RIGOLA – REGOLA

Las dos voces del título pertenecen al español dominicano. Las dos tienen el mismo significado. De las dos voces la primera se considera la auténtica y la otra se juzga en tanto una derivación de la primera. Con las explicaciones que se desarrollarán más abajo se verá que la primacía de rigola le viene de su origen; además, aquí se abundará sobre el origen y la entrada de la voz rigola en el español dominicano.

Una de las teorías del origen de la voces estudiadas aquí es que proviene de la lengua de Provenza, en la que rigole era (o es) un pequeño canal de irrigación de poca profundiad. Era un sustantivo femenino. La voz descendía de otra voz provenzal fiholo, que era canal de irrigación relacionado con el latín clásico filioulus. Vocabulaire du français des provinces (2010:214).

De la voz original se ha desprendido la voz rigolage que es la excavación de rigolas para irrigar o drenar agua

No causa sorpresa enterarse de que en francés en la Edad Media fil fuera “corriente de agua”, y fil a fil, “que forma una corriente continua”, si se recuerda que la voz provenzal para canal de irrigación era fiholo. Dictionnaire de l´ancien françaisle Moyen Age (1997:267).

La otra teoría es que procede del neerlandés regel, que era “zanja, línea directa”; o, de la palabra richée, que era “zanja de evacuación en el establo”. Estas a su vez eran préstamos del latín regula (regla). La variación en la vocal de la primera sílaba en neerlandés explica la vacilación en francés entre ri y re. De ahí es de donde procede que en el español dominicano consten las dos versiones. Dictionnaire historique de la langue française (2012-III-3101).

La voz rigole existe en la actualidad en francés con el mismo significado apuntado ya, y el diccionario Petit Robert (2007:2254) la define como una pequeña excavación hecha en una piedra o una pequeña zanja en la tierra (suelo) que sirve para conducir o evacuar agua. De la voz original se ha desprendido la voz rigolage que es la excavación de rigolas para irrigar o drenar agua.

Ahora bien, la pregunta que surge es, ¿cómo entró esa voz en el español dominicano? Solamente se pueden proponer dos explicaciones para la incorporación de esta voz a la lengua de lo que más tarde sería el español dominicano.

Una de las explicaciones es que vino con lo que Rodríguez Demorizi denomina La Era de Francia, es decir, entre 1802 y 1808 cuando el territorio del este de la isla La Española estuvo bajo el dominio francés. La otra explicación consiste en atribuir la introducción de la voz a los haitianos cuando ellos ocuparon la parte oriental de la isla de 1822 hasta 1844.

El Diccionario del español dominicano recoge las dos voces con sus respectivas variantes en la escritura. La voz regola aparece documentada en la literatura dominicana. No ha de olvidarse que en un merengue dominicano se menciona la rigola. Este decía más o menos así: “A la rigola yo no vuelvo más, matan a los hombres a palo y pedrá”.

No hace falta mencionar que la voz rigola (regola) es de mayor uso en los zonas agrícolas, pues allí es donde se cavan zanjas para la irrigación de los cultivos. Es interesante mencionar que la voz ha resistido los embates de otras palabras de mayor solera española, pero esta se ha mantenido en el vocabulario dominicano durante años y quizás siglos.

ELECCIONES DE MITAD DE MANDATO – ELECCIONES DE *MEDIO TIEMPO

“. . .conforme las ELECCIONES DE MEDIO TIEMPO dentro de los diferentes estados. . .”

En el título se hallan dos versiones para verter al español la idea de las elecciones de los Estados Unidos de Norteamérica que se realizan a mitad del mandato del presidente. Las traducciones pueden ser más o menos afortunadas. Muchos lectores se dan por satisfechos con cualquier versión porque entienden la idea, aunque esta no sea exacta.

En las dos traducciones que se leen en el título hay una interpretación implícita porque en ninguna de ellas se explica a qué tiempo o mandato se refieren. Se favorece la selección de la palabra “mandato” porque esta se refiere específicamente a la mitad del período presidencial. En el caso del “medio tiempo” el tiempo no se refiere directamente a ninguna cosa específica.

La solución definitiva es evadir lo de mandato y tiempo y enfocarse en denominarlas elecciones legislativas.

Lo que salva la traducción en uno y otro caso es que generalmente estas se usan en un contexto que no deja lugar a equivocaciones. No obstante, se prefirió mandato porque “medio tiempo” de acuerdo con el diccionario mayor de la lengua española es el que “se interpone y pasa entre un suceso y otro…” Para el caso específico de las elecciones este “medio tiempo” es vago. Fuera de contexto resultaría poco reconocible o diferenciado.

La solución definitiva es evadir lo de mandato y tiempo y enfocarse en denominarlas elecciones legislativas. Con esta solución se centra la redacción en el tipo de funciones de los elegidos y no en el momento en que se celebran las elecciones.

LLENO TOTAL

“. . .mantuvieron bailando y celebrando al público que selló un LLENO TOTAL”.

No hay que ofenderse por una redacción del tipo que se observa en la cita. Son muchos los hablantes y bastante los escribientes que se exceden en sus escritos y recurren a esta clase de escritura.

Se escribió más arriba que no hay ofensa porque algunos redactores escriben acerca de lleno absoluto, completo, o lleno en su totalidad, lleno a plenitud.

No puede descartarse que en muchos casos lo que hace es que se recurre a la hipérbole, que se hace de modo manifiesto para exagerar, aumentar lo que se pondera

En muchos casos se cae en error con el deseo de llevar el mensaje con exactitud o exageración. Otras veces lo que sucede es que como es posible hablar y escribir acerca de “medio lleno”, los redactores se preguntan qué inconveniente hay en que algo sea ocupado en su totalidad y se diga o escriba “lleno total”.

Hay que convenir que lleno es “ocupado hasta el límite o por gran cantidad de personas o cosas”. Esa es la redacción del Diccionario de la lengua española en su primera acepción para el adjetivo sometido a estudio. Algunas personas se aferran a “gran cantidad”, y, de allí cuando usan lleno en funciones de nombre le colocan un adjetivo para modificarlo o completarlo.

Otra acepción que mueve a engaños es que lleno es, “que tiene abundancia de algo”. Esta abundancia retrotrae a la “gran cantidad” que se resaltó antes y, para algunos provoca al escribiente a que complete la idea con otros vocablos que se piensa que son más precisos.  

No puede descartarse que en muchos casos lo que hace es que se recurre a la hipérbole, que se hace de modo manifiesto para exagerar, aumentar lo que se pondera. En casos como esos no puede criticarse la audacia.