“La clase de aquellos que no tiene nada, pero no trabajan no es capaz de derribar a los explotadores. Solo la clase proletaria, mantiene a toda la sociedad, tiene la capacidad para llevar a cabo la revolución social”. Vladimir I. Lenin.

Revolución socialista

 El gran dilema, por décadas, de los revolucionarios, es determinar el carácter de la revolución. Los que identifican correctamente las contradicciones económicas, políticas y sociales, principales y secundarias, van en coche. Pero además, el nivel de desarrollo de la sociedad debe ser comprendida, en su justa dimensión, para poder actuar en forma objetiva.

El nivel de desarrollo de la sociedad, en todos los ordenes, es fundamental para determinar dentro de su formación social el grado de crecimiento y fortaleza de sus relaciones de producción, de sus fuerzas productivas. El capitalismo debe llegar al clímax de su evolución, creando de esa forma las condiciones tangibles para su reemplazo.

Reemplazarlo, con el socialismo, no es tarea fácil. El proletariado tiene que existir en cantidad y calidad; con conciencia de clase y política. Tener su propio partido político, no importa como se le nombre, y, sobre todo, dominar los fundamentos de las teorías Marxistas Leninistas. Al aplicarlos se debe ser creador, y no copiarlo al pie de la letra; se enriquecen al entrelazarse con la realidad dominicana.

Carlos Marx, que junto a Federico Engels son Padres de Socialismo y Comunismo Científico, nos enseña lo siguiente en su libro Las luchas de Clases en Francia, 1948-1950: ”El desarrollo del proletariado industrial está condicionado, en general, al desarrollo de la burguesía industrial. Bajo la dominación de esta, adquiere aquel una existencia en escala nacional que puede elevar su revolución a revolución nacional; crea los medios de producción, que han de convertirse en otros tantos medios para su emancipación”.

Y es que la clase social que sepultó el feudalismo nació de su propio vientre: la burguesía, pero no cualquiera. Como nace en el seno del capitalismo, su sepulturero: el proletariado. El curso de la historia no se detiene; y, tarde o temprano, el capital sucumbirá frente al trabajo.

Para derrotar a los explotadores se necesita el destacamento de vanguardia del  proletariado. Que dirija su accionar político e ideológico, para llegar al eslabón más débil del capital, expresa, Lenin, para darle el golpe de gracia. Unificando a todo el pueblo para llevar la lucha hasta sepultarla en el cementerio de la historia.

El capitalismo llega al país en forma anómala. No siguió el curso histórico que le dio su nacimiento en la humanidad. De ahí que tenemos una sociedad con profundo niveles de atraso en los órdenes económicos, políticos y sociales. Su dependencia al poder extranjero es la desgracia, entre otras cosas, que impide su desarrollo. ¡Hay que desconectarse de esa atadura maldita!

La contradicción principal, en el país, no es entre burguesía y el proletariado. El obrero industrial, todavía, es insuficiente e indiferente; sin conciencia de clase ni política. La burguesía en su alianza con sectores oligárquicos imponen las reglas del juego. Beneficiando a las fracciones burguesa financiera y comercial, relegando a un segundo plano la industrialización.

El movimiento sindical atraviesa por una de sus peores épocas por la ofensiva de clase de los empresarios y los resortes del Estado para cercenar la democracia, y en particular los derechos adquiridos, que benefician a los trabajadores, consagrados en la Constitución de la República. Una aristocracia sindical mantiene secuestrada el sector laboral para bailotear con los patronos, el gobierno de turno y los partidos que se alternan el poder.

La sociedad capitalista tiene que conseguir su alto grado de desarrollo productivo y científico para ser reemplazado por el socialismo y comunismo. Sin embargo, ni aún así, si no cuenta con las condiciones objetivas y subjetivas favorables, al proletariado y su partido, podrá ser sustituido.

Países que han alcanzado su liberación nacional abren sus sociedades a la producción capitalista para dinamizar e innovar el ciclo económico del mercado. Porque las etapas históricas, llegar al socialismo y comunismo, deben ser completadas hasta lograr extraer todo lo provechoso del viejo sistema, capitalismo.

Próximo: “Etapa democrática burguesa”.