Analizando la definición de estos dos conceptos desde una perspectiva corporativa/institucional podemos definirlas como:
Responsabilidad Social (RS): “es el continuo compromiso de los negocios para conducirse éticamente y contribuir al desarrollo económico mientras mejoran la calidad de vida de sus empleados y familias, así como de la comunidad local y sociedad en general" (Fuente: Lord Holme y Richard Watts, World Business Council for Sustainable Development)
Compromiso Social (CS): Acciones llevadas a cabo con el objetivo de crear conciencia en la comunidad sobre una problemática y/o situación negativa, logrando el apoyo de la misma para solucionar dicho problema o hacer frente a una necesidad.
El parecido de ambos conceptos es evidente, pero en la práctica logran distanciarse mucho.
La RS tuvo su auge con la llegada del siglo XXI y nadie, absolutamente nadie, puede negar que dichas practicas han logrado “humanizar” a las empresas, pero -hoy- vemos que ya no es suficiente.
¿Porqué?
La RS es unilateral. Solo participan miembros de la organización, siendo la sociedad beneficiaria de la “buena voluntad” de quien decidió ayudar y/o adoptar practicas en favor de la comunidad o medio ambiente.
En América Latina existe la patética creencia de que el gobierno tiene la obligación de solucionarnos todos los problemas. Claro, hemos vivido dentro de sistemas paternalistas donde se nos acostumbró a sentarnos con los brazos cruzados esperando a que “papá gobierno” nos solucionara todo.
Asimismo, comenzó a pasar con las empresas y las practicas de RS; Hoy se espera que las empresas aporten a la comunidad y, una vez más, a mantenernos con los brazos cruzados, esperando que solucionen problemas que el gobierno no ha podido resolver: cuidado del medio ambiente, erradicación de la pobreza, servicios de salud, etc.
Pues si, tristemente, nos hemos vuelto una sociedad apática y egoísta, donde la adopción de prácticas socialmente responsables depende de ¿Qué tanto me cuesta? ó ¿Cuánto me voy a ahorrar?
Claro esta que -como en todo- hay excepciones, pero que triste que solo sean excepciones.
Entonces, ¿cómo podemos erradicar la apatía y egoísmo de la sociedad para solucionar problemas que debieron de ser resueltos el siglo pasado?
Los gobiernos deben de terminar con acciones esporádicas, las empresas deben de eliminar prácticas unilaterales, y ambos sectores, comenzar a llevar a cabo estrategias de Compromiso Social.
Las redes sociales han aportado mucho al compromiso social, pero solo de forma superficial.
Medios como Facebook, Twitter, etc. le han dado voz a la sociedad: ¡YA PODEMOS DIFUNDIR NUESTRAS QUEJAS! Pero quejarnos de algo o solo difundir una problemática no es suficiente; Es más, crean la percepción de que se está haciendo algo al respecto, cuando -en realidad- no se está haciendo nada.
Quejarse ayuda, difundir problemáticas es bueno para concientizar pero, una vez más, no soluciona ningún problema, ya que cualquier persona puede quejarse desde la comunidad de su casa con una conexión a Internet o con un celular moderno.
Hoy, las empresas, al igual que el gobierno, tienen que comenzar a involucrar más a la sociedad en la solución de los problemas, y la sociedad debe de comenzar por hacer las cosas sin buscar reconocimientos o premios, salvo el querer hacer del mundo un mejor lugar para vivir.
Por esto, es viable, necesario y urgente crear estrategias cuyo éxito dependa del involucramiento de la sociedad: La empresa (o Gobierno) informa, propone, facilita y aporta, y la comunidad aporta, se involucra y aprende.
Ya no es valido ser espectador… Ya es obligatorio ser parte del juego.