1931, agosto 16. Es fundado el Partido Dominicano. Se niega a inscribirse en  dicho Partido. Su no-inscripción en dicho partido le acarreó ciertos inconvenientes en Puerto Plata.

1931. El presidente de la República, Rafael Leónidas Trujillo Molina convocó al síndico, Luis Pérez y a los cuatros regidores a una reunión en la fortaleza San Felipe, de Puerto Plata a quienes  conminó  presentar renuncia a sus cargos. Veamos cómo nos narra dicho episodio el propio regidor Rufino Martínez: “Una tarde se presentó en la escuela que yo dirigía un coche  enviado por el señor Síndico Luis Pérez. Fui a su oficina y allí encontré al Regidor José María Morales (Moralito). Los otros regidores, Arturo Santiago y el doctor Antonio Tejada, no fueron encontrados. Los tres allí reunidos acudimos a la fortaleza San Felipe, donde nos aguardaba el Presidente Trujillo. Estaba en el edificio de la comandancia, y noté que en torno a la misma, militares, con ametralladoras vigilaban. Anunciada nuestra presencia, sentados ya dentro de la Comandancia, un oficial expresó que pasaran dos regidores presentes. De pies los tres en la entrada de una oficina, donde había aguardado el hombre, nos manifestó su deseo de que le cediéramos los cargos de regidores, para una combinación política que llevaría a cabo. Terminó diciendo que a cambio de esa concesión él quería saber que deseábamos. Moralito habló el primero, aludiendo al empleo que había tenido en el Ferrocarril Central Dominicano y se lo quitaron. El hombre le dijo: “Yo le haré extender un nombramiento para que vuelva al cargo”. Llegó mi turno de hablar, y le manifesté que yo estaba en el Ayuntamiento como representante del pueblo, pero si se presentaban intereses necesitados del cargo, yo lo renunciaba sin desear por ello compensación alguna. Con esto terminó como el primer acto de una representación escénica. Debo anotar que la ocasión era propicia al parecer, para yo pedirle al hombre la ayuda o protección que no me había sido lograr desde el régimen de Horacio Vásquez para ir a residir a la Capital, con propósito estrictamente intelectual. Pero en aquel momento, en mi espíritu sólo prevalecía el calor de la altivez que desprecia todo lo venido de un soberbio señor poderoso”. (26)

El hombre (léase Trujillo) como llamó Rufino Martínez estaba conformando su maquinaria para una dictadura en el país  con estas acciones. Además, asesinatos de opositores en todo el territorio nacional (27) y la creación de un partido único.

1931. Fue llevado a los tribunales de Puerto Plata y condenado a un peso de multa por difamación, por escribir un artículo intitulado: “No tal calvo”. Fue defendido por el Lic. Amiro Pérez Torres.

Al cumplirse el primer año de la Era de Trujillo en 1931, Rufino Martínez comenzó a escribir sobre aquel régimen las páginas, que tituló: “El primer año de la Era”, que sería el tercer tomo de Hombres dominicanos. Martínez escribió al respecto lo siguiente: “Iba a cumplirse el primer año de lo que resultó la era de Trujillo cuando obsedido por la realidad política y social del momento quise captar en unas cuartillas el escenario en el cual no pasaba yo de ser un espectador, pero atormentado por el dolor del pueblo. Era ya un entusiasta cultivador de la historia, aunque no  había publicado”. En dicho tomo de Hombres dominicanos aparecen las páginas que escribió en agosto de 1931. (28).

1932. Nace su quinta hija: Lucía Martínez de Láncer.

1934. Renuncia como Director de la Escuela Normal de Puerto Plata, después de 23 años en el magisterio. 

1934. Se traslada con su familia, a la ciudad de Santo Domingo de Guzmán  a realizar labor de escritor. En la capital pudo estrechar lazos de amistad con escritores e intelectuales. Encontró también el rechazo de algunos de éstos. (29)

1935. Participó muy activamente, en calidad de miembro en las actividades realizadas por el Instituto de Investigaciones Históricas (30), presidido por el reputado historiador y escritor doctor Gustavo Adolfo Mejía Ricart. Participó muy activamente en la serie de conferencias que dictó dicho Instituto, siendo él uno de los conferenciantes antes la matrícula de esa institución.

Citas

  1. Páginas de mi vida. Santo Domingo, Editora Cultural Dominicana, 1975, página 62.
  2. El primero asesinado en el primer año de la Era de Trujillo, en Sosúa, Puerto Plata, lo fue el agricultor José Joaquín  Pelegrín (a) Culula. Véase a Rufino Martínez. Hombres dominicanos: Rafael Leónidas Trujillo, tomo III. Santo Domingo,  Editora del Caribe, 1965, página 45). En otras regiones del país se había asesinados a dominicanos, como fue el de San José de las Matas con la muerte de Virgilio Martínez Reyna y su esposa  doña Altagracia Almánzar de Martínez, estaba embarazada.
  3. Hombres dominicanos. Rafael Leonidas Trujillo Molina, tomo III. Santo Domingo, Editora del Caribe, 1965, página 44.
  4. Con las primeras personas que estrechó  lazo de amistad fueron con los señores Pericles Franco y el escritor e historiado Gustavo de Adolfo  Mejía Ricart.
  5. Rufino Martínez, calificó a ésta institución así: “Una sociedad fundada excepcionalmente con espíritu de independencia, tuvo su primer año de prueba y de virtud, discutiendo y esclareciendo puntos de la historia nacional, y llenando así el grande hueco de la Academia de la Historia. Pero la reputación adquirida le hizo perder ecuanimidad y salirse del plano modesto conveniente a su género de labor en nuestro medio de pobreza cultural, y aceptó la oficiosa invitación de tomar como escenario los vistosos salones del ateneo, y ahí empezó su pasividad y el rehuir la discusión sobre temas de historia viviente dominicana. El marasmo que afectaba a lo intelectual, a pesar de todos los anuncios en contrario, también infectó al Instituto, haciéndolo conformarse con nombre y nada más”. (Véase Hombres Dominicanos. Rafael Leónidas Trujillo Molina. Trujillo y Heureaux, tomo III. Santo Domingo, Editora del Caribe, 1965, páginas 237—238).