Para los que hemos tenido el privilegio de haber nacido en la Culta y Olímpica Ciudad del Valle de la Concepción de la Vega Real, y conocer sus hermosas avenidas, adornadas con flamboyanes; no es secreto conocer también sus necesidades, prioridades y el diario vivir de una parte de esta población menos favorecidos por la vida.

La zona conocida como el Riito, anteriormente era un sector de La Vega, por donde pasa precisamente un río pequeño o cañada, apéndice del río Camú, y que divide la ciudad en las proximidades del llamado Barrio de la Lotería. Es un lugar donde vive mucha gente de escasos recursos pero de buen corazón.

Ahora, la zona ha sido transformada en el proyecto el Riito, en donde se ha empezado a urbanizar, levantado puentes y sobre todo construido un proyecto habitacional con el fin de reubicar familias.

Pero que sucede, el proyecto donde están edificadas las viviendas en forma de edificios multifamiliares, está construido muy próximo al siempre sorpresivo río Camú. Y aunque este río histórico vegano, no tiene el caudal de antes, sea por la extracción de arena, o el descuido del gobierno al permitir que el mismo sea contaminado con basura y múltiples tóxicos, el día menos pensado da sorpresas.

Mencionamos que es sorpresivo el río Camú, por que en el Cibao, el día más claro lleve y de repente tenemos una inesperada crecida de este río que se convierte violentamente en caudaloso y destructivo, llevándose todo a su paso con sus incontenibles aguas.

Al construir en las proximidades del mismo, se corre un riesgo innecesario al exponer vidas y propiedades. Pues si bien las autoridades dicen que han contratado expertos, que mencionan que habrá un muro de gavión que protegería el proyecto, y a sus habitantes; no menos cierto es que las fuerzas de la naturaleza son incontenibles.

La reubicación de familias, en proyectos de esta naturaleza, es necesario y de hecho un deber del gobierno. Pero no se puede apostar a que no sucederán casos de fuerza mayor en lugares a poblar con vidas humanas, próximo a un río tan poderoso cuando se carga de agua.

El río Camú nunca olvidará su cause, independientemente que esté muriendo por falta de cuidado. Y a consecuencia de torrenciales caídas de lluvia, evidentemente se fortalecerá y buscara salir por alguna parte, en donde somos reiterativos que un muro construido por el hombre, no es obstáculo para la naturaleza cuando esta se manifiesta. La naturaleza siempre le demuestra al hombre que es más poderosa y que nada la detiene. Construir en la Rivera del histórico río Camú, es como hacer una casa de papel cerca del sol.

La noche del 5 de abril de 2018, la naturaleza nos envió un mensaje, cuando intensas lluvias en un solo día, hicieron que el río Camú se desbordara, dañando las viviendas de

muchos Veganos, e incomunicando amplios sectores.

Este mensaje, de que el río siempre ante la existencia de vaguadas, ciclones o temporales muestra su fuerza destructora; debe poner a reflexionar a todos los munícipes veganos, de si es viable para esas familias que han de habitar esas viviendas, que los mismos estén protegidos. La naturaleza da señales, pero no avisa cuando se ha de manifestar.

Estamos de acuerdo que el gobierno construya soluciones habitacionales que provean de una mejor vida a miles de familias dominicanas que lo necesitan. Pero siempre de la forma de que nadie esté expuesto a peligros previsibles. Queremos creer, y así lo hacemos lo que manifestó el gobierno central de que no habrá inundaciones en esas zonas luego de terminado el importante proyecto. Pero la duda de que siempre puede haber una catástrofe cerca de la rivera de cualquier río.

Son las autoridades quienes han dicho que después de terminadas dichas obras, no habrá inundaciones. Pero no es necesario ser experto en ingeniería para uno darse cuenta que el peligro al que se está expuesto en esa zona, es inminente e imprevisible. Lo material siempre es posible recuperarlo trabajando, pero la vida humana una vez ida, no se recupera ni con oraciones.