En el artículo anterior de esta serie, afirmaba, que: la inversión nietzscheana convierte lo suprasensible en genero de lo sensible, de lo aparente, de lo perceptivo desprovisto de toda consistencia, de todo ser. Lo sensible se transforma en el sentido de la tierra [Zaratustra].

La destitución de lo suprasensible suprime también lo meramente sensible, al suprimir el carácter binario diferencial que caracteriza los términos extremos de la metafísica y con ello suprime la diferencia entre ambos. La diferencia actúa como planicie. El horizonte de lo diferente se anula.

¿Cuál es el nido de dónde surgen tales conceptos? Se originan en el giro secular que se constituye desde las transformaciones que toman cuerpo en las instituciones y en la vida cotidiana que se van instituyendo desde el siglo XVII y que son el núcleo del proceso histórico que constituye la genealogía de la Modernidad.

Karl Schlechta, editor de la obra de Nietzsche, en tres tomos

Es la llamada Época Clásica nombrada así por los filósofos franceses, piénsese en ese gran texto de Foucault, que trata sobre el tema, titulado, Las palabras y las cosas, 1966.

La biografía de Nietzsche (1844-1900) transcurre cuando Europa vive una época de profunda crisis de las certezas generadas por una serie de acontecimientos que cuestionan y precipitan la desmedida confianza en la razón y en los sistemas filosóficos y científicos, que se fundamentaron en ella, desde la época de la Ilustración.

Sobre este tema ya traté detalladamente en el artículo titulado: Contexto vital de Nietzsche, serie 2, IV.

Toda la gran narrativa que se despliega en ese tiempo –el siglo XIX–, se dedicará a capitular sobre los acontecimientos e ideales que se forjan durante ese volatil período, surgen y se derrumbran altos ideales, mezquinas prácticas burguesas, aspiraciones revolucionarias de profundos cambio socio-economicos y aparecen nuevas tesis sobre cómo se ha de ejercer el poder.

Se relatan y urden interpretaciones sobre la genesis y la destrucción de las nuevas clases dominantes, su florecimiento y consolidación, que en el siglo décimonónimo percorre múltiples posibles caminos positivos, decadentes, adversos, anárquicos y nihilístas.

Por ahora, me detengo aquí, en este preambulo general sobre la tónica dominante en el siglo XIX.

Estimo que sería necesario dotar al lector no ducho en la obra de Nietzsche, antes de continuar desarrollando el tema que nos ocupa, el asesinato de Dios, presentar una relación de las obras principales de Nietzsche.

Paso ahora a delinearlas de un forma breve, asumiendo como sus diferentes etapas, al seguir la clasificación elaborada por el destacado estudioso de su obra, Karl Schelchta: Friedrich Nietzsche, 1954, Werke in drie Bänden, [Herausgegenben von Karl Schechta, Carl Hanser Verlag. München, 1954-1956]

Esta edición, en tres volúmenes, que todavía está patrocinada por el Archivo Nietzsche, que es la propietaria de los manuscritos del filósofo y que fue la institución que fundó y regenteaba la hermana de Nietzsche.

La clasificación realizada por Schelchta para su edición, fue la penúltima edición, previa a la que hoy es considerada como la definitiva –que aún se encuentra en curso de compilación–, por los discípulos de  Giorgio Colli y Mazzino Montinari.

Portada de la edición alemana del texto crítico – El caso Nietzsche.

Después de la muerte de Elisabeth, la hermana del filósofo, gracias a la minuciosa y bien documentada edición de Karl Schlechta, quien estudió con gran detalle los manuscritos de Nietzsche, descubrió extensas falsificaciones en los textos del pensador.

Resalta entre los falsos de Nietzsche la edición de una obra espurea del filósofo, La voluntad de poder. Sobre este falso, sin  saberlo a ciencia cierta, levantaría su interpretación de la obra de nuestro pensador, Martin Heidegger.

El libro donde Schlechta denunciaría todas las falsificaciónes elaboradas por Elisabeth, se titula El caso Nietzsche.

Al momento de su publicación, el libro produjo gran escándalo, especialmente, por los                                                                                                                                                                                                                                                                                                      descubrimientos de adulteración en la correspondencia cursada entre ella y su hermano, donde Elisabeth se presenta como la autorizada interprete de la obra, y sobre todo, Schlechta identifica la falsedad sobre la supuesta descalificación que hace Nietzsche de los judios, ya que ella y su fallecido marido,  Bernhard Förster, que muere suicida 1889, eran fanáticos militantes y agresivos antisemitas.

Resulta además de suma importancia la edición de Schlechta, ya que gracias a sus descubrimientos quedan clarificadas las falsificaciones de la obra de Nietzsche, en el sentido de que su pensamiento se orientaba hacia  una interpretación nacionalsocialistas, Nazi.

Colli y Montinari, asumiendo la investigación de Schlechta como base para una nueva edición de la obra nietzscheana completa, deciden emprender un proceso de revisión y desmontaje de las tergiversaciones de la fanatizada hermana –que alentó, a la par que otros eruditos alemanes, la glorificación de la filosofía nietzscheana como una perspectiva que preludiaba historicamente la ideología del nazismo–, al promover la revisión y la transcripción exacta de los fragmentos.

En el desarrollo de las obras de Nietzsche, el estudioso señalado identifica tres etapas en que podemos demarcar con el desarrollo paulatino de tres etapas.

En primer lugar está la asociación de Nietzsche con Wagner. En la visión wagneriana, Nietzsche  percibe la posibilidad de salir de la actitud pesimista de Schopenhauer pues en sus primeras obras, aparecían modelos de hombre similar a lo que el denominaría lo dionisiaco: un tipo de humanidad alegre, sin convencionalismos, sin miedo a lo irracional de la vida. Sin embargo, las composiciones posteriores del compositor lo decepcionan, ya que considera que se orienta demasiado hacia el cristianismo lo que le lleva a alejarse de él y a romper su amistad.

En definitiva, el pensamiento de Nietzsche toma desde sus inicios una línea de critica a los valores tradicionales, de los débiles, y de exaltación de la grandeza, de la voluntad de poder y superación que será el hilo conductor de todo su pensamiento.

Entre las obras principales de este periodo se cuentan: El origen de la tragedia (1872), y las cuatro Consideraciones Intempestivas (1873-1876).

La segunda fase de su obra se ha designado como la Filosofia de la mañana. Aquí se produce un alejamiento del perfil romántico y se sitúa como investigador, calibrador de las relaciones psíquicas de origen histórico y analiza los componentes de la cultura occidental.

Se ve influenciado por su amigo Paul Rée, autor de El origen de los sentimientos morales, escrito en gran medida, en el otoño de 1877, en Sorrento, donde Rée y Nietzsche trabajaron juntos.

Fotografía de los tres tomos de la edición Schlechta de la obra de Nietzsche

El libro trata de responder a dos preguntas: en primer lugar, Reé intenta explicar la aparición los sentimientos altruistas en los seres humanos. En segundo lugar, intenta explicar el proceso interpretativo que denotan los sentimientos altruistas como moral. 

Publicado en 1877, La génesis de la consciencia moral fue su segundo libro. Reé anunciaba en el prólogo que su punto de vista era inductivo. En primer lugar observa los fenómenos empíricos que considera constituían la naturaleza moral del hombre y a continuación, intenta indagar en su origen.

Es de ese período su marcada influencia sobre Nietzsche, también la obra de los ilustrados franceses, especialmente por Voltaire. Es por este espíritu ilustrado y positivista, que Nietzsche da el paso de rechazar la religión y la metafísica a favor de la ciencia como explicación del mundo.

Las ideas relevantes en esta etapa son: 1. La utilización del método histórico para criticar la metafísica. 2. La critica a la cultura occidental y las formas de auto-esclavilizacion: la religión y la moral. 3. Nietzsche sostiene la idea de que el hombre se a olvidado de si mismo. Entre las obras que destacan en este período: Humano, demasiado humano I y II (1878-1879), El caminante y su sombra (1880), Aurora (1881), La gaya ciencia (1882).

La tercera etapa de su obra se la denomina: Filosofia del medio día. En esta fase Nietzsche organiza y une todas sus ideas anteriores para terminar formulando las ideas fundamentales de su pensamiento, las que sacudieron al mundo y su pensamiento.

Nietzsche, anuncia un nuevo ideal de existencia humana, la cual es encarnada en el superhombre así como una transmutación de todos los valores generalmente aceptados. Las ideas directivas de esta etapa coinciden con la manera en que organiza su más relevante obra: Así hablo Zaratustra, (1883-1885. Constituido por cinco libros.

Finalmente, contamos con una cuarta etapa del pensamiento nietzscheano, que se hace llamar: Filosofia del atardecer:

En esta fase, Nietzsche simplemente completa su critica a la cultura occidental, la religión y la moral que ya había comenzado en la segunda etapa y termina de definir las ideas de su pensamiento filosófico.

Obras de importancia en estas ultimas etapas son: Mas allá del bien y el mal (1887), El ocaso de los ídolos (1887), El anticristo (1887), Ecce homo (1888).

En definitiva, el pensamiento de Nietzsche toma desde sus inicios una línea de critica a los valores tradicionales. Además, llevó la existencialidad a la filosofía, es decir, su obra se inscribe en el ciclo de su vida y de esta debe recibir su justa significación.

Él concibe y practica la investigación filosófica como subjetiva y autobiográfica y de esto saca su fuerza y validez.