Desde pequeño he escuchado la frase ¨el dominicano no puede hablar de política, de religión, ni de pelota¨. Sin lugar a dudas, la política es el tema del momento y es lo que mantiene en constante disputas a distintos sectores de nuestra sociedad. La posible reelección presidencial, el voto de arrastre y otros temas han generado desacuerdos y debates a lo largo de los últimos meses. Pero no puede pasar por alto el hecho de que son los miembros del PLD los que están metidos en esos debates y discusiones, tanto a lo interno como a lo externo del partido.  Los que se han proclamado defensores de la Constitución son los mismos que forman el cuerpo político de los que son acusados de querer renovarla ¿no llama esto la atención?

Mientras se mantengan los ideales de Balaguer y Bosch como la guía a seguir en la política dominicana, seguirán presentándose escenarios de estancamiento político como los vividos en la dictadura de Trujillo (por no mencionar otros momentos de la historia política dominicana). Y es que mientras muchos dominicanos han visto como fuerzas antagónicas aquellas guiadas por Balaguer respecto a las inspiradas por Bosch, resulta ser que esos ideales responden a una perpetuación del poder político que encontró su máxima expresión en la dictadura de Trujillo y en vez de oponerse, se han aliado para fomentar un totalitarismo político.

Con el "Frente Patriótico" se expresa la unidad de ideales que se tiene entre el boschismo y el balaguerísmo

Cuatro elementos fundamentales demuestran este hecho: el ¨Frente Patriótico¨ en el 1996, el constante recelo por el liderazgo político, el resentimiento social y la instauración de grupos de poder para la perpetuación del control político.  Con el "Frente Patriótico" se expresa la unidad de ideales que se tiene entre el boschismo y el balaguerísmo. Y para los que consideran que no es propio del PLD tener propuestas racistas y discriminatorias, sólo basta retomar las palabras de Joaquín Balaguer en aquel acto: ¨Para mí constituye un altísimo honor presidir con un eminente amigo, el profesor Juan Bosch, este acto que no tiene un carácter político sino más bien eminentemente patriótico¨. Entendiendo que patriótico significaba oponerse a la candidatura presidencial de una persona negra que tenía aspecto de haitiano.

Con el ¨Frente Patriótico¨ se llega a la unificación de las convicciones balaguerístas con las convicciones boschistas y se genera así una nueva generación de perpetuadores políticos que han mantenido el estancamiento político por más de veinte años. Otra característica que tienen en común Balaguer y Bosch es el recelo político (cuya máxima expresión se puede encontrar en Trujillo). Retomando la obra de la periodista Ana Mitila Lora ¨Memorias del Siglo¨, se pueden encontrar afirmaciones de este tipo. Tal es el caso de la entrevista que se le realizó a Antonio Rosario junto a su esposa, Dulce de la Maza, en el 1999. Al preguntarle si Balaguer estuvo al tanto de la conspiración contra Trujillo que planificaron sus familiares, respondió: ¨No lo creo; de saberlo, lo hubiera denunciado. Lo que sí creo es que dejó que mataran a los conspiradores para quitarse de encima a sus potenciales rivales políticos¨.

En otra entrevista realizada por Ana Mitila Lora a Ángel Miolán (publicada en el 1996), quien fue miembro del grupo de fundadores del PRD durante el exilio y luego presidente de esa organización política, expresó: ¨Yo ocupaba la presidencia del PRD y como Bosch había dejado de ser presidente de la República, quería ocupar la posición a lo que había sido electo por cuatro años. Bosch logró que me expulsarán del PRD¨. Junto a otros testimonios y hechos históricos que fortalecen la afirmación sobre el recelo político de Bosch, debe recordarse el recelo político de Trujillo y de Balaguer para no perder de perspectiva el argumento que se defiende en este escrito. El tercer elemento es importante, aunque esté más ligado a la especulación por su realidad psicológica: el resentimiento social.  

Tanto Trujillo como Bosch eran resentidos sociales. No se puede olvidar que Trujillo fue excluido de los clubes de las élites sociales de su tiempo debido a sus orígenes. Así lo vemos en varios documentos y en la entrevista realizada por Ana Mitila Lora a Juan Valdez Sánchez en el 1999. Una de las afirmaciones fue: ¨Sólo la élite o los que tenían posición económica (…) Por eso Trujillo no pudo entrar, en un principio en el club de Santiago y en el club La Unión de aquí¨. Por otra parte, Juan Bosch tenía una memoria envidiable y un resentimiento consumidor cuando tenía que recordar hechos que le habían quitado el protagonismo. Sólo basta dedicar unos minutos a la narrativa que muestra el origen del conflicto entre Juan Isidro Jimenes Grullón y Juan Bosch, cuyo tema central era quién sería el líder del PRD.

Y aunque en Balaguer el resentimiento social no sea un hecho fácil de mostrar, sí se puede afirmar con seguridad que fue el presidente que formó el cinturón político que sería un paradigma para la nueva generación de políticos dominicanos. Muchos sectores de poder se benefician del gobierno y Balaguer fue la expresión máxima del beneficio que pueden obtener militares, políticos y empresarios cuando se va a una con el poder. Lo mismo pasa con Trujillo, a quien muchos de los intelectuales y altos empresarios del país le lavaron el cerebro de tal manera que llego a considerarse un inmortal. Por otra parte, Juan Bosch aspiraba a la clase gobernadora que controlará todo lo relacionado con la política y cuya definición se puede encontrar en la obra titulada ¨Juan Bosch. Para estudiar Política en República Dominicana¨, publicada en el 2017:

Una clase gobernante toma el poder y establece determinadas reglas del juego político cuya aplicación le asegura, en primer lugar, el dominio del poder por largo tiempo, y, en segundo lugar, su existencia como clase llamada a disfrutar privilegios que sólo da el uso del poder. P. 372

Es necesario que se rompa con los ideales políticos que inspiran diferentes sectores de nuestra sociedad y que son utilizados como propaganda por los políticos actuales para beneficio de sus candidaturas. No basta con superar la corrupción de Leonel, Hipólito y Danilo. Es necesario que se generen, fortalezcan y apoyen proyectos políticos diferentes, y cuyas propuestas no perpetúen el estancamiento político que mantiene el partido de turno cuyas consecuencias más visibles son la corrupción, la discriminación, el totalitarismo y otros males que siguen hiriendo el cuerpo social dominicano y que no le permiten avanzar hacia una etapa de mayor madurez social, política y económica.