El licenciado Emilio Rodríguez Demorizi, uno de los más prolíficos escritores dominicanos, se inició en las letras a través del periódico puertoplateño; “Boletín de Noticias”, que fuera fundado por don Manuel Castellanos, en Puerto Plata, el 15 de octubre de 1892.

Publicó su primer artículo político literario, en dicho periódico en fecha 19 de enero de 1927, bajo el epígrafe de “Siño Domingo: Restaurador que muere”, siendo el mismo dedicado al licenciado Armando Rodríguez Victoria.

Se convirtió posteriormente en uno de los escritores con más libros publicados en el país. Fue un verdadero erudito.

Nació en la comunidad de Sánchez, el 14 de abril de 1904. Fueron sus padres Félix Francisco Rodríguez Jiménez y Genoveva Demorizi. El matrimonio Rodríguez Demorizi procreó además los hijos: Félix, José, Alonso, Genoveva Leticia, María Amparo y Nieves de Jesús Rodríguez Demorizi.

Realizó sus  estudios en la ciudad de La Vega. Se graduó de Licenciado en Derecho en la Universidad de Santo Domingo.

Emilio Rodríguez Demorizi, aunque no nació en Puerto Plata, siempre se consideró de allá. Para muestra vasta un botón, ahí están sus dos libros sobre Puerto Plata, intitulados : “Noticias de Puerto Plata” y “Fundación de Puerto Plata”.

Se inició como funcionario público, como Ayudante del Procurador General de la República, ocupado para ese entonces por el Licdo. Cayetano Armando Rodríguez.

Abandonó la profesión de abogado, para dedicarse al quehacer histórico.

Se inició en las letras nacionales, con el artículo juvenil intitulado: “Domingo Guzmán: Restaurador que muere”.

Vamos a reproducir dicho artículo inextenso, que dice así:

“En medio a la mayor y más abyecta indiferencia de nuestro pueblo y de las autoridades, ayer tarde se le dio cristiana sepultura al anciano Don Domingo Guzmán, prócer de la Guerra  Restauradora.

“Murió en el triste desamparo de la pobreza y fue sepultado como un mendigo. La pobre comitiva que le acompañó al Cementerio, daba la impresión de un Apoteosis de Miseria…

“Así se van los héroes!

“Prueba dolorosa de que no reverenciamos los blasones de la Patria, ni cumplimos el sagrado deber de venerar sus glorias, porque Don Domingo, que fue soldado de la Restauración, era acreedor a los honores que debemos tributar a los buenos servidores de la República.

”Fue ésta ocasión más que propicia para que nuestras autoridades dieran muestra de edificación cívica rindiéndole al viejo luchador siquiera un homenaje póstumo, ya que fue, en vida, miserablemente abandonado.

“Sin embargo, en el día de las recientes Elecciones, la Fuerza pública que vimos inútilmente desfilar armada de todas arma, marcial, arrogante y amedrentadora, deslumbró por su ausencia en el sepelio del héroe.

“Inercia cívica que mata y envilece el sentimiento patrio!

“Don Domingo Guzmán vio la Patria aherrojada y ayudó a romper sus cadenas.

“Hecho prisionero por los soldados de la Reyna, fue expatriado a Ceuta y allí probó el amargo pan del ostracismo.

“Valetudinario y paupérrimo, nunca se le vio mendigar de puerta en puerta, sino machete en mano, ganar el sustento a su avanzada edad con el trabajo que honra y dignifica.

“Tuvo en su decrepitud la sublime locura de creerse un bizarro general, y lucía sus ridículos arreos, contento y orgulloso, sobre aquellos hombros que abrumó el peso del fusil restaurador.

“Así le vemos, a veces colérico y enardecido, arengar su imaginaria tropa.

“Ya no veremos más el simpático Siño Domingo, colado el kepis y al cinto la herrumbrosa bayoneta, porque en medio a la mayor y más abyecta indiferencia de nuestro pueblo, el héroe ha caído para siempre con la visión del combate en las pupilas!…”

El profesor, periodista, abogado y escritor, licenciado Armando Rodríguez Victoria, a quien le fue dedicado dicho artículo juvenil, publicó una carta abierta en el mismo periódico donde salió el artículo de Rodríguez Demorizi, con fecha 21 de enero de 1927. La misma copiada, dice de la manera siguiente:

“Señor Emilio Rodríguez Demorizi,

“Ciudad

“Estimado amigo:

“No por habérmela dedicado—aunque es fineza que agradezco—sino por la promesa que ella encierra, doy a usted mi cordial enhorabuena por su intencionada y bien escrita página del BOLETIN DE NOTICIAS del diecinueve del cursante mes.

“En los comentarios que a usted le sugiere un acaecimiento que a los ojos de la generalidad no reviste trascendencia, se advierte inequívocamente la tendencia seria de su talento, la orientación de su pluma hacia fines docentes, con propósito de ser socialmente útil, cosa rara, pero muy significativa, en quien como usted apenas ha traspuesto las lindes de la adolescencia.

“De ese género de juventud necesita nuestro país para forjar la patria nueva.

“Reciba mi sincera felicitación por el hermoso escrito que motiva estas líneas, y que mis palabras le sirvan de estímulo para abrazar resueltamente el estudio y cultivo de aquellas nobles ciencias a que parecen llamarle su vocación y aptitudes: las Ciencias Sociales,

“De usted afectísimo,

“Armando Rodríguez Victoria”.

Desempeñó las posiciones siguientes: Rector de la Universidad de Santo Domingo, Secretario de Estado de Interior y Policía, Embajador en Nicaragua, Costa Rica, y España, Ministro Consejero en Italia y en Colombia, Director del Archivo General de la Nación, Secretario de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos.

Fue miembro del Instituto Dominicano de Genealogía; presidente de la Academia Dominicana de la Historia, hasta el día de su muerte; perteneció como miembro a la Academia de la Historia de España, Guatemala, Colombia y Venezuela; así como miembro de la Academia Dominicana de la Lengua y Correspondiente de la Real Academia Española; Presidente de la Sociedad Dominicana de Geografía; Presidente del Ayuntamiento de Santo Domingo.

El Licdo Emilio Rodríguez Demorizi, tuvo una participación destacada en la Revolución de Abril de 1965, al lado del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó; allí murió su único hijo varón de apenas 18 años de edad, de nombre José Antonio Rodríguez Soler.

Este hombre llegó a publicar más de 120 libros, entre los cuales cabe mencionar: Documentos para la Historia de la República Dominicana (cuatro volúmenes), Relaciones Históricas de Santo Domingo (tres volúmenes), Antecedentes de la Anexión a España, Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo 1844—1846 (dos tomos), Cronología de la Era de Trujillo (dos tomos), Martí en Santo Domingo, Maceo en Santo Domingo, Papeles de Pedro Santana, Papeles de Buenaventura Báez, Fábulas Dominicanas, La Era de Francia en Santo Domingo, Del Romancero Dominicano, Guerra Domínico-Haitiana. Documentos para sus estudios, Invasiones Haitianas de 1801, 1805 y 1821, Seudónimos Dominicanos, La Marina de Guerra Dominicana, 1844—1861, Apuntes

y Documentos, Enciclopedia Dominicana del Caballo, Luperón y Hostos, Poesía Popular Dominicana, Juan Isidro Pérez, el Ilustre Loco, En torno a Duarte, Rubén Dario y sus amigos, Caminos de Hostos, Escritos de Luperón, Cancioneros de Lilís. Poesía, dictadura y libertad, y otras tantas.

Estuvo casado con su inseparable esposa doña Silveria Rodríguez, quien fue su fiel colaboradora, en las múltiples investigaciones históricas que realizó, procrearon una hija  de nombre Clara.

El licenciado Emilio Rodríguez Demorizi, falleció en Santo Domingo, el 27 de junio de 1986.