En la República Dominicana, como en otros países, existe un grupo social que es digno de pena y al mismo tiempo de repudio. Personas que queriendo demostrar ser más vivos que los demás, ponen en evidencia su complejo, falta de respeto y de sentido común. Hombres y mujeres indolentes e indeseables que hacen todo lo posible para que no se avance como sociedad. Son los que se estacionan de manera indiscriminada en los parqueos para embarazadas o personas con algún tipo de discapacidad física.

Estas personas que se atreven a utilizar dicho espacio reservado, en su mayoría son reincidentes y les importa usarlo hasta diario -como he visto- y en diferentes lugares. Y cuando se les acerca alguien a reclamarle, hacen caso omiso y hasta se burlan de quien se atreve a decirles.

Hay casos que los responsables de colocar los vehículos, los llamados “parqueadores”, en plazas y otros centros, son los que te proponen y venden el lugar como si fueran los dueños. Eso lo hacen porque los parqueos quedan más cerca de las entradas.

Están los que van a los bancos y otras instituciones con un niño cargado en brazos para aprovecharse y no hacer la fila. A éstos se les da paso, aunque no les corresponde, porque la ley dice a minusválidos, embarazadas y personas de la tercera edad. Nadie debe someter y exponer a un niño menor de un año a estas situaciones. Primero, porque un bebé debe estar en su casa.  Segundo, porque es una forma de prostitución infantil, muestran al muchacho, los demás se conduelen y ganan tiempo, sin ningún problema, a costa de la criatura.

Este grupo de personas sin escrúpulos, corruptos por demás, son unos “Retrasados Sociales” y a su vez “minusválidos del Alma”.