I.- El respeto hay que ganárselo

1.-  Por formación personal, familiar, educativa, profesional, política e ideológica, me gusta respetar,  para  igual consideración merecer de quien conmigo se trata. Debemos estar conscientes de que si procedemos con insolencia, no podemos esperar actitud de deferencia, porque la desatención trae grosería, no elegancia ni mucho menos  la fina cortesía que solamente ha de estar reservada a las personas que actúan con delicadeza.

2.- Para el ser humano que vive en sociedad merecer respeto de sus conciudadanos, está en el deber de portarse bien; ajustar los actos de su vida al correcto comportamiento; obrar conforme las buenas costumbres y conducirse dentro de los marcos de la decencia. De la misma forma que es  respetado el que se maneja con decoro, el descarado está imposibilitado de exigir consideración. Los integrantes de un medio social no están en condiciones de laurear al antisocial, porque solo merece ser galardonado el que es meritorio.

3.- Aquel que anda haciendo bellaquerías de todo tipo,  no puede esperar que se le dé trato honorable. Las acciones del bellaco tienen para su actor directas consecuencias, que no pueden ser otras que sanciones acordes con sus inconductas. Truhanear es muy propio de los que en el medio donde viven se convierten en rémoras sociales. A los que son obstáculos para el decente vivir hay que sancionarlos de diferentes formas.

4.- La estima a una persona en el medio donde desarrolla sus actividades es el resultado de la valoración de su conducta por los integrantes de la comunidad. Nadie llega a ser reputado si ha hecho de la mala vida una forma normal de proceder. No se gana el buen nombre con una actitud de desprestigio.

5.- En un país como el nuestro, donde abundan mujeres y hombres que procuran vivir sin ningún esfuerzo, aprovechándose de irritantes privilegios, moviéndose donde pueden ser favorecidos con canonjías y cuantas bicocas estén a su alcance, deben merecer consideración aquellos que han rechazado la vida fácil y se han dedicado al trabajo.

6.- La firme esperanza que tengo de que aquel que bien me conoce actuará frente a mí con la misma franqueza que le he dispensado, me lleva a ser confiado,  hasta que compruebo que he sido ingenuo y  caído en la pura buena fe y actuando bajo la influencia de la sinceridad de lo que digo o hago.

7.- En la mente tengo muy fijo lo que representa para mí el respeto, y tanto es así que en ocasión de cumplir mis 77 años de edad, escribí  lo que transcribo más abajo:

a.- Admito que de no  haber sido por mi carácter, hubieran sido más llevaderas mis relaciones familiares, amorosas, profesionales y políticas. Mi temperamento no sintoniza fácil  con las normas que rigen el relajo de  comportamiento en la sociedad dominicana de hoy

b.- El familiar o amigos  que quiere conocerme, debe remontarse a la época que nací, saber lo que fue mi formación hogareña, así como lo que  ha sido mi vida  material y espiritual desde mi niñez hasta ahora. Por tanto,  quienes más y mejor deben conocerme son  mis familiares más cercanos y mis íntimas   amistades.

c.- Acepto que conmigo se equivoque  quien no me conoce, pero no así aquel que  sabe bien  la  persona  que he sido y soy en lo familiar  y vínculos de amistad. A mis hermanos les quiero; a mis hijos, nietas y nietos, que  son la razón de mi vida, les   amo sin límite, en pocas palabras, gozan de mi adoración plena.

d.- Aunque ocupan un lugar especial en mi corazón, de mis descendientes, hermanas y hermanos, no espero reciprocidad afectiva, sino  el respeto que creo merecer. Es lo mismo que aspiro  recibir de mis amigas y amigos.

II.- Mi accionar político es por convicción

8.- He vivido con la creencia de que la actitud ante la vida define a los seres humanos; que aquel que quiere despedirse del mundo de los vivos sin remordimientos, compunción, desazón o intranquilidad, lo único que tiene que hacer durante su existencia es actuar correctamente, sin afectar a otros. Sencillamente,  probar en vida que es merecedor de ser tratado con respeto porque sus acciones terrenales lo hacen acreedor  de la consideración de sus coterráneos.

9.- Sin pretender ser un santo ni un demonio, impoluto ni manchado, he incidido en la política por ideales a los cuales me incliné voluntariamente procurando que para el ser humano su existencia sea buena o, por lo menos, mejor de lo que es en la realidad. No me cabe la menor duda que entre los dominicanos y las dominicanas, una de las distintas formas que hay para conocer su doblez  es el comportamiento político. Al moverse en la política las actuaciones prueban si una persona es de pensamiento sólido o fingido, de conducta honesta o sinvergüenza. Por tal motivo, siempre he destacado lo que para mí es la política, y lo  reiteré al momento de cumplir mis 79 años de edad, cuando hice constar lo que transcribo a continuación:

a.- Por el trajinar político desde que era un púber, de lo que ha sido mi vida no tengo nada de qué quejarme; no puedo, en lo absoluto, estar refunfuñando, echando pestes ni darme por lastimado. No me cuadra vivir poniendo el grito al cielo por las consecuencias adversas que me han generado mis actividades en el accionar político y social.

 b.- En lugar de permanecer contrariado, insatisfecho, dándome por ofendido, me conservo contento, sin disgustos de ninguna clase. He procedido en la brega política con el pleno convencimiento de que aquel que abraza con sinceridad y seriedad la lucha por los cambios políticos y sociales, debe aceptar los resultados sin importar que sean los peores. Estar de querelloso y lamentoso no es propio de quien hace de sus convicciones una doctrina armónica.

c.- En el curso de mi existencia he actuado en procura de obtener provecho para la sociedad porque entiendo que obrar para beneficio de la comunidad entraña realizar para el bien común. La práctica de hacer lo que es de utilidad se traduce en beneficioso para lo que en verdad se llama pueblo, por lo que producir, crear y formar, es eficaz en la medida que tiene sentido y componente social.

d.- Solamente me siento útil cuando convierto mi dinamismo en ajetreos que traduce mi esfuerzo en un producto de alcance humanista, porque es válido como ser humano el que desarrolla, motiva, origina, suscita en el medio donde vive para que las personas se preocupen por los cambios en el orden económico, político y social, a los fines de crear un nuevo orden que haga el ambiente acogedor en lo ético y moral.

e.- Durante toda mi vida lo que he hecho o dejado de hacer ha sido fruto de mí libérrima voluntad. Al ejecutar procedo con absoluta complacencia. No estoy formado para actuar bajo disgusto; mucho menos acciono con titubeos, impulsado por la vacilación, duda o indecisión. Me siento bien poniéndome en acción sin que en mí prime la dubitación. Hacer las cosas por decisión es para mí sentirme un hombre libre de reacciones caprichosas rodeadas de veleidades.

f.- Luego de mi familia, la pasión de mi vida es el accionar político con sentido social. No tengo razón de existir si no es accionando por los cambios políticos y sociales que precisa mi país y otros con estructuras semejantes a las que predominan aquí.

g.- Activar en la política me entusiasma, emociona y me motiva fogosidad. Con vehemencia he actuado en la política desde muy corta edad y el fervor sin límite lo he conservado. La política la vivo; ella me mantiene activo, con los ánimos encendidos. No resisto estar paciente porque sentirme contemplativo me hace creer que no existo. 

h.- En la política no he buscado maravillar, impresionar ni ser admirado. Llegué a la política como combatiente contra la injusticia, y así me he mantenido; fijando mi posición tanto en mi país como en el extranjero. No he usado la política como pasatiempo, distracción o un medio para hacer dinero y escalar socialmente. 

i.- Abracé la política por convicción y así la he ejercido estando dentro o fuera de un partido político. El quehacer político y social no lo acepto en forma pasajera, transitoria ni como algo furtivo. Mi vida ha sido y será la política, y lo mío con ella es permanente, persistente, consistente y sin tregua, es perpetuo. Ella llegó a mí para quedarse porque está estacionada en lo más profundo de mi corazón y cerebro. Le he sido fiel a la política y a mis ideas, y así será por sécula seculórum. El Caribe y Acento,  23 y 24 de diciembre de 2017

III.- Mis ideas las expongo responsablemente y con claridad

10.- Por deber me corresponde ejecutar allí donde hay que motivar y hacer acto de presencia para producir las transformaciones que convienen para sacar a las masas populares del atraso y la opresión material y espiritual. Por convicción ideológica estoy en la obligación a empeñarme para que desaparezca la desigualdad, la miseria, el hambre y todas las lacras que genera un orden social que mantiene al margen de la felicidad, la alegría y la paz espiritual a toda la especie humana. Servir a las justas causas es un mandato de conciencia que estoy comprometido a realizar sin importar el escenario que sea como miembro del movimiento democrático mundial y en particular de mi país.

11.- Mientras forme parte del mundo de los vivos estoy presto para ser parte, en forma libérrima, de todo instrumento, órgano, entidad o institución política que se identifique con mi pensamiento político dispuesto a llevar a la práctica un programa que tenga por objetivo romper las cadenas de dominación nacional e internacional que mantienen explotadas a las grandes mayorías nacionales de cada país controlado por las minorías nativas y los intereses monopolistas.

12.- Por voluntad propia, desde hace más de seis década decidí no formar parte de ninguna organización, partido o movimiento político, lo que no me impide incidir en la vida política nacional e internacional. Mi compromiso con la lucha social y política me manda a no ser indiferente, permanecer tranquilo, comportarme indolente, ser tibio o impasible. Me he mantenido y me mantengo vehemente, entusiasmado, vivamente interesado en contribuir al desarrollo de los procesos sociales para hacer avanzar la sociedad humana.

13.- En cualquier momento que me decida por apoyar una persona que se ponga al frente de un movimiento popular liberador, lo haré con absoluta conciencia y sin dejar espacio alguno a la interpretación caprichosa; versión maliciosa; captación dubitativa, o para que le den a mis palabras un sentido y significado contrario al que salió de mi corazón y cerebro. Siempre trato de dejarme entender para que ningún abusador quiera enmarañar y desfigurar lo que con claridad expongo.

14.- El día que haga mío un movimiento político lo haré consciente, espontáneamente, con clara intención y de manera formal. Lo que he hecho y hago en la actividad política lo ejecuto con seguridad, determinación y sin titubeo alguno, para que esté despojado de conjeturas y sin oscilación de ninguna clase. Nunca procedo a obrar para que quede duda, aprensión o posición contestable.

15.- Es un perverso aquel que de mala fe quiera etiquetarme colocando mi nombre antes o después del marbete correspondiente a un partido, o poniéndome como aliado de alguien a quien no he escogido como compañero político de viaje o camarada de ocasión.

16.- La simpatía que tengo con relación a algo no la escondo, porque no sé tapar lo que siento. Estoy hecho de un material humano que no oculta su inclinación afectiva en la política. De la misma forma que tengo antipatía hacia la politiquería, expreso afinidad a la lucha política de mi predilección, con la que me siento realizado y a la que le he entregado mi modo de ser y carácter sin dobleces, con encanto y la que me mantiene totalmente hechizado.

17.- Me gusta actuar diligente y rápido para cumplir con el requerimiento que me hace el amigo, pero también estoy vigilante; soy cuidadoso en la defensa de mi posición política; y me convierto en una persona tenaz cuantas veces estoy en el deber de defender mi ideología político, la que he ejercido limpiamente para que nadie se crea con derecho a mancharla y con ella lesionarme.

18.- En política me he propuesto ser lo más claro posible para que nadie quiera en forma antojadiza atribuirse el derecho de someter mis actividades y decisiones a análisis fuera de contexto. No hablo ni escribo para que quien decida transcribir mis ideas las trate como si fueran oscuras. Mi vida pública no hay que adivinarla, presagiarla ni mucho menos hacer de ella falsos pronósticos.

IV.- Conclusiones

19.- Muchos de los ciudadanos y ciudadanas que asistimos al acto promovido en Santiago por Francisco Domínguez Brito, el 27 de agosto del presente año, hicimos acto de presencia en condición de amigos y amigas del convocante, y lamentablemente nos retiramos siendo calificados por los medios de comunicación como si fuéramos aliados, seguidores, simpatizantes o compañeros ideológicos de quien nos había invitado pura y simplemente por vínculos de amistad. Al parecer, en un santiamén cambiamos de independientes en el partidismo nacional, a integrantes promotores de un candidato.

20.- Las personas de firmes convicciones políticas e ideológicas no están  formadas para ser parte de facciones, grupos  o alinearse con personas. No he estado en política por ocasiones; me siento militante convencido para actuar sin vacaciones por las ideas que he abrazado y a las que nunca renunciaré.

21.- He escrito este trabajo porque me he sentido agraviado ya que, al igual que otras personas, asistí  al acto convocado por el  licenciado  Francisco Domínguez Brito, en condición de amigo, no por vinculación ni identificación política.  Lo que publicaron los medios de comunicación con relación a mi presencia en el encuentro, así como la tergiversación de mis palabras, mi persona y pensamiento político fueron lesionados por lo que, tranquilamente, bajo ningún concepto puedo guardar silencio.

Fuentes de citas

  1. La Información y El Caribe, 19 y 23 de diciembre de 2015
  2. El Caribe y Acento,  23 y 24 de diciembre de 2017