Al expresarse así, Euclides Gutiérrez Félix mezcló mansos y cimarrones, palabra esta última que conoce a la perfección; una de sus obras, "Las cimarronadas en Santo Domingo en el siglo XVI", trata sobre los esclavos rebeldes (fugitivos algunos) que vivían en lugares ocultos, alejados de las ciudades (como la fílmica en República Dominicana está en pañales, y no hay en estos momentos producción local que muestre a los dominicanos lo que era un cimarrón y cómo desarrollaba su forma vida, les recomendamos una extraordinaria novela brasileña titulada -en español- "Chica Da Silva", en la que, incluso, podrán ver los rincones donde vivían, llamados quilombos).

¿Por qué hizo el doctor Gutiérrez Félix esa mezcla? Porque tiene un interés supremo, y muy bien definido, de fijar en las mentes ociosas de la ignorancia que los que escribimos acerca de las fechorías de Leonel Fernández lo hacemos por envidia… y la mejor forma de expresarlo es la de reburujarnos a unos con otros sin importar la posición que ocupemos en las relaciones de producción. "Expresa lo que quieras que algo quedará", dice un refrán de esos que son certeros; "enloda que tendrán que invertir tiempo en quitarse el lodo… y muchos preferirán quedarse con él".

Si el rector de los asuntos relacionados con seguros en la República Dominicana hubiese sido más específico en sus expresiones -mencionando nombres, sobre todo los de los periodistas, articulistas e intelectuales que intenta denigrar con insultos y rabietas que ha hecho costumbre, incluso, en los medios televisivos- podría darse cuenta, leyéndose y analizándose, que su clase originaria (la que le correspondía en la era de Trujillo, no la actual) está influyendo determinantemente en la forma de ver las cosas, aún cuando no ha cumplido los ochenta años (cumplió 77 el 21 de mayo).

El tercer párrafo de la última entrega de Composición Social Dominicana es el producto, precisamente, de lo expresado: "En la realidad de los hechos la mayoría… nunca (tuvo, nh) patinetas, patines, velocípedos y bicicletas; tampoco le celebraron sus cumpleaños con piñatas, refrescos y helados; tampoco concurrieron a los clubes de “primera o de segunda” que proliferaban en todo el país…". Y de inmediato pasa a decir: "el autor de esta columna… está convencido de que esa agresividad irrespetuosa… es más que nada por los resentimientos sociales que amargan de manera permanente su existencia. Los conocimientos que en términos intelectuales han adquirido naufragaron en ese océano profundo de resentimientos".

¿Y si es al revés? ¿Y si es el doctor Gutiérrez Félix que alberga esos resentimientos que su clase originaria saca a relucir, y a la que pertenecía por estar bajo la sombrilla de un jefe de familia? ¿Acaso la oligarquía, de la que históricamente forman parte intrínseca los terratenientes y los militares, ha transitado a la par con la pequeña burguesía? ¿No ha sido la oligarquía la depredadora del Estado dominicano y la opresora histórica de la pequeña burguesía? Quizás Euclides Gutiérrez ejerció su niñez y su infancia sin las carencias que adjudica al rollo plasmado en su escrito final, pero las desviaciones que su clase originaria recoge de una sociedad de capitalismo tardío son peores que las carencias de Juan del Pueblo. Además, el trujillismo es algo de lo que nunca podrá desprenderse el doctor Gutiérrez Félix, y bajo esa formación es que se viene expresando día tras día por los últimos seis años, que lo lleva a asumir posiciones típicas del autoritarismo.

Queremos señalar al doctor Euclides Gutiérrez Félix que Leonel Fernández proviene de la capa baja propiamente dicha de la baja pequeña burguesía, no muy distante de la baja pobre, aunque visiblemente separada de la baja muy pobre; y estas dos últimas son las capas que carecen de todo lo que señala quien una vez fuera uno de sus defensores principales, que ahora pretende referirse, con "estilo ligero" -más como burla y desprecio que como análisis sociopolítico-, a la formación originaria de quienes escribimos sobre el saqueo al que el expresidente peledeísta sometió al país. Para el doctor Gutiérrez "muchos" crecimos en hogares carentes de "patinetas, patines, velocípedos y bicicletas", que no celebraban "cumpleaños con piñatas, refrescos y helados" y en el que sus integrantes no concurrían "a los clubes de 'primera o de segunda'".

Como ha sido tan minucioso en la búsqueda de las carencias que adjudica a la pequeña burguesía para plasmar la envidia que sus integrantes profesamos a Leonel Fernández, totalmente reales en las capas pobre y muy pobre de la baja pequeña burguesía, pero no en el nivel superior de esta ni en los niveles medio y alto de la pequeña burguesía, queremos puntualizarle, respecto a quien le mantuvo en un cargo público por 12 años, que algunas de las que señala sí fueron realidad en el creador del "nuevo camino" (el de la corrupción a ultranza, el del narcotráfico y las drogas, el del cinismo y la burla, el del "comesolismo"…), y son realidad en el bajo pequeño burgués que recién ha escalado la capa baja propiamente dicha proveniente de la inferior inmediata.

Ing. Nemen Hazim

San Juan, Puerto Rico