Actualmente me encuentro en Nueva York para presentar mi Nuevo libro “La Sociedad de la Nada”. Pero en este momento no les quiero hablar del libro, sino de una experiencia diferente.
Caminando por una de estas calles atiborradas de gente pude detenerme frente a una iglesia que tenía un escrito muy interesante:
“Iglesia de Dios, la mejor iglesia de Nueva York, donde más se siente a Dios”. Por un momento no sabía si estaba ante una Iglesia o una discoteca. Hice brevemente un ejercicio mental cambiando el nombre de la iglesia por el de una discoteca imaginaria y el texto sería así “Disco Sonido el Buen Ambiente, la mejor discoteca de Nueva York, donde mejor se goza” ¿Alguna diferencia?
Sin lugar a dudas las Iglesias en países desarrollados como Estados Unidos pueden ser un excelente captador de recursos económicos pues muchos líderes religiosos aprovechan la buena fe de los feligreses para amasar fortunas.
Esa situación provoca que exista casi una competencia entre sacerdotes, pastores protestantes y Ministerios musicales buscando atraer personas.
Algo que he podido ver en la televisión es la cantidad de publicidad de algunos líderes, en especial pastores, que invitan a las personas a congregarse en sus Iglesias un ejercicio que realmente no entiendo. A parte de que la publicidad es muy cara, tampoco logro establecer por qué debe un Pastor o un Sacerdote hacer una invitación publicitaria invitando a las personas a pertenecer a sus Iglesias.
Es importante señalar que la publicidad no invita a que asistas un día, sino a congregarte o a pertenecer a ella. Creo que el Cristianismo se ha ido distorsionando y se ha convertido en un mercado de grupos que buscan atraer personas a como dé lugar procurando convertirse en grandes oradores de fama y reconocimiento casi mundial. El que se llegue a ser predicador o algo por el estilo, no lo veo mal, lo que sí no me parece justo es el costo económico que implica movilizar a una de esas personas, la cercanía con la gente se disminuye considerablemente pues ya no son los que llevan la palabra de Dios, sino los famosos que se manejan como cualquier artista o líder político.
Tengo muchos amigos sacerdotes y pastores y lo que escribo aquí no es nada que antes no lo haya conversado con ellos. El Cristianismo espera la segunda venida de Cristo. Lo único que espero es que cuando esa venida se produzca no sea para sacar a todos los mercaderes del templo como nos narra Juan 11, 13-22 y Marcos 11, 15-18.