1.Una vida por el socialismo

Rosa Luxemburgo nació el 5 de marzo de 1871 en la ciudad polaca de Zamosc. Sus padres eran judíos, de una posición económica media y con los altibajos económicos de un comerciante y, además judío, sometido a ciertas trabas para el ejercicio de su actividad.  Rosa era pequeña,  delgada, tenía una ligera cojera y una gran inteligencia.

A una edad muy temprana, a los dieciséis años, se unió a un grupo socialista denominado “Proletariado” y fue muy activa en sus labores de propaganda y organización entre los obreros de Varsovia. En 1889 partió a estudiar a la Universidad de Zúrich (en esa época no había ninguna universidad en Polonia dónde las mujeres pudieran estudiar). Esa ciudad Suiza estaba llena de emigrados políticos rusos y polacos que llevaban a cabo una intensa actividad política.

En la Universidad de Zúrich comenzó a estudiar en la Facultad de Filosofía y en 1892 inició estudios de Ciencias Políticas y de economía, su principal interés se centró en la economía política y se dedicó al estudio de la obra de Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx. Era célebre entre sus compañeros de estudios por sus polémicas con uno de sus profesores, Julius Wolf, quien pese a sus serias disputas dijo de Rosa en sus memorias que fue su mejor alumna. El juicio de ella sobre su profesor era muy crítico, pues veía en él a un prototipo de  esos profesores que se consideran intelectuales siendo sobre todo unos burócratas:

“un burócrata teorizante que toma la materia viva de la realidad social, la divide en minúsculas moléculas, la clasifica y la etiqueta de acuerdo con sus burócratas opiniones y (…) la entrega a la actividad administrativa” de sus jefes. (Frölich, 1976, p.37)

En Zurich  entró en contacto con importantes marxistas rusos como Axelrod, Vera Sassulitch y Plejanov. Pero lo que fue más importante en su vida política y sentimental fue conocer al exiliado Lituano Leo Jogiches, también de familia judía. Este desde muy joven se dedicó a la lucha socialista y fue uno de los fundadores del movimiento obrero en Vilna. Era un gran organizador, obsesionado con la lucha clandestina y el estilo conspirativo. Pero además un gran estudioso del socialismo.

Formaba parte del grupo de marxistas rusos liderados por Axelrod y Plejánov. Propuso financiar un periódico (disponía de medios económicos para ello ya que su familia le dejó un buen caudal), pero entró en conflicto con Plejanov ya que ambos querían ser los directores del mismo. Esto le apartó del movimiento ruso y puso todas sus energías en el movimiento polaco del que se convertiría en su principal organizador y dirigente.

La relación política y amorosa de Luxemburgo y Jogiches se caracteriza por una unión de contrarios. Ella alegre, impetuosa, espontánea, genial. El taciturno, disciplinado hasta llegar a la pedantería, centrado siempre en el deber, al cual subordinaba todo. Empero, esa unión se mantuvo durante mucho tiempo. Jogiches era el principal crítico de Luxemburgo, su conciencia práctica pero también su consejero en algunas cuestiones teóricas. Si bien no tenía ningún talento para escribir.

Pese a su fuerte y dominante personalidad, fue un pionero del hombre capaz de convivir con una gran mujer, manteniendo una relación de amistad, amor y armonía, no exenta de polémicas políticas y cuya relación de amistad continuó pese a momentos álgidos, cuando rompieron sus relaciones sentimentales  y ella tuvo otro amante. Era uno de esos raros hombres que pueden soportar la compañía de una mujer de gran personalidad sin experimentar que su progreso y su realización era una traba para su ego, como dijera de él Clara Zetkin.

Rosa Luxemburgo junto a Leo Jogiches fue en 1894  una de las fundadoras del Partido Social Democrático del Reino de Polonia y Lituania. Se distinguía por sus escritos en el diario de ese partido que se publicaba en París. Su principal objetivo era el derrocamiento de la autocracia zarista, ella entendía que Polonia tenía que reivindicar su autonomía cultural dentro de una república democrática rusa. No consideraba necesario la creación de un Estado  nacional Polaco independiente.

Al producirse en Rusia los acontecimientos revolucionarios de 1905, Rosa Luxemburgo retorno a Polonia a trabajar políticamente. Su partido creció y pasó de un partido pequeño a un partido que influía en las masas. Publicaban periódicos y folletos en varias lenguas, organizaban a los trabajadores, apoyaban sus huelgas. Las autoridades arrestaron a Rosa y a Leo Jogiches. La primera estuvo en prisión sólo cuatro meses, debido a que tenía la nacionalidad alemana, ya que había hecho un matrimonio blanco con un camarada alemán, simplemente por motivos prácticos-políticos: tener esa nacionalidad  le evitaba problemas con las autoridades alemanas  y también con las rusas. Expulsada de Polonia nunca más volvió a su país natal aunque continúo teniendo un liderazgo en ese partido desde el exterior.

Rosa hizo de Alemania su lugar de residencia y se integró totalmente a la lucha política en ese país. Alemania tenía el partido socialdemócrata más poderoso de Europa, con decenas de miles de afiliados y unos sindicatos fuertes. Trabajó junto a Karl Kautsky, quien era el más importante teórico marxista occidental y director  del periódico  Die Neue Zeit. Escribía regularmente en la prensa socialdemócrata  e incluso llegó a dirigir, por un  breve periodo, un diario. Fue también profesora de la Escuela del Partido.