Uno de los principales obstáculos que deben enfrentar las campañas de vacunación son los rumores, mensajes no basados en evidencias, que circulan a un ritmo trepidante en la era de las redes sociales.

La antropóloga y experta en comunicación sobre inmunización, Heidi Larson, ha publicado un libro interesante sobre el tema titulado Stuck, How Vaccine Rumors Start–and Why They Dont Go Away. En esta obra, apoyándose en una amplia literatura sobre la temática, y en sus propias experiencias trabajando “in situ” para UNICEF, analiza las características y funcionamiento de los rumores.

Larson toma como uno de sus antecedentes a Allport y Postman, autores de un clásico al respecto: La psicología del rumor. En este libro se analiza el rol que juegan los espacios de ambigüedad para la emergencia de los rumores.

Allí donde existen resquicios para dudar sobre las afirmaciones que contradicen nuestros prejuicios, crece el rumor: una nueva vacuna cuya inoculación coincide con daños a la salud abre el horizonte a la actitud anti-vacuna; un ambiente de lagunas informativas puede propiciar teorías de la conspiración; un escenario de fractura política puede servir de excusa para el boicot a una campaña oficial de vacunación.

Otro clásico de la temática que sirve de marco conceptual a Larson: The Crowd: A Study of the Popular Mind, de Gustav Lebon, aborda el importante rol que juega el anonimato como estímulo para el rumor. La situación de ocultamiento inherente al anonimato libera al agente de la responsabilidad de lo que afirma y de sus consecuencias.

Puede agregarse que el anonimato deja al propiciador del rumor plácidamente situado  en la “justificación de tertulia” donde se siente docto y en situación de control, sin tener que someterse a un angustiante proceso de justificación epistémica.

Como el psicólogo Jamuna Prasad, quien había realizado un estudio sobre la psicología del rumor en India, Larson recuerda que también las situaciones de interés colectivo, emocionalmente perturbadoras y con muchos aspectos desconocidos para las personas propician el rumor. Estas situaciones las vivimos en el contexto de las campañas de vacunación contra la pandemia de COVID-19.

Este enfoque es importante al subrayar la dimensión emocional del rumor y destacar que el mismo permite a las personas lidiar con situaciones angustiantes. También, nos indica por qué los rumores no desaparecen simplemente por una campaña informativa basada en evidencias.

Larson coloca ejemplos históricos donde los rumores fructificaron en un clima de desconfianza política hacia las autoridades. Me parece un aspecto importante para la realidad latinoamericana. En nuestras sociedades lesta desconfianza está arraigada por décadas de hipercorrupción, manipulación oficial de las informaciones y autoritarismo. Por tanto, no es extraño que segmentos importantes de nuestras poblaciones se sientan reacias a acatar decisiones que interpretan como interesadas, ajenas o lesivas, como se entienden muchas veces las campañas de vacunación o las medidas de confinamiento.

En este sentido, la experiencia de la pandemia es una oportunidad para repensar el modo en que nuestras autoridades se relacionan con la denominada sociedad civil. Un modelo de educación y ejecución de políticas públicas más participativo e inclusivo contribuye a que la ciudadanía se involucre emocionalmente con las situaciones problemáticas y reduce escenarios que propician rumores nocivos. Si la pandemia pone a prueba la capacidad para la solidaridad de la ciudadanía, también pone a prueba la vocación democrática de sus gobernantes.