El método electoral para elegir el o la Presidenta en República Dominicana (RD) es de mayoría, específicamente, de mayoría absoluta (más de la mitad de los votos válidos emitidos), sino se obtiene esa cantidad se  pasaría a una segunda vuelta o balotaje con los o las dos que hayan obtenido más votos. En el caso del Senado de la República el método también es de mayoría, pero mayoría relativa; es decir, ganará el o la que obtenga más votos sin importar que llegue a más del 50%. Eso es de conocimiento común.

Ahora bien, para determinar cuáles candidatos  a diputados resultan gananciosos de los 178 asientos en la Cámara de Diputados, en otras palabras, de los escaños, el sistema no es de mayoría sino proporcional. Aquí la cuestión se complica un poco ya que existen varios métodos proporcionales para la repartición de los puestos: a) los de procedimiento del cociente electoral  y b) los procedimientos del divisor, uno de estos últimos se usa en nuestro país. Según el profesor Oscar García Luengo de la Universidad de Granada, España, las fórmulas de divisores son: 1) D`Hontd; 2)  Imperiali; 3) Imperiali R = 0.5; 4) Sainte-Laguë; 5) Sainte-Laguë  modificada (método equilibrado); 6)  Sainte-Laguë-Húngaro;  y 7) el Método Danés.

Ahora bien, ¿cuál de éstos se aplica en nuestro país? La respuesta la podemos encontrar en el artículo 4 de la ley 157-13 que establece el voto preferencial en la elección de Diputados y Diputadas al Congreso Nacional, cuando indica, que “para la determinación de la cantidad de escaños obtenidos por cada partido o agrupación política en cada demarcación electoral para el nivel congresual se utilice el método proporcional D´Hondt a los fines de garantizar la representación de las minorías, conforme lo establecen la Constitución de la República, del 26 de enero de 2010, y la Ley Electoral No.275-97, del 21 de diciembre de 1997”. (Subrayado nuestro).

¿Qué es el sistema proporcional D`Hondt? Es una fórmula electoral (procedimiento del divisor) del matemático belga Víctor D`Hondt, mediante la cual se reparten los escaños de manera proporcional  en función de los votos obtenidos. Consiste en dividir los votos de todas las candidaturas por la sucesión de los números naturales, o sea, distribuir los escaños de acuerdo a los cocientes. Se usa en países como España, Italia, Argentina, Finlandia, Dinamarca, Perú, Guatemala, entre otros. En RD se implementa desde hace años.

Los requisitos a tomar en cuenta para calcular la cantidad de diputados que pueda obtener un Partido, en base al método de D`Hondt, en el caso nuestro,  son: a) No se tienen en cuenta aquellas candidaturas que no hubieran obtenido, al menos, el 2 por ciento de los votos válidos emitidos en la circunscripción; b) Se ordenan de mayor a menor, en una columna, las cifras de votos obtenidos por las restantes candidaturas; y c) Se divide el número de votos obtenidos por cada candidatura por 1, 2, 3, etcétera (número naturales), hasta un número igual al de escaños correspondientes a la circunscripción, formándose un cuadro similar al que aparece en el ejemplo práctico. Los escaños se atribuyen a las candidaturas que obtengan los cocientes mayores en el cuadro, atendiendo a un orden decreciente.

Ejemplo práctico. Imaginemos 200.000 votos válidos emitidos en una circunscripción donde se elegirán 5 Diputados entre 6 Partidos Políticos. Los resultados son: Partido A (80.000 votos); Partido B (60.000 votos); Partido C (40.000 votos); Partido D (10.000 votos); Partido  E (9.000 votos); y  Partido  F (1,000 votos)

 

Dividido/1 Dividido /2 Dividido /3 Dividido /4 Dividido /5
Partido A (40%) 80,000

(Diputado 1)

40,000

(Diputado 3)

26,666 20,000 16,000
Partido B (30%) 60,000

(Diputado 2)

30,000

(Diputado 5)

20,000 15,000 12,000
Partido C (20%) 40,000

(Diputado 4)

20,000 13,333 10,000 8,000
Partido D (5%) 10,000 5,000 3,333 2,500 2,000
Partido E  (4.5%) 9,000 4,500 3,000 2,250 1,800
Partido F (0.5%) se excluye del reparto por no obtener más del 2%.

Se divide la cantidad de votos obtenidos por cada partido, primero entre 1, luego entre 2, a seguidas entre 3 y así, sucesivamente, hasta dividirlo entre 5 que es la cantidad de escaños en disputa. Por ello,  los 80,000 votos del Partido A fueron divididos, en la primera columna, entre 1; luego esos 80,000 divididos entre 2 (40,000); posteriormente, esos mismos 80,000, fueron divididos entre 3 (26,666);  luego entre cuatro (20,000) y, finalmente, entre 5 (16,000). Lo propio se hizo con los demás Partidos. Como son 5 escaños, se elegirán los primeros 5 que obtengan los cocientes mayores en un orden decreciente (marcados en verde).

De ahí que, el Partido A obtuvo 2 diputados, el Partido B también alcanzó 2 y el Partido C logró una diputación. Los Partidos D y E no fueron favorecidos con la repartición y el Partido F fue excluido por no pasar la barrera electoral del 2%. La individualidad  de quiénes son los 5 diputados electos la dará el voto preferencial.

No obstante, esa proporcionalidad no es absoluta sino relativa. El sistema de D’Hondt tiende a favorecer a los partidos mayoritarios, aún más con barreras electorales altas y circunscripciones pequeñas, pues mientras más grande es la circunscripción más posibilidades hay de que partidos pequeños obtengan diputados. Realmente, este sistema no es un garante absoluto de la representatividad, aunque equilibra normalmente el reparto. Otros métodos, dentro del  procedimiento del cociente electoral, son más representativos de las minorías, pero de poco uso.

La ley 37-10 sobre los Diputados Nacionales ha querido venir a subsanar, por mandato del artículo 81, numeral 2, de la Constitución, la representación congresional de aquellas agrupaciones políticas que no pueden alcanzar escaños de la Cámara de Diputados. Esta norma estipula una barrera de un 1% para que esos partidos minoritarios puedan optar por una de esas 5 diputaciones nacionales con la limitante de que si van aliados a uno mayoritario pierden el derecho. Al final de cuentas los partidos mayoritarios vuelven  y salen victoriosos, también, con los Diputados Nacionales, porque la mayoría de los minoritarios formulan alianzas con ellos, prefiriendo, como dice la afamada expresión, coger  los mangos bajitos.