Los vecinos del Parque Mirador Sur están alarmados por los planes del Ayuntamiento del Distrito Nacional de construir en ese gran pulmón de la ciudad una planta industrial de compostaje para elaborar abonos orgánicos en un área aproximada de 500 metros cuadrados en el mismo corazón de ese paradisíaco jardín y bosque de Santo Domingo. Los residentes de la zona se han dirigido al Ministerio de Medio Ambiente y al propio ayuntamiento, expresando su consternación por el proyecto, llamando la atención al hecho de que esa planta desnaturalizaría el parque y atentaría “contra el derecho de los ciudadanos” que residen en sus alrededores, así como los de aquellos miles de personas que diariamente acuden allí para beneficiarse de un ambiente sano“ y de las actividades recreativas y de esparcimiento que propicia”.
Ni Medio Ambiente ni el cabildo han respondido las inquietudes de esos ciudadanos que entienden que una planta con capacidad, como se ha anunciado, para producir diez toneladas de abonos “pone en peligro la misión del parque y los propósitos que impulsaron su creación” hacen ya cuatro décadas y media. Esto así en vista de que el proyecto industrial generará, según estiman, “un daño severo por la contaminación acústica” , la circulación de vehículos de transporte de desechos y del producto terminado y el uso de químicos en el proceso de producción.
En respaldo a los residentes del parque debo añadir que la construcción de esa planta podría echar a perder uno de los pocos lugares sanos de entretenimiento que existen todavía en Santo Domingo. Es lamentable que existiendo muchos otros lugares para un proyecto industrial de esa naturaleza las autoridades municipales, sin consulta previa con los habitantes de la zona y sin tomar en cuenta sus legítimos derechos ciudadanos, tomaran una decisión que cuestiona su aprecio por la preservación del medio ambiente.