El Consejo Monetario Centroamericano (CEMLA) acaba de celebrar en Punta Cana su 277 reunión durante los días 28 y 29 de julio del presente 2016. Al final de ese encuentro dicho organismo presento un resumen final de las discusiones que se llevaron a cabo, en cual destaco una serie de aspectos positivos relativos al desempeño de las economías de la región, enfatizando, como es natural, dada su naturaleza, los esfuerzos realizados por los países asociados en el ámbito del sector financiero.
El CEMLA es un organismo regional que se estableció oficialmente en septiembre de 1952 con el propósito general de promover una mejor comprensión de los temas monetarios y bancarios de América Latina y el Caribe y de la política fiscal y cambiaria; de contribuir con el mejoramiento de la capacitación del personal de los bancos centrales y otros órganos financieros así como realizar estudios de investigación; de dirigir investigaciones y sistematizar los resultados obtenidos en los campos mencionados; y de proveer de información a los miembros acerca de hechos de interés internacional y regional en los campos de las políticas monetaria, financiera y cambiaria.
En la actualidad el organismo está compuesto por 53 instituciones correspondientes a los países de nuestra region, 30 de las cuales son miembros asociados con voz y voto en la Junta de Gobierno y en su Asamblea General, y las restantes son miembros colaboradores únicamente con voz. Su presupuesto es financiado mediante contribuciones anuales de los miembros asociados y colaboradores.
En esta reunión celebrada en el país la entidad presento un panorama favorable de la evolución macroeconómica de la región durante el primer semestre del 2016, el cual dijo esperar que prevalezca en lo que resta del año.
En el marco de esa reunión el gobernador del BC de la RD, don Hector Valdez Albizu, adelanto en forma preliminar que la economía dominicana estaría creciendo durante el primer trimestre del 2016 por encima del 7%, lo que de nuevo la colocaría por encima del resto de los países de la región.
La entidad también expreso que aún cuando el panorama económico global continuará bajo importantes niveles de incertidumbre, el crecimiento económico moderado que experimento en particular la economía de Estados Unidos de América ha venido mostrando que los beneficios derivados de la reducción de los precios internacionales del petróleo y otras materias primas, así como del mayor flujo de inversión extranjera directa, turismo y remesas, contribuirán a compensar los efectos negativos que pudieran derivarse de un eventual ajuste al alza en las tasas de interés internacionales, en particular por parte de la Reserva Federal de los EUA.
En su evaluación de la economía de la región dicho organismo encontró que el crecimiento de la actividad económica durante estos primeros seis meses del 2016 se ha mantenido en un robusto promedio de 4%, destacándose el referido desempeño de alrededor del 7% de la economía dominicana.
De acuerdo con el organismo ese comportamiento de la economía de esta región constituye una resistencia razonable a los niveles de incertidumbre que caracterizan a la coyuntura macroeconómica global, pero hace la salvedad de que alcanzar un ritmo de crecimiento superior en el corto plazo dependerá de una recuperación más vigorosa por parte de los mayores socios nacionales que forman parte del mismo.
A pesar de los casos conocidos de los problemas que han venido experimentando algunas economías importantes de esa zona, en parte por razones de malos manejos de la política económica y en parte por razones de la geopolítica, el CEMLA valoro como positiva la evolución de los precios al consumidor, cuyo crecimiento promedio a junio del 2016 fue de solo un 2.2% interanual, un resultado atribuido por la entidad a la forma responsable en que se ha conducido la política monetaria y cambiaria en términos generales por parte de los bancos centrales.
Para los que habitamos en esta media isla de nuestros amores, esas afirmaciones constituyen más que buenas noticias. Bien conocido es que somos un país pequeño cuyo desempeño depende en gran medida de lo que ocurra en su entorno externo. El mismo CEMLA ha valorado la importancia de la reducción de los precios del petróleo y de otras materias para nuestra balanza comercial, así como el crecimiento del turismo y de las remesas, todas variables que inciden positivamente en el resultado de nuestro saldo comercial con el resto del mundo y con el fortalecimiento de las reservas internacionales del país.
Afortunadamente esta economía ha estado manejada durante las ultimas décadas por unas autoridades que han sabido apreciar la importancia de la estabilidad de precios, y que, mirando hacia adelante, están dando muestras de una interesante voluntad política para enfrentar con medidas apropiadas el desequilibrio de las finanzas públicas, incluyendo crear las condiciones para que nuestros productores sean más competitivos frente a los de otros países.
Haber logrado los niveles de crecimiento con los que nos hemos desenvuelto durante todos estos años en medio tantas precariedades financieras y en el marco de una crisis económica internacional tan profunda como la que nos ha tocado vivir en el pasado reciente, ha sido una proeza que no tiene otra explicación que no sea un adecuado manejo tanto de las finanzas públicas en su proceso de consolidación, como de una prudente política monetaria que adiciona seguridad y certidumbre a los agentes económicos.
Ciertamente el país tiene por delante grandes retos sobre todo en el corto plazo, especialmente cuando nos referimos a los grandes pactos que se encuentran en proceso de negociación en un ambiente de positiva coincidencia y colaboración entre los sectores público y privado, cuya conclusión y puesta en vigencia uniendo las mejores voluntades, constituirá un acontecimiento de mucha transcendencia para el futuro de la economía dominicana.
Hay que destacar como un elemento que contribuirá mucho a ese esperanzador propósito el cambio de actitud que están mostrando tanto las autoridades como el sector empresarial quienes han devenido en entender que por encima de los intereses de los grupos políticos o empresariales esta el ambiente general que debemos propiciar para que la actividad económica nacional se desenvuelva en los mejores términos de competitividad y certidumbre.
Ojala que prontamente podamos dar los pasos más acertados en el ámbito institucional para que ese positivo proceso se consolide en el futuro cercano y se constituya en el marco de referencia para una evolución económica mas apegada a los cánones relacionados con una distribución más equitativa y consecuente de la riqueza.