3. Pensamiento:
La superstición es uno de los ingredientes del ser humano, no como principio integrante de su naturaleza, sino por consecuencia de sus naturales limitaciones. (1)
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Lo más extenso y permanente en el hombre es el pensamiento. (2)
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Nada en lo creado está enteramente aislado o libre de alguna dependencia, equivalente a la mutua relación entre la parte y el todo. (3)
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Los actores de las luchas bélicas que entre nosotros los dominicanos constituyeron en el pasado la porción más activa y vigorosa del pueblo, casi todos estuvieron afectados de lo supersticioso. (4)
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Cuando hay fe en lo creído, su valor para lo perseguido persiste, cuando no lo hay, la magia o virtualidad del recurso se desvanece. (5)
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La palabra es su coordinado conjunto llamado oración, tiene un poder a veces maravilloso, y quienes no lo niegan se exponen a grandes sorpresas y chascos. (6)
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La Biblia, dentro de esa apreciación, es la mayor fuente de esa clase de recursos, capaz de servir como medio defensivo y ofensivo en la vida. (7)
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El hombre está considerado como un animal de costumbres. (8)
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No creas en Abogado sin oficina y sin biblioteca como obras de consulta… (9)
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Los efectos de la lectura son muy variados. Suministra informe de lo deseado y no deseado; enseña y guía como el maestro; sugiere concepciones de realización lejana, y cual es ineludible comprometer lo más nobles esfuerzos humanos; prevee el espíritu de recursos defensivos contra los males inevitables de los caminos de la vida; sirve de generoso refugio y de compañero cuando ocurre el caso de quedar el individuo prisionero de la soledad; aligera o alivia de pesares cuando éstos agobian el alma; aplaza el recuerdo de las amarguras, y más comúnmente que todo lo antedicho, mantiene encendida en cada mundo interior la luz risueña da la alegría. Consuela, exalta y fascina; corrige, entona y alienta; y disciplina, modela y adiestra. (10)
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Cada vida habla por sí, o conforme a sus actos, y éstos son estimados o censurados según correspondan al patrón de la virtud o el vicio establecido por la moral de la época.
Se comienza leyendo a todo el mundo, sin saber uno distinguir la calidad de lo leído; pero corrido el tiempo y ya madurado el juicio y formada algo así como conciencia crítica, se acaba por no leer a todo el mundo. (11)
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No hay fórmula o procedimiento en la actividad de las lecturas, aplicable a todo el que adopte, porque para cada espíritu, por razones de índole personal, aparece alguna variedad alteradora de la línea seguida por otro, de suerte que a cada quien le toca adaptarse a su temperamento o a su sicología. (12)
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El hombre viene al mundo armado de los recursos defensivos y ofensivos de las pasiones, mas las facultades anímicas, con las cuales crea una realidad suya, paralela o concurrente con la de la naturaleza, de la que él mismo es una emanación. (13)
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La vida está diversificada por distintos planos superpuestos desde lo ordinario y corriente hasta las manifestaciones superiores de las cosas espirituales, o más adecuadamente de la cultura; pero entre toda esa diversificación hay ciertas exigencias para el hombre, que en cierto modo no varían porque expresan algo así como una ley general, la cual, si se evade, origina el fracaso del individuo. (14)
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La enemistad se debe evitar, pero si viene hay que aceptarla, como se acepta la amistad. Es parte de la vida, y muchas veces a consecuencia de ella se realiza un noble objetivo. (15)
La vida es un libro perennemente abierto y legible para todo el mundo, porque está escrito con actos y no con palabras. Por ser así, la puede conocer todo el mundo, como si dijéramos: es dable hacerlo al ignaro o analfabeto al igual que al instruido. (16)
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Conocer la vida no estar enterado de cómo son o se desenvuelven las cosas de ella, sino asimilar o adaptar sus enseñanzas y ajustar el individuo el desenvolvimiento de su vivir de las normas de ese aprendizaje. (17)
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Cuando se pisan los últimos planos de la existencia, desde donde mirando atrás se ponderan actividades espontáneas o forzadas a las cuales se pagó tributo, se deriva cierto aprendizaje, y uno de ellos es el de las compensaciones o sustitutos de recursos para satisfacer necesidades añejas la naturaleza del ser humano. (18)
Notas
- Rufino Martínez. Disertaciones, página 10.
- Idem, página 12.
- Idem, página 12
- Idem, página 20
- Ídem, página 12.
- Ídem, páginas 24.
- Ídem, página 24/
- Ídem, página 32.
- Idem, página 34.
- Idem, página 36
- Idem, página 44
- Idem, página 49
- Idem, página 49
- Idem, página 54
- Idem, página 55
- Idem, página 59
- Idem, página 61
- Idem, página 61