"Rompamos la inercia" es el grito de batalla del sector empresarial dominicano; es el llamado a repensar y reinventar la arquitectura social y económica de la República Dominicana; es un llamado colectivo a la reflexión para construir un futuro más promisorio para nuestro país; es un llamado de empresarios responsables que asumen los informes y diagnósticos sobre el desarrollo humano, la economía y la competitividad como realidades inaplazables, que nos convocan a asumir el compromiso de hacer de la República Dominicana un lugar más competitivo e institucional en términos productivos y sociales teniendo la educación como la base del desarrollo nacional. En fin, es una propuesta que hace confluir en el tiempo la visión de varias generaciones empresariales.
"Rompamos la inercia" toma forma a raíz del llamado de Doña Elena Viyella de Paliza, la líder empresarial más importante e influyente de los últimos tiempos, al plantear en su rol de presidente de la comisión organizadora de la pasada convención nacional empresarial que era "momento de hacer un alto, reflexionar, ver qué se ha logrado y hacia donde queremos y debemos ir". Al hablar Doña Elena transfería su visión y experiencia a los líderes empresariales más jóvenes como Manuel Diez (CONEP), Ligia Bonetti (AIRD), Lara Guerrero (ANJE), Lina García (AIREN), Marisol Vicens, Circe Almanzar, entre otros.
Durante dos días todos los representantes de la clase empresarial dominicana se dieron cita a la convención nacional empresarial para discutir, analizar y proponer ideas vinculadas a los ejes económico, social e institucional. Más de un centenar de propuestas se presentaron en la plenaria, las cuales fueron sancionadas casi de manera unánime.
La convención empresarial fue la resultante de un proceso de consulta que tomó varios meses y que recogió el sentir empresarial de toda la geografía nacional que posteriormente fueron presentados a la sociedad dominicana, y en especial a los principales candidatos políticos presidenciales que participarán en las elecciones del 2012.
Las propuestas de la convención empresarial tuvieron un punto de partida y llegada que fueron el reflejo del llamado inicial de Doña Elena Viyella de Paliza cuando el día inaugural invitó a los participantes durante esos dos días a "rasgarse la vestidura, despojarse de prejuicios y barreras, y con pragmatismo, forjemos y delineemos los ejes del desarrollo de nuestras empresas y nuestro país todos a una".
Delimitar el punto de llegada le tocó a Manuel Diez, en su condición de presidente del CONEP quien transmitió un interesante mensaje cargado de preocupación, pero a la vez de mucha esperanza y aliento cuando expresó que "las nuevas generaciones de dominicanos que están creciendo en la era de las redes sociales no van a aceptar a un sector empresarial que haga las cosas de la misma manera de siempre, y mucho menos a un liderazgo político que no entienda las nuevas realidades nacionales e internacionales".
A mí que me tocó participar en la Convención Nacional Empresarial representando a la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE) no he de negar la satisfacción que me produjo el convivir y respirar un aire donde las ideas, esfuerzos e intenciones confluían hacia la construcción de un futuro más promisorio para la República Dominicana. Esa satisfacción no era casual, era el resultado de escuchar las voces más representativas del aparato productivo nacional recordándome los planteamientos que hace tres años y medio un ciudadano dominicano plasmó en un libro titulado la ruptura generacional.