En 1943 logró publicar Hombres Dominicanos: Santana y Báez (64), gracias al editor Mario Fermín Cabral, publicó dicha obra y se conformó con la mitad del valor de la edición.
La obra salió siete años después de transcurridos del primer tomo de Hombres dominicanos
El Académico Correspondiente doctor Vetilio Alfau Durán, escribió un comentario sobre la misma en la revista Clío y dice: “Este volumen es el segundo de la serie de “Hombres dominicanos” que viene publicando el historiógrafo puertoplateño Rufino Martínez.
“…muy estimable valor de esta obra del acucioso escritor, cuyo objeto queda cumplido al destacar en alto relieve la vida y la obra de los personajes que estudia. (65)
Así como también, hizo un comentario sobre dicho libro el intelectual español Segundo Serrano Poncela.
A partir de ahí no publicó más libro para no tener que enviar los mismos a la Comisión de Censura del Gobierno. Jamás volvió a publicar en la Era de Trujillo, durante veinte años.
Trabajó en 1944, en la Comisión encargada de la publicación de la “Colección Trujillo”
Durante éstos veinte años siguió escribiendo obras y dejándolas inéditas.
Mantuvo hasta el día de su muerte una columna en el periódico santiaguero La Información, bajo el epígrafe: ”De mis cuadernos de apuntes”. (66)
Ojalá que la Academia Dominicana de la Historia, buscara un patrocinio para rescatar del olvido todos sus escritos que escribió en sus columnas de marras por muchos años en La Información, Ecos del Norte y Analectas.
Durante los treinta y años de dictadura de Trujillo, rechazó todos los cargos que se le ofrecieron.
Después del ajusticiamiento del dictador dominicano, publicó en 1963 el libro: Del Puerto Plata de ayer, tomo I. (67) El mismo reúne quince ensayos escritos en diferentes épocas.
El conocido periodista y escritor español Manuel Valldeperes publicó en el periódico El Caribe, de fecha 21 de noviembre de 1963 un comentario sobre el libro Del Puerto Plata de Ayer, y dijo: “La evocación es una manera inteligente de revivir. Y es cierto que recordar es vivir dos veces, la evocación escrita, como evoca el pasado Rufino Martínez en su libro Del Puerto Plata de ayer no sólo implica revivir en si lo evocado, sino ofrecer a las generaciones jóvenes, al través del testimonio del pasado, una explicación justa a muchas cosas del presente.
“Del Puerto Plata de Ayer no pretende ser historia; tampoco pretende ser biografía. Lo integran, eso sí, recuerdos muchos recuerdos, de personas y de hechos. Son crónicas evocadas de tipo periodísticos escritas por un buen observador de las realidades cotidianas y formadas por hechos extraídos de esta misma realidad. Por eso, en cierto modo y sin pretenderlo, son historia y son biografías.
“Historia y biografías revestidas del más alto atributo reclamado por la historia y la biografía: sinceridad que, en este caso –en el caso de las evocaciones—significa veracidad. Los hechos a los cuales se refiere Rufino Martínez no parecen tener importancia, precisamente porque son hechos arrancados de la cotidiana trivialidad anecdótica; pero son hechos con espíritu y esta espiritualidad se la dan los hombres, que son los seres anecdóticos y, por consiguiente, los genuinos forjadores de la pequeña gran historia de cada día.
“Es cierto, sí, que Rufino Martínez evoca hombre y hechos con amor, que es la pasión permitida al historiador si éste, como todo ser humano, se siente personalmente atraído por las circunstancias vitales de la historia. Y es lógico, porque lo contrario resultaría inconcebible.
“Los quince trabajos que integran el libro son –cualquiera que sea su fondo, su estructura y su propósito: crónica comentario o crítica—reflejo de una viva realidad puertoplateña, con la trascendida presencia del hombre como determinante de los hechos, convertidos, éstos en sustancia histórica. En sustancia histórica valorada ahora por el tiempo.
“Hay vivacidad y trascendencia, hay espíritu, en cada uno de los recuerdos que ganan actualidad al ser narrados con la simplicidad de la crónica y la objetividad del hecho diario; pero, precisamente por esta simplicidad y esta objetividad, la actualidad del recuerdo se convierte en elemento positivo para la historia, porque para comprender verdaderamente –para reconstruir la historia y sobre todo la historia de una ciudad—es indispensable conocer íntima y espiritualmente a los hombres que la vivieron con sus actos. Y a esa comprensión tiende, principalmente, Del Puerto Plata de Ayer”. (68)
Citas
64/ En su Editorial El Diario, de Santiago, 1943. 228 páginas.
65. Reproducido en Vetilio Alfau Durán en Clío. Escritos (I). Copiladores Arístides Incháustegui y Blanca Delgado Malagón. Santo Domingo. Editora Corripio, 1994, página 705
66. Los últimos artículos que publicó en esa columna, fueron: 1) Una velada literaria, en fecha 9 de enero de 1975, página 3; Sobre historia, de fecha 16 de enero de 1975, página 2; y La estación del ferrocarril, del 25 de enero de 1975, página 2.
67. Santo Domingo. Editora del Caribe, C. Por A., 1963. 126 páginas. Llegó a publicar en El Porvenir, de Puerto Plata, dirigido por el venezolano Dr. José Ignacio Certad Hernández; el primero que aparece en dicho libro: El cuarto de Matuca, en la columna Del Puerto Plata de ayer, que tituló el director. De ahí, que el título del libro se le ocurrió a Certad Hernández.
68. José Chez Checo, compilación, nota, introducción y cuidado de edición de la Obra crítica en el periódico El Caribe. Volumen III. Literatura y música de Manuel Valldeperes. Santo Domingo. Editora Taller, 1998, página 188—190.