El Presupuesto Nacional del 2019 aprobado por el Congreso asciende a RD$ 921,810 millones, que incluye las fuentes de financiamiento y las amortizaciones, llamadas aplicaciones financieras. El aumento neto del presupuesto es de RD$ 76 millones, sobre el monto de 2018, que representa un incremento innecesario. Es un aumento preocupante, pues mantiene el déficit. No se evidencia sentido de racionalidad o consolidación o reforma fiscal integral. No hay cambio de modelo económico, ni de filosofía económica.

El presupuesto se basa en un total de ingresos ordinarios de RD$ 689,930 millones y gastos totales de RD$ 765,455 millones, que representa un déficit de RD$ 75,525 millones o US$ 1,526 millones, que hay que financiar nuevamente con deuda interna y externa. El déficit fiscal proyectado es de 1.7 % del PIB. Claro esta afirmación depende si se cree en la  exactitud de los cálculos del modelo econométrico y supuestos de la composición del PIB.

Para financiar el déficit fiscal esperado de RD$ 75,525 millones y amortizar la deuda pública, el presupuesto contempla un nuevo endeudamiento interno de RD$ 72,818 millones o US$1,456 millones y de RD$ 159,061 millones o US$ 3,181456 de fuentes externas, principalmente de bonos soberanos. El financiamiento total bruto que hay que contratar es de RD$ 231,880, o US$ 4,443.8 millones, una cifra impresionante y peligrosa en esta época de incertidumbres y de alzas de tasas de interés.

Al examinar los ingresos y gastos del presupuesto saltan algunas interrogantes y dudas. Por ejemplo, el total de ingresos proyectados de RD$ 689,930 millones, representa un aumento de 14.4% sobre el 2018, o RD$ 87,043 millones. Este aumento parece optimista con supuestos débiles. El total de gastos establecido es de RD$ 765,455 millones, de los cuales RD$ 643,906 millones son para gastos corrientes y RD$ 121,549 millones de gastos de capital. Sin embargo, como los ingresos son más bajos que los egresos, en vez de ahorrar para reducir el déficit, decidieron aumentar el gasto en RD$ 76 millones.

El déficit fiscal proyectado del Gobierno Central es de 1.7 % del PIB no me parece una meta realista y creo que no es verdad ni se va poder cumplir, por la alta expansión del gasto y las necesidades para concluir la planta eléctrica de Punta Catalina, de US$ 400 millones o más, que sin duda aumentará el déficit del año.

El presupuesto se basa en una distribución 85 % destinado a gastos corrientes y 15 % a gastos de capital, un crecimiento de 5 % del PIB, inflación de 4 %, petróleo WTI a US$ 60.5/barril, y deslizamiento de la tasa de cambio promedio a RD$ 52.18. Se mantiene la estabilidad macroeconómica a corto plazo, sobre la base del endeudamiento masivo.

Deuda y Servicio.

Para pagar los intereses de la deuda se asignaron RD$ 147,887 millones, o US$ 2,957 millones o el 22 % de los ingresos tributarios. Una cifra que hipoteca al presupuesto, pues de cada peso de impuestos, 22 centavos se destinan a pagar los intereses de la deuda. Si se suma el monto para pagar amortizaciones de la deuda de RD$ 156,354 millones, o US$ 2,996.4 millones, el total del servicio de la deuda, intereses y principal, ascenderá a 45 % de los ingresos tributarios. Un cifra apabullante y peligrosa a mediano plazo. Es un alto riesgo, que el gobierno no desea aceptar o comprender.

Para que se pueda comparar la evolución del pago de los interés de la deuda veamos estas cifras de tres años diferentes. En el 2004 se pagaron solo RD$ 15,300 millones por intereses y en el 2012 se disparó a RD$ 55,869 millones y al 2019 llegó a la notable cifra de RD$ 147,887 millones. Del 2012 al 2019, el aumento del pago de intereses de la deuda ha sido astronómico, y la tendencia seguirá en aumento cada año, hasta que venga una crisis o se cambie el modelo económico dependiente del endeudamiento.

Con la nueva emisión de bonos soberanos contemplada de US$ 2,250 millones, el total de bonos emitidos alcanzará la suma de US$ 16,850 millones al 2019. Estos bonos son peligrosos porque se sabe que no se podrán pagar, solo con reenganches y nuevas emisiones. Una centrífuga financiera de Estado. Por su lado, la emisión valores internos será de RD$ 72,818 millones o US$ 1,456 millones, lo que aumentará la deuda interna total en valores a RD$ 582,400 millones (US$ 11,648 millones), liquidez que se le ha sacado al sector privado, a los bancos, fondos de pensiones y de inversiones. 

Respecto a la deuda pública total, que a octubre de 2018 ascendió a US$ 31,460 millones, hay que sumarle la deuda del Banco Central por emisión de Certificados de RD$ 552,724 millones (US$ 11,114 millones) a noviembre de 2018, lo que brinda un gran total de US$ 42,574 millones de deuda nacional consolidada o el 53 % del PIB. Como se puede apreciar, con el agresivo endeudamiento externo e interno se han financiado los déficit fiscales en doce años, el rápido crecimiento y se ha anclado la tasa de cambio.

Gastos por Programas.

Para el 2019 se establece un gasto en remuneraciones de RD$ 186,407 millones con un aumento neto de RD$ 15,260 millones y gastos de bienes y servicios de RD$ 94,328 millones, cifras que reflejan el aumento del clientelismo y las nominillas farsas. En el presupuesto del 2012, las remuneraciones al personal eran de RD$ 86,772 millones y los gastos en bienes y servicios RD$ 39,769 millones. Es decir, las nóminas han aumentado en RD$ 99,635 millones en seis años o, en RD$ 16,605 por año. Un Estado clientelar.

Al examinar las partidas de gastos por ministerios, programas y proyectos, se evidencia un sentido de despilfarro, de gastos duplicados, de creaciones de nuevos organismos y entidades por cada nuevo proyecto, cuyos gastos no se desglosan ni se detallan.

La asignación de la Presidencia es de RD$ 66,429 millones, con un aumento de RD$ 4,271 millones. Si se desglosan: RD$ 20,785 millones para el Ministerio Administrativo de la Presidencia, que se ha convertido en un súper ministerio y en otro constructor; la suma de RD$ 28,918 millones para el Gabinete Social que dirige la Vicepresidencia, que es una suma extraordinaria, que se gastarán en planes “sociales” reales y otros cargados de clientelismo. Existe una gran falta de trasparencia y de auditorias de estos programas sociales. Los detalles son un misterio, pues no hay Estados Financieros. Finalmente está  OISOE con RD$ 13,737 millones (otro Obras Públicas), y Ministerio de la Presidencia con RD$ 6,464 millones. En fin, tres dependencias de enormes gastos sin controles.

A modo de simples ejemplos de grandes proyectos para el 2019 de los cuales no se conocen diseños, planos ni presupuestos detallados, podríamos citar: Quisqueya Digna con RD$ 2,000 millones; Ciudad Mujer RD$ 373 millones; RD$ 2,400 millones para la urbanización social de Barrio Domingo Savio, que es gran proyecto, pero uno duda que se podrá desembolsar en un año; RD$ 1,672 millones para Apoyo al Desarrollo Provincial; RD$ 15,792 millones para Hogares en Situación de Pobreza y así numerosos programas que no se conocen detalles ni se debaten en público, ni en el Congreso. 

El total asignado al Ministerio de Obras Públicas del Fondo General es de RD$ 40,242 millones, y con créditos externos alcanza a RD$ 57,331 millones para esta cartera. Existen grandes partidas genéricas para importantes proyectos no muy definidos. Por ejemplo, las carreteras de Circunvalaciones de Santo Domingo RD$ 4,000 millones, la de Azua RD$ 750 millones, la de Peravia RD$ 650 millones, Asistencia, Mantenimiento y Seguridad Vial RD$ 5,184 millones, para Asistencia y Seguridad Ciudadana en vías Públicas RD$ 948 millones, Desarrollo de Infraestructura de carreteras RD$ 3,065 millones sin detalles o explicaciones, Desarrollo de la Infraestructura Física de Edificaciones Sociales RD$ 3,465 millones, también sin explicaciones. El programa de asfaltado RD$ 4,000 millones. No se trata si las obras sean buenas o de prioridad, sino de la escasa información y los montos.

Observaciones y Recomendaciones.

1. Mi primera observación es que no se nota en el presupuesto ninguna economía ni ahorros en los programas y entidades. Hay un exceso de proyectos y planes de gastos e inversiones, como si tuvieran un gran superávit. Es decir, no hay conciencia de ahorro y de eliminar el déficit, y de cambiar de modelo económico de altísima dependencia del endeudamiento público. El presupuesto es más expansionista y botarate.

2. Es muy difícil aceptar como una cifra ecuménica la cuantificación del PIB. Es dudosa su absoluta certeza, basada en modelos econométricos y supuestos de encuestas y estudios sectoriales. Pero con el PIB definimos todas las relaciones económicas y sociales, que supuestamente nos ilustran o con las cuales se aplican políticas económicas. Decimos la carga tributaria es de 16 %, pero esta relación se basa en la división de ingresos tributarios por el PIB. Y si el PIB es inferior, entonces la carga tributaria sería más alta.

El crecimiento de la economía es igual definido por el aumento del PIB. Pregunto: Con que certeza creemos en un cálculo convencional del PIB, algo tan complejo, esotérico y nada absoluto. Pero por hábitos de la “sabiduría convencional” con el común denominador del PIB, definimos relación de la deuda pública, el servicio de la deuda, los gastos o ingresos presupuestarios, cálculos de empleomanía y pobreza. Es decir, todo nuestro cosmo económico es definido por el PIB. No es el lugar para analizar el PIB, pero solo recomiendo cautela y no depender tanto de cálculos basados en modelos, en vez de cifras absolutas.

3. No creo que el déficit fiscal proyectado para el 2019 sea de RD$ 75,525 millones, o el 1.7 del PIB, o que el déficit bajará medio punto del PIB en relación al 2018. Eso es una interpretación. Tampoco sabemos si el denominador PIB es totalmente correcto o si es relevante. Ahora, el monto del déficit en montos absolutos sí es real y relacionado con los ingresos tributarios es del 12 %. Si vemos los compromisos de gastos, de cuentas por pagar y concluir Punta Catalina, estimo que el déficit será de RD$ 100,000-125,000 millones.

4. Reitero que el presupuesto 2019 es expansionista y despilfarrador. Se hubiera podido disminuir  cerca de RD$ 37,000 millones, para bajar el déficit a la mitad. Solo se necesitaba voluntad y mejor manejo de los flujos de cajas de planes y proyectos. También distribuir los montos de inversiones de obras en dos o tres años. Aplicarle más realismo, y prudencia. Creo que todos esos fondos asignados para gastos e inversiones, a entidades descentralizadas, ministerios y proyectos no se podrán desembolsar en un solo año.

5. Es irresponsable que después de doce años de déficit fiscales continuos, planear para el 2019 un drástico aumento del gasto de RD$ 76 millones, un aumento neto de 12 %. El aumento debió ser a la mitad, y programar mejor los flujos de cajas de desembolsos, y reducir o congelar el gasto corriente a los niveles del 2018.

6. En el presupuesto para el 2019 solo en remuneraciones se tiene un aumento de RD$ 15,253 millones, para alcanzar la suma de RD$ 186,407 millones. Para gastos en bienes y servicios, el aumento es de RD$ 7,130 millones. En esas dos partidas hay un aumento neto de RD$ 22, 500 millones. El aumento de ambas partidas debió mantenerse congeladas.

En resumen, soy de la creencia que el gobierno no está haciendo nada para reducir el déficit fiscal en términos absolutos, y solo se auto complace y cree que lo está reduciendo al bajar al supuesto 1.7 % del PIB. Pero, sin embargo, todas la cifras absolutas, que son las reales, aumentan los montos. El déficit fiscal de RD$ 75,525 millones, representa el 12 % de los ingresos tributarios. Por eso no es cierto que el déficit fiscal está bajando, por eso cada año el endeudamiento necesario para financiarlo es superior.

No hay ninguna consolidación fiscal, ni racionalidad del gasto público. El tema es bien serio, pues el país se juega su estabilidad y viabilidad fiscal y de la deuda pública. Es un gran tema de debate nacional que merece mayor análisis e investigación por los grupos empresariales, las fundaciones económicas, las universidades, profesionales y los partidos.