En Junio 1967, hace 51 años, me incorporé al cuerpo docente de la UCMM. Finalizando estudios en el Tecnológico de  Monterrey actúe como “busca talentos” informal de la UCMM.  Contribuí   a  incorporar a esa universidad tres condiscípulos: Emilio Castro Kunhardt, Luis Arthur Sosa, residentes ahora en México, y Michael Roy Leger, que convive en nuestro país.

Permanecí en la UCMM, hoy PUCMM, hasta 1974.Transcurrieron varias décadas sin tener oportunidad de participar en la vida de esa institución. Recientemente recibí alborozado una invitación del Rector Magnífico, Presbítero Doctor Alfredo de la Cruz Baldera para un importante evento. En el receso del mismo recordé personajes claves que estructuraron  los cimientos académicos de la universidad, entre muchos: Monseñor Roque Adames, Jesuitas  Felipe Arroyo y Jose Luis Alemán como religiosos, y Manuel Jose Cabral como seglar. Sin ser arquitecto, rememoré  el proceso del diseño del Campus cuya funcionalidad, majestuosidad y armonía con la naturaleza, están a la vista de todos.

Meses después de mi llegada, se integró el Arquitecto Francisco (Paco) Camarena para dirigir la Oficina de Planeamiento, encargada del diseño del Campus, cuya construcción se había iniciado. Como feliz coincidencia habíamos tenido al Tecnologico de Monterrey como Alma Mater común. Pidió mi ayuda para alojarse en mi natal Santiago. Identifiqué, para  alquilarla, una acogedora residencia en medio de  una arboleda. 

El Campus Jardín concebido por Camarena partió, como debía ser, del respeto a la topografía del terreno, análisis de  vientos dominantes, uso del concreto visto, paredes sin pañete ni pintura, quiebra-soles con tablas de palma e iluminación en áreas comunes de la Biblioteca, con pantallas hechas con el barro y la magia artesanal de Higüerito. Con anterioridad, Paco había diseñado el Campus de la Universidad Autónoma de Guadalajara y egresado como  Postgraduado de Rice University, siendo discípulo del inmortal Mieses van der Rohe.

La UCMM superó el esquema tradicional basado en “Facultades” donde cada carrera o escuela era supuestamente autosuficiente teniendo, como coto cerrado, oficinas administrativas, laboratorios y aulas propias, para uso exclusivo. El aprovechamiento común, armonioso, de todas las facilidades significa alta eficiencia educativa y bajos costos operativos Los tamaños de aulas propician el contacto entre educandos y educadores.No existieron enormes salones tipo anfiteatro donde profesores distantes dictarían  “cátedras magistrales” sin  conocer  sus alumnos ni transmitirles, adecuadamente, sus conocimientos.

La solución al tanque elevado para suministrar agua por gravedad a todo el Campus fue genial. Muchas veces, hasta en proyectos de esparcimiento se trata, inútilmente, de ocultar la fealdad de ese componente, de inigualable utilidad funcional, grotesco  arquitectónicamente No intentó esconderlo. Camarena expuso el tanque a la vista de todos, en la entrada principal del Campus. Con gran creatividad, integró simples aditamentos cilíndricos convirtiéndolo en elemento estético-funcional que hoy es orgulloso símbolo de identidad del Campus. Impresionado, viendo margaritas silvestres crecer en los paseos de la Autopista Duarte exclamó: El dominicano está tan acostumbrado a la belleza que a veces no la percibe. La Escuela de Arquitectura  que el creó se honró llamándola Arquitecto Francisco Camarena.

Volvamos a la reunión de Junio 4: “Diálogo sobre: Aceptación y Credibilidad de la Iglesia Católica en América Latina y la República Dominicana: Percepciones sociológicas y evaluaciones críticas”. Tema trascendental,  con ilustres participantes, religiosos y seglares. Escuché que, por primera vez, el número de fieles católicos se reduce en América. Con  tantos  sabios presentes  me limité a señalar que junto a esas preocupantes cifras habría que resaltar la alta credibilidad y confianza de  que goza  la Iglesia Católica en nuestro país, verificada con encuestas independientes, estando al tope de Latinoamérica. Realcé que, según mi humilde entender, esa actitud ciudadana está altamente influenciada por un hecho  que ocurrió hace ya 58 años: la histórica Carta Pastoral de Enero  1960, denunciando las atrocidades del trujillismo, leída un Domingo en todas las iglesias del país, que provocó, precipitadamente, la caída del tirano. Agregué: tenemos fe en que la Iglesia seguirá siendo coherente con valientes pronunciamientos, favoreciendo las mayorías,  que darán al traste con el régimen de corrupción e impunidad que nos agobia. Podría enviarse a Danilo  el mensaje con que se  remitió  la Pastoral  a Trujillo: “…ningún servicio puede ser más útil a la causa común que hacer conocer a Vuestra Excelencia la verdad, si alguien se hubiera permitido ocultársela”.