista.