El Maestro Morel fundo su taller en la Ciudad de Santiago lo que ocurrió en el primer cuarto del siglo.
De sus discípulos, uno al terminar su formación se encargo del taller. Fue Negro Disla. Esto, al decir del mismo artista, a quien visite hace algunos años.
Guillo Pérez fue profesor de la Escuela de Bellas Artes de Santiago, la que fue cuando el taller del Maestro y que se oficializo al final de los años cincuenta. El autor del presente escrito puede decirlo porque fue alumno de su curso en sus años de infancia. Por lo que sabemos desde entonces de la vocación docente del artista, la que le acompaña hasta nuestros días.
Al fundarse la Escuela de Bellas Artes de la Ciudad de la Vega, Pérez fue nombrado director de la misma quien fue sustituido como profesor por Mario Grullo que fue el otro discípulo del Maestro Morel.
Mario Grullón es un pintor de Santiago a quien no se le ha hecho justicia.
De manera que cuando se fundó la escuela de Bellas Artes de Santiago aquellos artistas que fueron discípulos del maestro Morel pasaron a ser profesores de dicha escuela esto fue en la mitad de del siglo.
La última vez que se celebró la inauguración de la exposición de las obras en el Ateneo Amantes de la Luz alguien del público, que seguramente fue un artista, pronuncio en voz alta esta palabra: “¡Farsantes!”
Eran los tiempos del final de la dictadura de Trujillo, época que algunos críticos y también historiadores, llaman, la –apertura- en el arte cuando se refieren a los cambios operados en la ciudad de Santo Domingo.
Los artistas de esa misma generación que egresaron de la Escuela de Santo Domingo abrazaron estilos y escuelas que varias décadas atrás se habían dado en capitales de países que se desarrollaron industrialmente en su momento.
Mientras que en Santiago, una empresa tabacalera de la ciudad tomó la iniciativa de promover un concurso bienal de arte a nivel nacional. La primera edición del referido concurso pudo efectuarse en sus primeros años de la década de los sesenta.
La exposición de las obras premiadas de las primeras versiones del concurso bienal se presentaron en el viejo edificio del Ateneo Amantes de lo luz.
Otro acontecimiento que marcó la entrada del siglo en el arte de la ciudad fue la formación de un grupo estudiantil de arte que se produjo en la Universidad Madre y maestra.
De aquel grupo de estudiantes dos ya fallecieron, las dos jóvenes de entonces han desaparecido del ejercicio del arte. y el otro está dedicado a la historia del arte, y eventualmente a la crítica.
De aquella escuela de pintura oficializada hubo un egresado, el único, que recibió diploma de grado firmado por el maestro Morel y por el pintor Federico izquierdo. Fue el autor del presente escrito quien posteriormente fue Profesor de la misma.
Aquel concurso bienal que promovió la empresa Tabacalera fue suspendido por el disgusto generalizado entre artistas consagrados que participaban desde de la ciudad de Santo domingo.
La última vez que se celebró la inauguración de la exposición de las obras en el Ateneo Amantes de la Luz alguien del público, que seguramente fue un artista, pronuncio en voz alta esta palabra: “¡Farsantes!”.
Aquel disidente, se refería seguramente a la decisión del jurado de entonces.
Después de varios años, el concurso o fue reabierto en la sala principal del no nuevo edificio del ayuntamiento de Santiago que extrañamente, todos llaman palacio.
Dejamos constancia de hechos vistos y vividos, y nuestra versión de los mismos.