Los informales en la economía son aquellos que trabajan por cuenta propia, no están cubiertos por la ley en sus relaciones laborales, no contribuyen con impuestos y están desprotegidos en sus transacciones diarias. Reducir la informalidad en la economía dominicana debe ser una de las labores fundamentales del gobierno, por el impacto fiscal que causa y las distorsiones que genera en nuestra economía.
Es importante tener claro el concepto y su definición, pues de la informalidad solo se captan algunos aspectos de la realidad, ocultando más de lo que se revela. Políticas públicas sensatas y reformas normativas prudentes deben llevar, no solo a reducirla, sino a hacer intervenciones en diferentes categorías de contribuyentes, segmentándolas por tamaño en la escala de contribuyentes.
La razón por la que las últimas estadísticas en torno al 57% de empleos informales en el país y el crecimiento de la informalidad en la economía después de siete trimestres de baja debe seguir causando preocupación al gobierno y a los hacedores de políticas públicas, pues la informalidad está asociada con bajos niveles de productividad y pobreza.
El desarrollo se alcanza con bajos niveles de informalidad, pero la informalidad sigue creciendo en nuestro país, aunque algunos piensan que una economía puede crecer sosteniblemente bajo estas circunstancias. La informalidad es en el corto y mediano plazo un problema humano y una variable negativa en cuanto al índice de productividad.
La economía informal absorbe más de la mitad de la fuerza de trabajo del mundo. Por ello, millones de trabajadores y unidades económicas en todo el mundo padecen condiciones de trabajo precarias y carecen de derechos en el trabajo.
La norma internacional de trabajo adoptada en 2015 en la 104.a Conferencia Internacional del Trabajo, ofrece, por primera vez, orientación a los Estados miembros, como el dominicano, sobre cómo pasar de la economía informal a la formal. Esta norma persigue un triple objetivo: facilitar la transición de los trabajadores y de las unidades económicas de la economía informal a la formal; promover la creación de empresas y de empleos decentes en la economía formal, y prevenir la informalización de los empleos formales. Aquí está la clave.