En nuestras últimas dos entregas, tratamos de probar cómo la designación de James Brewster como Embajador de los Estados Unidos en República Dominicana por parte del Presidente Barack Obama obedece a un plan imperial de expandir las conquistas del movimiento GLBT a países como el nuestro.
El tiempo nos ha dado la razón. Este mes será escenario del más activo despliegue en la historia dominicana del “Festival del Orgullo Gay”. Dicha semana de celebración está auspiciada por la delegación estadounidense e incluye una conferencia magistral a cargo de una funcionaria de la Alianza Gay y Lésbica contra la Difamación (GLAD).
El dominicano común desconoce lo que es GLAD, sin embargo, una visita a su página de internet nos muestra a qué se dedica esta organización. Sencillamente, lo que se lee ahí es realmente desconcertante.
GLAD se dedica a trabajar a través de los medios de comunicación, con el fin de sensibilizar a la población acerca de la condición de “víctimas” de los miembros de la comunidad GLBT. GLAD presiona a los productores de medios para que incluyan personajes y situaciones en su programación que presenten a las personas GLBT como entes que no están en condición de igualdad con el resto de la sociedad. A partir del adoctrinamiento de la ciudadanía a favor de su causa, se inicia un proceso de presión que procura alterar las leyes para que las mismas beneficien a esta comunidad.
En su primera visita publicitada a nuestro país (desconocemos si lo han hecho antes), GLAD se va a presentar ante la sociedad dominicana y procurará invertir tiempo y esfuerzo para que los medios nacionales comiencen a proyectar personas, hechos y situaciones que se muestren simpáticos hacia la causa GLBT.
Lo que GLAD planea hacer con nuestro país responde a la estrategia dada a conocer en 1989 por Marshall Kirk y Hunter Madsen en su libro “Después del Baile” (AftertheBall). En su obra escrita, Kirk y Madsen trazan una estrategia encaminada a cambiar la percepción de la sociedad norteamericana hacia la comunidad GLBT. En resumen, la hoja de ruta proyectada por los autores se enfoca en las siguientes acciones: hablar acerca de los gays tanto como sea posible; retratar a los gays como víctimas; presentar a los adversarios de la causa GLBT como retrógrados y agresores y recaudar fondos de corporaciones con el propósito de promover el estilo de vida gay y neutralizar la oposición.
Veinticinco años después de esta publicación, trece Estados de los Estados Unidos de Norteamérica han legalizado los matrimonios GLBT y la sentencia dictada por la Suprema Corte Federal el año pasado evidencia la posibilidad de que en el futuro cercano, estos matrimonios le podrían ser impuestos a toda la nación estadounidense.
GLAD, con el auspicio de la Embajada Norteamericana, planea iniciar en República Dominicana el proyecto que Marshall Kirk y Hunter Madsen presentaron en “Después del Baile”. Desconocemos cuánto tiempo se tomaría cambiar la percepción de la sociedad dominicana hacia la legalización de las uniones GLBT. Es tiempo de defender el trabajo del constituyente dominicano, al momento de redactar el Artículo 55 de la Constitución, demostrando que los proyectos matrimoniales heterosexuales constituyen el fundamento de la familia. Las uniones que pretendan circunnavegar ese diseño no son más que una aberración.