También el periodista Pedro María Archambault publicó un breve comentario sobre dicho opúsculo en El Diario, de Santiago.

Rufino Martines  sostuvo una agria polémica a través del periódico Ecos del Norte con el escritor Jaime Colson (1863—1952). (40)

En Puerto Plata comenzó a escribir su primer tomo de Hombres dominicanos, en 1924, durante el gobierno del comerciante Juan Bautista Vicini Burgos (1871—1935). El primer ensayo en escribir fue acerca del dictador puertoplateno Ulises Heureaux (41). Luego, escribió el segundo sobre el santiaguero e ilustre tribuno Eugenio Deschamps. Ambos ensayos se lo dio a leer al connotado jurista y juez de la Corte de Apelación de Santiago, licenciado Fidelio Despradel (1861—1925). Estos dos enjundiosos ensayos se lo envió también a La Vega a su amigo el intelectual y escritor Federico García Godoy para fines de que lo leyera  y opinara. A los ocho días después le devolvió los dos trabajos y una tarjeta que contenía su autorizado parecer, precisando “el valor del mismo respecto al medio intelectual dominicano. Le comentaba además, “haber encontrado en el desarrollo del trabajo el asomo de una filosofía política, que por si  le daba un carácter nuevo a esa clase de estudios entre nosotros”. (42)

En 1925 publicó su segunda obra: Estudios de la labor literaria del fenecido escritor don Federico García Godoy. (43)

En 1925 viajo por primera vez a Santo Domingo por varios días en asuntos intelectuales.

El 7 de mayo de 1928, fue fundada en Puerto Plata la “Sociedad Cultural Renovación”, siendo él uno de sus fundadores, y a quien se le ocurrió el nombre de esa organización cultural. (44)

Fue él también la primera persona que dictó una conferencia en dicha institución, bajo el título: Los primeros conocimientos científicos y los empíricos (45), en el teatro Municipal, de Puerto Plata. En dicha disertación Rufino Martínez “trata acerca de las ideas lógicas de Hostos”. De esa manera puso de manifiesto sus amplios conocimientos de filosofía.

Rufino Martínez fue simpatizante del Partido Republicano, dirigido por el licenciado Rafael Estrella Ureña (1889—1945). (46) Dicho partido fue uno de los que conformó  la Confederación de Partidos que apoyó la candidatura de Trujillo Molina—Estrella Ureña en las elecciones del 16 de mayo de 1930. En las mismas hubo irregularidades y fraudes.

El destacado profesor Martínez fue nominado en la boleta de dicha Confederación,  como candidato a Regidor del Ayuntamiento del Municipio de Puerto Plata, siendo electo. (47)

El 23 de julio de 1931 fue creada la Academia Dominicana de la Historia (48), mediante el decreto No. 186, dictado por el señor Rafael Trujillo (1891—1961). Los fundadores y miembros de dicha institución fueron trece (49), tres de ellos no aceptaron, que fueron: Dr. Américo Lugo (1870—1952), Lic. Leonidas García Lluberes (1882—1965) y Dr. Alcides García Lluberes (1889—1967). En lugar de los miembros que no aceptaron, fueron propuestos: doctor Pedro Henríquez Ureña (1884—1946), Félix Evaristo Mejía (1885—1945) y el profesor Rufino Martínez (1893—1975), éste último rechazó tal designación. (50)

Se mantuvo al margen de la Academia de la Historia en sus actividades y nunca publicó artículo alguno en su revista Clío. Ya que en los primeros años se le negó el envío del mismo. Así como también el Boletín del Archivo General de la Nación. (51)

Se negó rotundamente a ser miembro del Partido Dominicano, fundado por el presidente de la República, Rafael  Trujillo (1891—1961). (52)

Su no-inscripción en dicho partido le acarreó ciertos inconvenientes en Puerto Plata.

En el año 1931 por haber escrito un artículo bajo el epígrafe: “No tal calvo”, fue llevado a los tribunales de Puerto Plata y condenado a un peso de multa por difamación e injuria, siendo defendido por el destacado abogado licenciado Amiro Pérez Torres.

El presidente de la República, Rafael Trujillo convocó al síndico, Luis Pérez y a los cuatros regidores a una reunión en la fortaleza San Felipe, de Puerto Plata a quienes  conminó  presentar renuncia a sus cargos. Veamos cómo nos narra dicho episodio el propio regidor Martínez: “Una tarde se presentó en la escuela que yo dirigía un coche  enviado por el señor Síndico Luis Pérez. Fui a su oficina y allí encontré al Regidor José María Morales (Moralito). Los otros regidores, Arturo Santiago y el doctor Antonio Tejada, no fueron encontrados. Los tres allí reunidos acudimos a la fortaleza San Felipe, donde nos aguardaba el Presidente Trujillo. Estaba en el edificio de la Comandancia, y noté que en torno a la misma, militares, con ametralladoras vigilaban. Anunciada nuestra presencia, sentados ya dentro de la Comandancia, un oficial expresó que pasaran dos regidores presentes.. De pies los tres en la entrada de una oficina, donde había aguardado el hombre, nos manifestó su deseo de que le cediéramos los cargos de regidores, para una combinación política que llevaría a cabo. Terminó diciendo que a cambio de esa concesión él quería saber que deseábamos. Moralito habló el primero, aludiendo al empleo que había tenido en el Ferrocarril Central Dominicano y se lo quitaron. El hombre le dijo: “Yo le haré extender un nombramiento para que vuelva al cargo”. Llegó mi turno de hablar, y le manifesté que yo estaba en el Ayuntamiento como representante del pueblo, pero si se presentaban intereses necesitados del cargo, yo lo renunciaba sin desear por ello compensación alguna. Con esto terminó como el primer acto de una representación escénica. Debo anotar que la ocasión era propicia al parecer, para yo pedirle al hombre la ayuda o protección que no me había sido lograr desde el régimen de Horacio Vásquez para ir a residir a la Capital, con propósito estrictamente intelectual. Pero en aquel momento, en mi espíritu sólo prevalecía el calor de la altivez que desprecia todo lo venido de un soberbio señor poderoso”. (53)

Citas

40. Nació en Puerto Plata, el 7 de octubre de 1863 y murió allí el17 de mayo de 1954. Fue un destacado escritor y prosista, que publicó varios libros, entre los cuales están: 1) El cabo Chepe: Aventuras del caudillo ilustre de la política Babiecana (novela), 2) El general Babieca y Patricio Flaquenco: Historia fantástica, símbolo de muchas ridículas comedias políticas (cuento y relato); 3) El maestro del Valle (novela), 4) Estrofas de la vida (poemas), 5) Las dos aldeas (novela), 6) Lucha eterna (poemas), 7) Patricio Flaquenco (novela), 8) Sinfonía poética (poesía) y otros. No debe de confundirse con el pintor Jaime Colson, nacido en Puerto Plata, el 13 de enero de 1901, hijo de Juana María Colson, (hermana del escritor Jaime Colson) y de Antonio González. Murió en Santo Domingo, el 20 de noviembre de 1975. Véase nuestro libro Figuras puertoplateñas (biografías), tomo II. Santo Domingo. 1997, Cántera Gráfica, páginas 177 y 202.

41. Ha dicho Rufino Martínez que cuando escribió el estudio sobre la vida de Heureaux, aprendió a escribir biografía. (Véase Páginas de mi vida. Santo Domingo, Editora Cultural Dominicana, 1975, página 167.

42. Rufino Martínez. De las letras dominicanas. Santo Domingo, Editora Taller, C. Por A., 1999, pagina 113.

43. Puerto Plata, Tipografía Ecos del Norte, 1925. 30 p. Había fallecido en La Vega, el 12 de febrero de 1924; entre sus obras  publicó, están:  Alma Dominicana: Novela Histórica; Americanismo literario: José Martí, José Enrique Rodó, F. García Calderón, Rufino Blanco—Fombona; De aquí y de allá: Notas críticas; Guanuma: Novela Histórica; Impresiones (crítica); La hora que pasa: Notas críticas; La literatura americana de nuestros días; La literatura dominicana, Páginas efímeras: Movimiento intelectual hispano—americano; Perfiles y relieves, Recuerdos y opiniones; Rufinito y otras. Nació en Santiago, de Cuba, el 25 de diciembre de 1856. Se nacionalizó dominicano. Vivió en La Vega.

44. Sus demás fundadores fueron: José del Carmen Ariza, su primer presidente, Alonso Rodríguez Demorizi, Amiro Pérez Torres, Julio Arzeno, Rufino Martínez,  Rodolfo Bentz, Manuel Calderón H., Ricardo Capestany, José R. Carrau, Charles Chaig,  Pedro E. Carrau, Pedro Cortiñas, Lic. L. Durán de la Concha, José E. Gilbert Suero, Rafael Fondeur, Ansel Hart, Anselmo Henríquez, Lic. Heriberto Herrera, G. Ernesto Jiménez, José Kinsley, Adolfo Pérez Torres hijo, Jaime A. Lockwardt, Justiniano Martínez, Manuel de Jesús Mathieu, Luis Ortíz Arzeno, José Pierret, Lic. F. Eugenio Polanco, José Reyes Santiago, Leopoldo Reyes hijo, José María Rodríguez Arresón, Arturo Santiago Gómez, Antonio Torres, Pedro P. Villanueva y Dr. Rafael R. Vásquez Paredes. Al quedar fundada dicha sociedad, sus fundadores se preocuparon en instalar una biblioteca que contribuyera a elevar el acervo cultural del pueblo de Puerto Plata. De la misma estaba encargado José Gilbert. Dicha institución aún continúa abierta al público, dirigida por la señora Lilliam Russo de Cueto y realiza todos los años un Concurso Literario Anual, en la categoría para adultos en ensayo, le dan el nombre de Rufino Martínez al premio.

45. Siendo la misma impresa en un folleto, el primero de la serie constitutiva de la bibliografía Renovación.

46. El líder en Puerto Plata, lo era el señor Fermín Pérez, quien salió electo Senador por Puerto Plata en las elecciones de 1930.

47. Esas elecciones fueron ganadas fraudulentamente por el binomio Trujillo Molina—Estrella Ureña a la Alianza Nacional Progresista que llevaba a Velásquez y a Morales como candidatos presidencial y vicepresidencial, respectivamente, quienes  se retiraron de las elecciones debido al estado de represión. En la provincia de Puerto Plata votaron 14,415 por  la Confederación de Partidos y contra 336, de acuerdo con la Gaceta Oficial No. 4257, de fecha 13 de junio de 1930. Las autoridades municipales elegidas en esas elecciones fueron: Luis Pérez, síndico y los regidores: José María Morales (a) Moralito, Dr. Antonio Tejada, Arturo Santiago y Rufino Martínez, éstos tomaron posesión el 16 de agosto de 1930.

48. De acuerdo con el artículo 2 del  decreto No. 186 del 23 de julio de 1931: “La Academia de la Historia tendrá por objeto hacer investigaciones y estudios sobre la historia dominicana; buscar, ordenar y clasificar  los datos y documentos relativos a nuestro pasado; estimular la producción de trabajo sobre la materia y emitir votos consultivos cada vez que oficialmente sea solicitada su opinión o su informe”. De acuerdo con Rufino Martínez dicha institución: “Faltándole fuerza motriz en su seno, se quedó en una pasividad estática; no quiso esclarecer ni discutir ninguno de los tantos puntos de nuestra historia que lo necesitan; publicó una revista para reproducir trabajos y documentos, no para dar historia nacional”  (Hombres Dominicanos, tomo III. Rafael Leónidas Trujillo. Santo Domingo, Editora del Caribe, C. Por A., 1965, página 235).

49. Fueron ellos: Monseñor Dr. Adolfo Alejandro Nouel (1862—1937), Dr. Federico Henríquez y Carvajal (1848—1952), quien fuera su primer presidente; Lic. Manuel Ubaldo Gómez (1857—1941), Lic. C. Armando Rodríguez (1865—1953), Dr. Manuel de Jesús Troncoso de la Concha (1878—1955), Lic. Arturo Logroño (1891—1949), Dr. Max Henríquez Urena (1885—1968), Lic. Emilio Prud Homme (1856—1932), Emilio Tejera  Bonetti (1880—1968), y Ramón Emilio Jiménez (1886—1970).

50. Los cuatro connotados historiadores dominicanos  (los hermanos García Lluberes, Lugo y Martínez) que rechazaron ser miembros de la Academia, prácticamente se refugiaron en su casa y no le aceptaron cargos al régimen dictatorial de Trujillo, en sus 31 años de gobierno. Los hermanos García Lluberes colaboraron en Clío a través de artículos. Rufino Martínez expresó al respecto: “Cuando empezó a funcionar, apenas si sus miembros conocían la disciplina que iban a laborar, pues los más versados en la materia no quisieron ser académicos; en la República Dominicana lo fueron, no los cultivadores de la historia, cuyo número superaba al de los académicos, sino los aficionados y de simpatía por determinados personajes. Después, la credencial establecida para ingresar en ella fue la amistad particular con los miembros y estar reconocido como persona grata al gobierno” (Hombres dominicanos. Rafael Leónidas Trujillo Molina, tomo III. Santo Domingo, Editora del Caribe, C. Por A., 1965, página 235).

51. Ha expresado él al respecto: “Calculadamente no me fueron remitidos por los primeros años de su circulación, aunque se me conocía dedicado al cultivo de la historia. Algunos pensaron que poniendo fuera de mi alcance esas fuentes de datos, me privaban de recursos sin los cuales no podría hacer tanto como ellos esperaban realizar. Dos o tres años después, cuando vieron que yo publiqué una obra histórica dominicana, y se convencieron de que mi labor estaba por encima de la rutina de copiar documentos o dar cuenta de ellos, con circunstancias algo curiosas me fueron enviadas regularmente dichas publicaciones” (Página s de mi vida, obra citada, página 107).

52. Fundado el 16 de agosto de 1931.

53. Páginas de mi vida. Santo Domingo, Editora Cultural Dominicana, 1975, página 62.