Los accionistas de Banreservas, en teoría cada uno de nosotros, deben agradecer al periódico digital Acento la divulgación de informaciones y eventos que han tenido impacto en las operaciones de la entidad bancaria durante sus tres pasadas administraciones. Al respecto, algunos comentarios.

  1. Transparencia.  La naturaleza de los eventos reportados hasta ahora se puede clasificar como relevante para el conocimiento de los accionistas.  Bonificaciones marginales extraordinarias para el Administrador General que pueden llegar a representar 100 veces su sueldo mensual, política salarial que busca cerrar la brecha de remuneraciones con bancos de similar magnitud, contrataciones consultoría para organización de áreas de negocios por montos millonarios y las compras o inversiones de alta envergadura, se tienden a informar en cualquier empresa donde la propiedad incluye a más de una persona.

Poca novedad tendrían esas informaciones para empresas que sus acciones se compran y se venden diariamente en mercados bursátiles.  Las normas de las bolsas de valores y los reguladores exigen una transparencia que obliga a divulgar tantos datos que terminan abrumando al accionista común y a más de un analista especializado en corporaciones.

Cuando las empresas son privadas, no cotizan en bolsa de valores, tocaría a cada accionista indagar y cuestionar a los gerentes en las asambleas generales sobre el monto o pertinencia de bonos, elevar al cubo los salarios y los gastos enormes en asesores premium, compras e inversiones.  En los medios de prensa rosa podrá encontrar detalles de la vida glamorosa de los ejecutivos donde colocó sus ahorros de toda la vida, comparar eso con su historial de dividendos y actuar al respecto. Los periodistas de investigación no están para hacerle la tarea en temas no afectan al público en general.

La responsabilidad de proveer más informaciones al ciudadano, sin embargo, cambia cuando entidades no financieras emiten bonos que pueden comprar pequeños inversionistas. Reportes financieros trimestrales y hechos relevantes pasan a ser de dominio público. A partir de ese momento es posible que en una misma semana se encuentre con una exitosa CEO en la portada de la revista más importante de moda y, en un medio financiero, un análisis sobre el cambio en la clasificación crediticia de los bonos corporativos de su empresa.  Ser noticia, con atuendos distintos por supuesto, en Vogue y Forbes el mismo día.

En los casos de entidades financieras que captan depósitos del público en proporción mucho más alta que el capital y los activos líquidos disponibles para responder en corto plazo a retiros, también los reguladores obligan a una difusión más amplia de informaciones. Las estadísticas por banco están agrupadas en el portal de la Superintendencia de Bancos, donde también están disponibles estados auditados, listados principales accionistas y ejecutivos por entidad.  Cualquier ciudadano puede chequear, descargar y manipular esos datos.

El que es accionista de un banco privado, aquellos que tienen propiedad de un activo financiero de libre disponibilidad, tiene derecho a solicitar a la gerencia datos más específicos de situaciones cree de alguna forma afectan la rentabilidad, solvencia o reputación de la entidad. De la información que reciba tiene su responsabilidad como accionista de hacer un uso privado y compartir exclusivamente con otros accionistas.  Consecuencias legales puede traer dar detalles de las remuneraciones del personal ejecutivo en un interactivo y, es probable, que se suspenda la transmisión con pase inesperado a comerciales. Ningún medio tampoco lo va a citar o usar esas informaciones en un reportaje financiero.

Los que somos accionistas de bancos de propiedad estatal, todos los dominicanos, no podemos colocar el alícuota de nuestra participación en el balance general personal y no tenemos, me parece, el amparo de la ley de información pública para exigir datos adicionales a los que reportan reguladores, están en su portal institucional, en memorias y notas de prensa, por aquello de “información que pudiera afectar el funcionamiento del sistema bancario o financiero”. De ahí la importancia de este servicio público de Acento.com.do para compartir con accionistas datos de interés sobre el banco del pueblo.

2. ¿Un logro cierre brecha salarial y beneficios alta gerencia con los otros dos grandes de los múltiples?  No lo es. Eso es aprovechar la posición, a la que se es designado de la misma forma que todas las administraciones pasadas, para legislar a su favor y crearse un patrimonio con una referencia incorrecta, dada la naturaleza de banco público. Además, proponer imitar esa escala salarial para que Banreservas tenga una gerencia con similares competencias a los dos bancos privados grandes en un proceso que resista ese cuestionamiento ético, es un harakiri o jugar a la ruleta rusa.

En efecto, a excepción del Ministro de Hacienda, que presidiría un comité de selección compuesto por firmas nacionales y extranjeras de reclutamiento de personal, todos los puestos del Consejo de Administración y la Alta Gerencia, incluyendo el Administrador General, tendrían que ser cubiertos por el candidato que logre el puntaje más alto de evaluación.  Si se dan garantías de confidencialidad en el proceso de selección y se tiene certeza de la similitud en las compensaciones, ejecutivos bancarios activos en los otros dos más grandes se entusiasmarían a competir por puestos en Banreservas.

De igual manera, sería atractivo para todos los vicepresidentes activos en otros bancos de tamaño más pequeño entrar a la competencia por alcanzar posiciones ejecutivas.  Un resultado probable es que el equipo directivo estaría formado por banqueros que serán “ex” por un fin de semana. Salir de uno el viernes para empezar en Banreservas el lunes.  A diferencia de lo común que ha sido designar en la administración a personal con experiencia bancaria, pero con un tiempo fuera de las instituciones donde hicieron carrera.  Este es el caso de las tres anteriores y la actual.

Otro aspecto importante es que para Banreservas la referencia salarial no debe ser la de los otros dos gigantes del sistema bancario.  Primero, porque en el tamaño del Coloso, como lo llamaba el hoy Superintendente de Bancos, influye su posición dominante en las relaciones con los flujos financieros genera el sector público; y en sus resultados o beneficios, una desproporcionada participación en negocios con bonos públicos. En un mercado de valores dominado por títulos públicos, usar la liquidez del propio gobierno para tener una posición avasallante en el mercado primario y secundario de títulos, como que anda en la vecindad de abuso de posición dominante.

Segundo, ¿cuál es el afán de competir con los príncipes? ¿por qué el funcionario de un banco público, que llega a la posición por decreto, tiene que llegar a imitar por lo que dura en el cargo a los más ricos e influyentes ejecutivos de la actividad? Eso es un absurdo.  Nadie discute que los puestos deben tener una valoración que permita atraer talento, pero la referencia real debe ser la de los bancos privados medianos o pequeños donde el capital duele, la intermediación es estrecha y la rentabilidad moderada.  Es con los ejecutivos de esos bancos que se debe comparar un servidor público que ocupa un alto puesto en la intermediación financiera competitiva.

También es con esos bancos medianos y pequeños privados, bien manejados, donde se deben buscar los ejemplos de frugalidad con que se debe administrar una entidad de capital público.  Hay que imitar a esos bancos donde no aparece un clip en un zafacón, los folders son eternos, una impresión a color la debe autorizar un vicepresidente, hay proyectores que han alcanzado la mayoría de edad y un consultor jamás podrá cobrar un 1,325% más que su tarifa normal por servicios similares en otra entidad.