He recibido datos de la Bienal del Libro de Rio de Janeiro que concluyó el 11 de septiembre en curso luego de once días de gran actividad que recibió 670 mil personas. De manera que me trajo el recuerdo de los 500 mil visitantes que tuvo el pabellón del Ministerio de Educación dominicano en la Feria Internacional del Libro 2011, y por los que recibió el reconocimiento por haber sido el que acogió la mayor cantidad de visitantes en los 18 días que duró la FIL.

Me preocupa que gente seria como lo es la ministra de educación Josefina Pimentel se una a un artificial informe del Ministerio de Cultura dirigido por el poeta J.R. Lantigua. Un simple cálculo dividiría esas 500 mil personas entre 18 días, y estos días a 12 horas y luego a minutos, lo que concluye que para que se diera un hecho real de 500 mil visitando un área aproximada de 150 metros cuadrados hábiles* prácticamente uno entró por la puerta, miró y se devolvió (en una acción que apenas dura 18 segundos), pero además necesitaría una batería de personas o un marcador digital para contarlas. En dos ocasiones fui a dos eventos que se suponía atraería a un buen público, en uno no fue nadie durante los 42 minutos que estuve conversando con la persona que dirigiría su conferencia, en el otro ni el conferenciante fue, aquello era el Sahara (con aire).

Pero vamos a números reales. La 15ava. Bienal del Libro de Rio de Janeiro arroja datos que ni por vergüenza nuestro Ministerio de Cultura publica los semejantes de su "Feria", pues el discurso del cierre de la 11ava. FIL solo cita datos como el de los 92 millones de pesos que dizque se vendieron en libros (supongo). Se cuidaron esta vez el dar cifras millonarias de visitantes.

Pues bien, en términos de facturación, según el Sindicato de Editores de Libros del Brasil, la Bienal del Libro de Rio de Janeiro produjo alrededor de 37 millones de dólares.  El precio medio del libro comercializado fue de 12 dólares, y fueron vendidos en total 2,815 MILLONES  de libros. 76% de los visitantes compraron libros, una media de 5,5 ejemplares per cápita.

Por eso digo que cuando se trata de inflar números, nuestros Ministros le ganan a países como Brasil. Las comparaciones son necias, es verdad, pero muchas veces, y esta es una de esas veces, nos dicen quién miente, surgiendo la sospecha del por qué se miente tan desvergonzadamente. Y encima hacer que quede en ridículo una mujer juiciosa y honorable como la Ministra de Educación actual.

Entonces, suponemos que el Ministerio de Cultura sobre la FIL 2011 tiene las respuestas a: ¿Cuál fue el precio medio del libro comercializado? ¿Cuántos libros fueron vendidos? ¿Qué porcentaje de visitantes compró libros y la media per cápita de ejemplares comprados? En una palabra, un evento masivo del libro puede arrojar un censo bastante efectivo sobre intereses de la población lectora. Si alguna mente prodigiosa y consecuente del Ministerio de Cultura tiene esos datos que los publique. Si el Ministerio de Educación tiene esos datos del medio millón que los publique. Y sé de buena fuente que ni siquiera los tiene la Asociación Dominicana de Libreros y Afines (ASODOLIBRO).

De seguro que los funcionarios ministeriales de Cultura tienen otras cuentas más claras que las que publica en el portal del MIC, cuentas que en nada se corresponden con sus reales funciones porque no son cuentas de sus rosarios o sus rosarios de cuentas no tiene nada que ver con las cuentas del país que paga sueldos y viáticos jugosos, así como yipetas y oficinas refrigeradas a los gestores de lo que el escritor Pedro Conte Sturla cataloga como la Chimiferia Internacional del Libro.

(*) Otro cálculo es dividir esas 500 mil personas entre las 300 actividades que informan oficialmente se realizaron durante 18 días en el pabellón de Educación, alrededor de 17,5 por día, si es que duraban al menos una hora. Ni siquiera haciendo esas actividades en el auditorio Carlos Piantini del Teatro NacionalEduardo Brito, con capacidad para 1,500 personases posible juntar medio millón de personas en 18 días de actividades intensas a razón de 17 por día. Otro dato es que el área del parqueo donde se montó el pabellón tiene escaso 890 metros cuadrados, utilizándose la tercera parte en la construcción del pabellón que costo más que el arreglo de una docena de planteles escolares en desgracia.