De acuerdo con cifras ofrecidas por el Gobernador del Banco Central (BC) el pasado 20 de octubre, correspondientes al periodo enero – septiembre del 2016, la economía dominicana experimento una tasa de crecimiento del 6.9% con respecto a igual periodo del 2015; un crecimiento que, nueva vez, la coloca por encima de la mayoría de los países de la región.
Ese excelente desempeño se fundamenta en el comportamiento positivo de los sectores más dinámicos del aparato productivo nacional, tales como la Minería, la Construcción, la Agropecuaria, la Intermediación Financiera, la Salud, Otros Servicios, el Comercio, la Enseñanza, el Turismo, el Transporte y la Manufactura Local, entre otras actividades que en conjunto representan el 84% del PIB.
Es importante resaltar, ademas, que ese robusto desempeño de la economía se ha alcanzado en el marco de un saludable ambiente de estabilidad de precios, tomando en consideración que la inflación acumulada durante el indicado periodo se sitúa en un 0.35%, y que la anualizada, de septiembre 2015 a septiembre 2016, fue de apenas 1.35%. Es decir, muy por debajo del límite inferior de la meta establecida en el Programa Monetario del BC, que es de 4.0% ± 1.0%.
Dado que, como dijo el Sr. gobernador, la baja inflación ha estado condicionada fundamentalmente por los menores precios internacionales del petróleo, las autoridades monetarias han podido mantener invariable la postura neutral de su política monetaria por 17 meses consecutivos, con una tasa de interés de política monetaria de un 5% anual, contribuyendo a que las tasas de interés del mercado permanezcan sin cambios importantes, a niveles que han sido muy favorables para el dinamismo de la economía dominicana.
Ese ambiente de estabilidad de precios y de bajas tasas de interés ha permitido que la cartera de préstamos del sistema financiero al sector privado se incrementara en RD$55 mil millones durante el referido periodo, y en RD$94 mil millones en los últimos doce meses, para un crecimiento interanual de 12.5%, que se ubica por encima del crecimiento del PIB nominal.
De acuerdo con las cifras disponibles al 17 de octubre del 2016, las Reservas Internacionales Brutas del Banco Central ascendían a US$5,438.8 millones, para un incremento de US$568.5 millones en relación con igual período de 2015, mientras que las reservas internacionales netas terminaron a la misma fecha de octubre en US$5,436.8 millones, equivalentes a un aumento de US$668.9 millones en comparación igual periodo del año previo.
Otra de las buenas noticias económicas que ofreció el gobernador del BC en la ocasión es la fortaleza que exhibe el Sistema Financiero Dominicano, el cual se encuentra enteramente saneado, es rentable y esta patrimonialmente fortalecido, con niveles de solvencia superiores a lo requerido legalmente a nivel local y por los estándares internacionales.
En lo referente a los resultados de nuestras relaciones comerciales y financieras con el resto del mundo, el principal ejecutivo de nuestro Banco Central también pudo ofrecer muy buenas noticias. Dijo que como resultado de la reducción de los precios internacionales del petróleo, el país ha tenido un ahorro en su factura petrolera de US$336.2 millones en lo que va del año, el cual contribuye a reducir del déficit de cuenta corriente y a mejorar la disponibilidad de divisas en el mercado local.
Adicionalmente el gobernador argumento que "el aumento del precio del oro, el extraordinario dinamismo del sector turismo y los mayores flujos de remesas, han contribuido a que el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos pasara de US$441.1 millones en enero–septiembre 2015 a US$281.9 millones en igual período de 2016, para una disminución de US$159.2 millones".
El funcionario también hizo referencia al buen comportamiento de los ingresos generados por el turismo durante el periodo analizado, los cuales crecieron en 10.0%, generando US$5,084.1 millones, al tiempo que las Remesas enviadas desde el resto del mundo por la diáspora dominicana crecieron en 4.7%, para un valor de US$3,908.5 millones. Es decir que sólo por estos dos renglones ingresaron al país aproximadamente US$9,000 millones en dicho período.
Adicionalmente a esos ingresos generados por el turismo y las remesas, las exportaciones de bienes durante el periodo ascendieron a US$7,291.3 millones, destacándose las mineras que fueron favorecidas por una mejoría en los precios oro en el mercado internacional, y las de productos agropecuarios diversos no tradicionales.
Por el lado de la cuenta financiera de la balanza de pagos, se hizo referencia a unos US$1,802.2 millones que ingresaron al país en calidad de inversión extranjera directa (IED) para ser invertidos en el sector turismo, en bienes raíces, en la actividad comercial y en otras actividades productivas.
A fin de cuentas durante el periodo bajo análisis ingresaron al país unos US$18,000 millones y se espera que al concluir el 2016 esa cifra alcance los US$24,000 millones de dólares, los cuales habrían sido generados por las actividades productivas nacionales. Si tomamos en consideración que al concluir el 2016 se espera que el producto bruto interno (PIB) ronde los US$70,000 millones, estamos hablando de que los ingresos de divisas representarían mas o menos el 34% de esa variable de referencia.
Mercado de Divisas.
El gobernador del BC hizo referencia al hecho de que durante esos primeros nueve meses del año la banca dominicana adquirió divisas en el mercado por unos US$787 millones, saldo compromisos por US$311 millones e incremento sus activos externos netos en US$476 millones. También menciono que en los primeros días de octubre las disponibilidades de divisas en poder de la banca era de unos US$1,200 millones, una cifra con perspectivas de aumentar en la temporada alta de fin de ano.
Por otra parte, de acuerdo con las cifras disponibles al 17 de octubre del 2016, las Reservas Internacionales Brutas del Banco Central ascendían a US$5,438.8 millones, para un incremento de US$568.5 millones en relación con igual período de 2015, mientras que las reservas internacionales netas terminaron a la misma fecha de octubre en US$5,436.8 millones, equivalentes a un aumento de US$668.9 millones en comparación igual periodo del año previo.
Si bien se observa ese panorama de las disponibilidades de divisas tanto en poder de la banca comercial como de la propias autoridades del Banco Central, surgen las naturales interrogantes en relación con el movimiento especulativo que en la últimas semanas se ha verificado en el mercado de cambio. La interrogante que surge al respecto es de donde sale la presión que se ha verificado en el mercado cambiario, conociéndose, como lo muestran dichas cifras, que hay buenos ahorros en moneda extranjera tanto en el sector bancario privado como en las arcas del BC.
La única explicación que surge al respecto es que aparentemente hay sectores que tienen o manejan muchos recursos económicos que están tratando de aprovechar el aumento coyuntural de la demanda que por lo regular se produce en estos meses para forzar un incremento en la tasa de cambio. El aumento de la demanda de esta época del año tiene que ver con la reposición de inventarios para aprovechar las ventas de fin de ano. Para esos fines se acapara temporalmente una buena parte del flujo de divisas y se generan rumores para provocar nerviosismo en el mercado que permita especular con el precio de las divisas.
En lo que no reparan los sectores que se dedican a esas prácticas es en el efecto que tienen esas acciones en los precios finales de bienes y servicios que se adquieren para ser vendidos en el mercado local.
La respuesta que tendrían que dar las autoridades monetarias a un movimiento alcista de la tasa de cambio que ponga en riesgo la estabilidad de precios seria una intervención significativa en el mercado, colocando parte de sus reservas para reducir la presión en el mercado de divisas, una acción con la cual, al mismo tiempo, se reduce la liquidez en moneda nacional y se empuja al alza las tasas de interés.
A parte de las ganancias extraordinarias que obtendrían los sectores de poder económico que se dedican a especular en el mercado de divisas, se le estaría haciendo un daño a la economía y al resto de la sociedad dominicana al provocar un encarecimiento en el costo del dinero por la vía del incremento en las tasas de interés. Además, y dependiendo de la magnitud del problema, probablemente las autoridades tendrían que abandonar su postura neutral en lo relativo a la tasa de política monetaria, lo cual mandaría una señal preocupante a los agentes económicos internacionales que le dan seguimiento al comportamiento de las variables económicas del país.
Un ambiente de incertidumbre como el que tiene lugar con la inestabilidad de precios es equivalente a un incremento del riesgo – país, y, por lo tanto, a un aumento en el costo financiero de la deuda que debe asumir el país para financiar el presupuesto y las actividades productivas al interior de nuestra economía. Estas acciones en ocasiones tienen también el ingrediente de la contaminación política, tratando de que las autoridades tengan que pagar el costo político de la inestabilidad económica, sin importar el daño que se haga a los sectores más empobrecidos de la sociedad.
Por su experiencia y las informaciones que manejan, nuestras autoridades monetarias conocen muy el origen de estos movimientos especulativos en el mercado de divisas y, por ello, en caso de que la situación permanezca, es seguro que daran respuestas adecuadas y oportunas para evitar las consecuencias negativas mencionadas. Adicionalmente los agentes económicos de mayor incidencia en nuestras actividades productivas y comerciales conocen el tipo de respuestas que le dan nuestras autoridades monetarias a estos movimientos especulativos y por ello no se desesperan cuando tienen que manejar la situación.
Estos agentes disponen de suficiente información para darse cuenta de que no hay razones de orden económico que le den fundamento a esos movimientos especulativos. Saben muy bien que si le siguen el juego a los especuladores se arriesgan a experimentar pérdidas económicas que muy bien pueden evitarse.
La dominicana es una economía que como consecuencia de su baja presión fiscal, explicada en gran medida por los elevados niveles de evasión, se ha venido manejando con un resultado fiscal deficitario que debe ser financiado mediante la colocación títulos de deuda pública tanto en el mercado local como en el internacional. El éxito de esa gestión de financiamiento se mide básicamente por las tasas de interés que se pueden negociar con los inversionistas institucionales cuando el país decide salir al mercado con esa finalidad. Por ello es importante el esfuerzo que se pueda hacer para reducir los niveles de riesgo – país, que es la variable más importante para los inversionistas.
En atención a estos elementos, el Sr. Gobernador del Banco Central resaltaba como una noticia positiva el hecho de que "el desempeño de nuestra economía se ha reflejado en el Indicador de Bonos de los Mercados Emergentes (EMBI), utilizado como referencia de riesgo-país, que desde hace más de 12 meses está por debajo del promedio latinoamericano, redundando en menores costos de financiamiento público y privado en los mercados internacionales y en un atractivo para que siga fluyendo la inversión extranjera directa a tierras dominicanas".