Leonel Fernández no puede descalificar al PRD, porque el pueblo sabe que el año pasado produjo el fraude del mayor déficit fiscal de la historia nacional, que autorizó y dirigió el saqueo del préstamo de la Sun Land, que secuestró las altas cortes creando el actual régimen de impunidad que tanto afecta el desarrollo democrático.
Leonel Fernández no está en condiciones morales de descalificar al PRD, porque sus problemas internos son el resultado del uso del poder y el dinero público para lograr la firma del famoso pacto de Las Corbatas Azules, con lo cual se liberó de una oposición política responsable al servicio de los intereses de la sociedad dominicana.
Por otra parte, a Leonel Fernández se le olvida que su partido surgió de la crisis interna del 1973 donde un grupito de los actuales dirigentes morados colocó una alambrada con hombres armados a la antigua Casa Nacional del PRD, de la avenida Independencia con Cervantes, despojando de su local a sus legítimos ocupantes.
Leonel Fernández olvida que su partido, a cinco años de formado lo estremeció una crisis que hizo renunciar su secretario general Tonito Abreu, Euclides Gutiérrez, Nélsida Marmolejos, Félix Alburquerque y un largo listado de dirigentes de gran valía.
Leonel olvida que a finales de los ochenta Rafael Alburquerque entonces secretario general fue sacado del PLD, junto a varios dirigentes, y luego formaron el Partido del Pueblo Dominicano que se alió a Joaquín Balaguer en las elecciones del 1990.
Leonel olvida que en las elecciones de mayo de 1990 Víctor Grimaldi descubrió en el centro de cómputos del PLD que le habían robado el triunfo al profesor Bosch, y éste indignado quiso lanzarse a las calles a pelear su victoria pero una camarilla del PLD burlaron su valiente decisión entendiéndose con Joaquín Balaguer en un oscuro manejo que mantuvo en el poder un régimen irrespetuoso de la voluntad popular.
Leonel olvida que en 1992 su partido expulsó de sus filas al intelectual Max Puig, y un valioso grupo de seguidores, que de inmediato formaron el Partido Alianza por la Democracia (APD).
Leonel parece no recordar que en 1993 expulsaron los economistas del PLD encabezados por Vicente Bengoa que luego pasó a simpatizar por el PRD sirviendo como asesor en el bloque de senadores en el Congreso Nacional.
Leonel pretende ignorar que en 2002 el PLD sufrió otra crisis cuando expulsaron doce diputados porque apoyaron la reforma constitucional de dicho año.
Los últimos acontecimientos en el PRD son lamentables pero absolutamente necesarios, en vista de que la dignidad y años de lucha de líderes que sirven de ejemplo a las nuevas generaciones, no pueden ser pisoteados por un comerciante de la política sin visión de líder porque en cada acuerdo que firma o promueve solo ganan los contrarios del partido de José Francisco Peña Gómez.
Leonel debe prepararse para que explique al pueblo dominicano los abusos de poder cometidos durante sus administraciones, como además debe explicar, los actos suyos y de sus funcionarios, considerados nacional e internacionalmente como los más corruptos de la historia.
La descalificación de Leonel al PRD, debería provocar rechazo y vergüenza, a su aliado Miguel Vargas Maldonado, porque de paso lo descalifica presentándolo como inepto para encabezar la gestión de los asuntos públicos después que le sirvió con tanta lealtad.
Es oportuno repetir que la lucha interna del PRD es un asunto ideológico, no un tema de simple rebatiña entre facciones. Porque de este lado están líderes de la talla de Hipólito Mejía, Milagros Ortiz B., Tirso Mejía Ricart, Hugo Tolentino Dipp, Ivelisse Prats Ramírez, Fello Suberví, Geanilda Vásquez, Janet Camilo, Henry Acosta, Rafael Urbáez, Luís Abinader, Alfredo Pacheco, Andrés Bautista, César Sánchez, Eligio Jáquez, Orlando Jorge M, Jesús Vásquez, Yadhira Henríquez, Vicente Sánchez B, Emmanuel Esquea, Jesús Feris, Ana María Acevedo, William Jana, Arturo Martínez Moya, Cabito Gautreaux, Víctor Méndez, Ginnette Bournigal, Tony Peña Guaba, José Marcano, César Cedeño, Franco Badía, Wellington Arnaud, Jean Luis Rodríguez, y muchos otros que omitimos por limitación de espacio.
El más importante aporte humano del PRD a la nación, es Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez, los dos apóstoles más destacados de la moderna democracia nacional.
Los que enfrentamos los excesos de Miguel Vargas Maldonado, y sus acompañantes, tratamos de preservar los logros democráticos que José Francisco Peña Gómez, junto a cientos de personalidades, han construido con el sacrificio de sus vidas, y que Leonel Fernández, con las mentes grises que le acompañan, se ha propuesto destruir con el uso indebido de los recursos público y sin ningún escrúpulo cívico.