Se acerca la fecha en que vence el plazo que tiene el ministerio público para depositar acusación en el caso Odebrecht, y la atención de la ciudadanía comienza a volcarse nuevamente sobre “el caso de corrupción y soborno más grande de nuestra historia”, como lo calificara la Procuraduría General de la República (PGR), sobre todo a raíz de la publicación de un documento educativo publicado por Participación Ciudadana (PC) y principalmente por la rueda de prensa realizada por los periodistas Julio Martínez Pozo y Danny Alcántara y la campaña que han sostenido desde entonces.

El documento de PC titulado Odebrecht Punta Catalina Más Corrupción Impune, que usted podrá encontrar en la página de PC (https://pciudadana.org/wp-content/uploads/2018/05/Odebrecht-Punta-Catalina.pdf), tiene 129 preguntas sobre el caso, con sus respectivas respuestas, todas debidamente documentadas y pretende convertirse, como dijo Altagracia Salazar, rememorando la cartilla que se utilizaba para alfabetizar a las personas en los años 70, en la cartilla a la que se puede acudir para entender los aspectos básicos del caso. Este documento ha sido redactado por Alfonso Abreu Collado, en un lenguaje que todo el mundo puede entender, y graficado por el excelente caricaturista Christian Hernández.

Coincidió con la puesta en circulación del documento, la rueda de prensa que Julio Martínez Pozo y Danny Alcántara ofrecieron para denunciar que estaban siendo investigados por la PGR, que había solicitado y obtenido autorización del magistrado Francisco Ortega Polanco para investigar sus cuentas bancarias y activos. Los periodistas atribuyen esta situación a una persecución de parte del Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez, por sus críticas al manejo del caso Odebrecht, resaltando su insistencia en que se investigue a los socios de Odebrecht en las obras ejecutadas en República Dominicana.

Lo positivo de la rueda de prensa es que colocó el caso Odebrecht nuevamente en la mira de la opinión pública. Lo negativo es que se pretende invalidar al ministerio público antes de que haya presentado acusación, sin conocerse finalmente quiénes serán todos los imputados, cuál fue el alcance de las investigaciones realizadas y sobre todo cuáles son las pruebas en que descansa el caso.

Julio Martínez Pozo y Danny Alcantara son asesores de comunicación de Angel Rondón, el principal imputado en el caso Odebrecht. Así quedó evidenciado claramente, en el caso de Danny, en aquel famoso almuerzo en un restaurant, revelado por Nuria Piera, en el que estaba él en compañía de Angel Rondón y sus abogados en el caso (se comentó que coincidió el presidente de la Cámara de Diputados). ¿Para qué se reuniría Danny Alcántara con los abogados de Ángel Rondón? La respuesta es obvia: para discutir estrategias del caso en los medios, pues para colocar publicidad no se necesita a los abogados del caso.

Ambos periodistas tienen legítimo derecho de, además de ejercer el periodismo, también tener empresas de consultoría en comunicación. Mi padre, periodista de largos años, ya retirado, además de ejercer intensamente el periodismo, prestaba servicios de relaciones públicas y publicidad pues el salario del periódico no le daba para mantenernos.

Pero creo que hay que separar ambas actividades para evitar que una pueda entrar en conflicto con la otra. Una cosa es el ejercicio del periodismo y otra bien distinta es la asesoría o consultoría en comunicaciones. Diseñar una estrategia de comunicación en rol de consultor y al mismo tiempo difundirla en rol de periodista representa cuanto menos un conflicto de interés, y una vulneración a los principios de independencia, imparcialidad y objetividad que debe normar el ejercicio periodístico. El Código de ética de la Sociedad de Periodistas Profesionales señala que “El periodista debe evitar conflictos de interés, así sean reales o percibidos. Revela conflictos de interés inevitables”.

En mi opinión el señor Ángel Rondón decidió establecer como estrategia en el caso Odebrecht la línea clásica de “no me hundo solo” y desde entonces decidió difundir que debía investigarse a los socios de Odebrecht en el país, pero con el ojo puesto en uno solo, cuyo nombre siempre omiten, el Ing. Manuel Estrella.

No se puede negar que la estrategia es inteligente pues nadie que se respete podría ir en contra de esa idea de que hay que investigar a todo el mundo, sin exclusiones de ningún tipo, incluyendo a todos los socios que pudo haber tenido Odebrecht. En el documento publicado por PC, en la respuesta a la pregunta 85, se identifica claramente a Acero Estrella como empresa consorciada a Odebrecht.

Sin embargo, en mi parecer, la idea detrás de esa estrategia es presionar para que se muevan las teclas de la impunidad, presionando al Procurador General de la República para que deje fuera a algunos de los responsables o en todo caso para que los medios de comunicación que controla el Ing. Estrella no divulguen información que pueda perjudicarlos, como aquella foto en el restaurante, ya mencionado. Por suerte, ni una cosa ni la otra han ocurrido.

Todos debemos ser pacientes y esperar la acusación que presentará la PGR en poco tiempo, para entonces, después de su análisis, emitir opiniones fundamentadas. Es cierto que existe mucho pesimismo con respecto al resultado final de las investigaciones, pero hay que tener mucho cuidado con hacerle el juego a aquellos que tienen por meta desacreditar la acusación antes de conocerla. Tiempo habrá para elogiar o criticar, sobre todo en un caso que será escudriñado no solo por los abogados de los imputados, sino por una parte importante de la ciudadanía activa.

Todo el ruido desatado con este tema ayuda a que la ciudadanía vuelva a prestar atención a un caso que, si nos va bien, debería estar llamado a romper con la impunidad, pero, si nos va mal, consolidaría el liderazgo continental de la República Dominicana en materia de corrupción e impunidad.