Antes y después de su independencia, Haití ayudó a varios países de América Latina, Grecia, Estados Unidos a batallar por la libertad, la cual ha sido un inmenso ideal por estos negros que llegaron a comprender que la libertad debe ser para todas y todos, convirtiendo a la colonia más rica de todo el mundo en la primera República Negra que el mundo debía de conocer.

Basado en eso, se puede entender que Haití nunca ha querido esclavizar a ningún país, aún menos ver un país bajo la esclavitud. Al contrario, su combate fue por el valor de la autodeterminación de los pueblos. El objetivo de la nueva nación era "no ver" a ningún ser humano encadenado, sea blanco, negro o mulato. La revolución haitiana fue la primera en su forma, ¡la más digna del mundo, para dejar a la humanidad saber que el negro no es un objeto! ¡Porque ninguna de las ideas de libertad de la gran "época de luz" vehiculadas en Europa han hecho mención del tema de la "libertad para tod@s"! Los que no quieren maquillar la historia para fines propios lo saben y no van a basarse en la historia de la isla para alimentar conflictos.

Así mismo, la gobernación haitiana fue una estrategia de consolidación de la independencia de la isla, porque en cualquier momento los invasores colones pudieron llegar por el Este. No debería ser algo que deja un imborrable resentimiento hasta crear el odio.

Esto es la realidad que algunas extremistas en la República Dominicana, a partir de la dictadura de Trujillo, pero absolutamente no todos los dominicanos, han escondido alimentando odio hacia Haití. Esta dominicanidad no es la verdadera. La verdadera dominicanidad es la de la salsa y el merengue, la solidaria, la de la hospitalidad, porque obviamente la mayoría de los dominicanos entiende que debemos enfrentar el futuro juntos en vez de enfrentarnos, eternizándonos en el pasado que ya pasó y que nunca volverá!

Si todos los países de Europa deberían enfocarse y atrasarse en el pasado, la Unión Europea no existiría hoy, la ONU no tendría sentido tampoco en su papel, en su esencia, a lo que representa por la humanidad, en un mundo que está sujeto a tantos cambios y tal y como debe ser mantenido bajo constante readaptación.

Entonces vamos a parar la alimentación de conflictos, de odio barato que al final no servirá de nada. Vamos a profesionalizar los diplomáticos de ambos países, o utilizar a los profesionales. He conocido varios en la Universidad Católica, preocupados tanto como yo por la manera como vamos. Pongan a los profesionales a ayudar a superar los desafíos de la globalización y que ambos pueblos, siempre en sus lados, puedan beneficiarse.

Haití es una oportunidad para la República Dominicana tanto como la RD es un ejemplo de desarrollo que mi nación debe copiar para mejorar la calidad de vida del pueblo. Haití es una oportunidad porque somos un país virgen, con minas sin ser explotadas, sin construcciones modernas en la mayoría de las ciudades, de las cuáles R.D puede ser el mayor protagonista.

Tenemos mucho que hacer y la R.D puede aprovechar para continuar vendiendo aún más productos, y tener los próximos contratos de construcciones ¡porque no vamos a quedarnos así, yo se lo digo! Quizás la R.D puede tener contratos en nuestro futuro sistema de turismo, accediéndo con más y más productos y para esto, hay que tener profesionales desarrollando lo que se llama el "soft power", literalmente "el poder suave", en diplomacia, el cual es utilizado por las más grandes potencias hoy en día, ajustándose con los impactos de la globalización. El "poder suave" es el poder de la atracción, el poder de la percepción, el poder de la persuasión, y esto tiene efecto igual o más que una fuerza armada.

En realidad, puedes matar tantos enemigos como quieras, pero vas a seguir teniendo más enemigos, más miedo, más gastos, pero cuando te pones a hacer aliados, es todo lo contrario. China, Estados Unidos, Alemania, Indonesia, Singapur, optan por el soft power. Irán está dando becas y no es por bondad; Taiwán envía muchas donaciones a la R.D, es por seducirles con su amabilidad ampliando su "poder suave"; hasta Corea del Norte empieza a pedir diálogo con el Sur, con Estados Unidos, todos optan por la diplomacia pública, proyectando imagen de amistad en el extranjero porque el poder de la percepción es el más importante en la era de la globalización. Es que ningún país puede sobrevivir aislado, siempre los países, aún las más grandes potencias necesitan otros países. CARICOM es una necesidad para el Caribe tanto como lo son la OEA, el NATO, la  CELAC, MERCOSUR han llegado a la necesidad de agruparse para buscar lo mejor dentro de un mundo más y más globalizado. ¡Ajústense vecinos dominican@s! ¡Ajústense compatriotas haitianos! ¡Estamos en el siglo 21!

Los haitianos deberían ser mejores amigos de los dominicanos porque es el país más cercano en geografía tanto como en desarrollo, que ha llegado a sobrepasar una situación de pobreza hasta tener una economía bastante fuerte en la región. Debemos, haitianos, aprovechar para copiar, aprender de ellos. No debemos basarnos en como algunos extremistas dominicanos comprenden Haití o sea el haitiano pero mirar de lejos y de cerca las virtudes, las razones por las cuáles el país está en vía de desarrollo ahora. Es un trabajo de percepción que se debe hacer en ambos lados para crear y enviar nuevas imágenes de cada uno, y verán los beneficios.

Los dos pueblos tienen interés en construir un futuro de buena convivencia en la isla, porque nadie se va mudar del lugar que ocupa. No hay nada más complacido que ver a unos dominicanos en Anse-à-Pître, ciudad fronteriza a Pedernales, bebiendo, sorbiendo una cerveza haitiana, hablando su caliente español. Esto es lo que necesitamos, respeto mutuo y valorización de la diversidad cultural, porque cada comunidad extranjera lleva una exquisita riqueza cultural. Esto es parte del trabajo que la Organización NAPSA (Estamos Salvando a Haití), junto con otras organizaciones e instituciones como la Pastoral Haitiana, la OBMICA, la Fundación Zile, MOSTCHA, entre otras, ha venido haciendo desde el 2010 tanto en Haití y como en República Dominicana. Y esto es también parte del trabajo de instituciones de referencia en el país como el Centro Montalvo de los Jesuitas.

Los compatriotas haitianos deben observar cómo los dominicanos funcionan entre ellos, cuáles son sus habilidades, sus virtudes, por ejemplo puedo yo destacar la solidaridad del pueblo dominicano. Los dominicanos también, hay tantas cosas que pueden comparar con Haití. Hagan comparaciones positivas. La pobreza  de Haití no es por falta de virtudes sino de líderes entre otras causas. Eso es también otro trabajo al cual se dedica NAPSA, o sea la concientización de jóvenes haitianas/os para desarrollar su liderazgo para un nuevo país.

Para terminar, diría que hay que trabajar más sobre las oportunidades que sobre las diferencias para reducir los conflictos y avanzar. El proceso es largo. Por eso, se requiere de profesionales que entienden la situación y que quieren trabajar su mejora y no de extremistas de ambos lados.

Orgullosamente haitiano y amigo del pueblo dominicano.