Todos los días visito ese colegio. Es un placer estar rodeada de niños y niñas; hay mucha sabiduría en ellos. Conocen la libertad de memoria, saben del compinche desinteresado y el compañerismo; a ellos los disgustos le duran poquito y hacen amistades con facilidad. Es lo que observo en este colegio que, por ser católico, fue recientemente incluido en la modalidad de tanda extendida, bajo la protección del manto "santo" de nuestra Iglesia Católica.

Por cierto, ¿habrá algo de saludable en decirle a un niño de ocho años que de hacer algo malo va al infierno y por el contrario, si sus obras son buenas irá al cielo? Me pregunto qué tal sería escuchar de ellos sobre lo bueno y lo malo, que aporten sus propios ejemplos; podrían realizarse sociodramas que abran espacios a una sabia discusión sobre el mensaje construido a partir de estos dos conceptos. Sería una experiencia pedagógica súper interesante.

Luego del almuerzo, que ha resultado ser sabroso (me lo han contado), se  quedan un rato en su pupitre, cada cual con la cabeza baja, para descansar y/o dormir; muchas niñas han llevado alguna almohada pequeña o un osito de peluche bien mullido para estar más cómodas. Es pronto para saber cómo llenarán las horas vespertinas, por lo que, mientras tanto, decido entrar a mi armario de utopías y sueños, donde encuentro lo fantástico e incluso puedo ver cosas que ya suceden en países hermanos.

Dentro, confirmo que la currícula educativa incluye dos importantes asignaturas. Dado que somos una isla dentro del grupo de las Antillas Mayores, y fuimos colonia de España, vale aprender sobre Bases de Antropología. Así los estudiantes conocen sobre diversidad, y cómo las condiciones de clima y geográficas influyen y/o determinan los rasgos físicos que hacen a los seres humanos diferentes en apariencia. Se les enseña sobre costumbrismos, herencias étnicas, gastronómicas, religiosas; hábitos adquiridos por los pueblos y las circunstancias en las que estos se crearon. Naturalmente, todo lo anterior de acuerdo a la edad de los educandos.

Imagino a los/las jóvenes graduarse con conocimientos relacionados a La India, Asia, Pueblos Originarios, exterminados y los que todavía existen. Estarían al tanto de que África no es un país sino un continente, y no se quedarían con la historia oficial de pobreza y atraso pues conocerían más de una. Apartheid no sería una palabra desconocida, ni lo que representó para el continente. Imagino ir más allá de la geografía básica, trascender del nombre de las capitales. En fin, es mucho lo que viene a mi mente.

Y como sigo imaginando, entenderán que no tengo límites, entonces también se imparten clases de Arte, en todas sus formas y tipos, sin olvidar la parte histórica. Me emociono solo de pensar en un salón lleno de estudiantes conociendo sobre la época del Renacimiento y su influencia en las artes. Continúo con música, pintura, actuación, canto, danza, poesía, ópera, arte urbano o callejero; los personajes que destacaron en estas áreas, convirtiéndose en referentes obligatorios en su rama. Así, para mucha de nuestra juventud, Mozart significaría algo más que el nombre artístico de un cantante urbano.

Y como el Estado dominicano se ha propuesto ir más allá de las habilidades mentales y el conocimiento de los estudiantes, también ha diseñado un programa que incluye la formación en trabajos manuales como carpintería, alfarería, artesanía -en su amplitud posible-, y por supuesto, agricultura básica.

¿Ha visto usted el rostro de un niño o una niña mientras manipula la tierra con sus manos? Ahora piense en lo que significaría para ellos involucrarse directamente en la siembra de lechugas, cebollas, tomates, ajíes, observar cómo crece la planta y se transforma hasta llegar la cosecha. ¡Hermoso! No solo por lo que aporta al desarrollo mental de los niños el mantener contacto con la naturaleza, sino que también las habilidades motoras finas de los más pequeños perfeccionarían.

Los leones y animales fantásticos en mi armario rugen y saltan de alegría, ahora me hablan de dos asignaturas más que favorece el entendimiento del desarrollo humano: Historia de las Religiones y una que yo denominaría "Conceptos básicos del vivir". En este punto se organizan foros de discusión sobre ideas tan cotidianas y manidas, como la verdad, el amor, la mentira, la libertad, la paz, la diversidad y la igualdad, la ira, la tolerancia. Igual con nociones como bondad, maldad, abundancia, riqueza, lealtad, pobreza, compañerismo, y cualquier otra que pudiera surgir.

Naturalmente, en mi imaginación no hay un pupitre tras otro, no existen filas por orden de tamaño; tampoco hay lugar para los castigos en un rincón del salón con el rostro hacia la pared. En las aulas de mi mente hay círculos, se trabaja en grupos, se discuten las diferencias entre los estudiantes, hay mucha luz natural, el aprendizaje de lo curricular ocurre en los espacios del colegio, por tanto, no hay tareas para hacer en casa. Están los salones dispuestos para cada asignatura, con los materiales y herramientas necesarios. Todo es de todos y todas y nada es de alguien en particular, por tanto el cuidado y protección de los recursos es responsabilidad colectiva.

Salgo de mi closet emocionada y recuerdo porqué nunca estuve de acuerdo con el 4% para la educación, ni me manifesté al respecto, más que para enfatizar que sin una seria y profunda transformación en nuestro sistema político, corrupto hasta la misma médula, solo estábamos exigiendo más dinero que se prestaría para más dolo. Construir escuelas a la "brigandina", solo con fines electorales, no es revolución educativa, menos si están mal construidas y las paredes caen con cualquier temporal de lluvia; tampoco lo es dotar a los/las estudiantes de tabletas electrónicas en un país con problemas de energía eléctrica que superan los treinta años. La educación no puede revolucionarse sin transformar la propia oferta pedagógica.

Y no se trata de que los/las estudiantes estén en docencia todo el día. Se trata de que el colegio y la escuela sean un lugar donde nuestros niños y niñas anhelen ir, porque se divierten y aprenden, comen rico, juegan y descansan. Eso es la niñez en resumen.

(*) En referencia a la saga literaria Las Crónicas de Narnia y su primer libro "El León, la bruja y el Armario. Narnia es un lugar fantástico que es descubierto por unos niños al abrir un armario.