La Policía adolece de todos los males sociales, pues somos un reflejo de la misma sociedad; los policías comunes, humildes, de poco rango, que son la mayoría, son víctimas del sistema y son usados por quienes los dirigen, mantenidos en la ignorancia y la explotación. No cuentan con un órgano que proteja y garantice sus derechos y libertades ni hay ningún poder fáctico que lo haga.
La cultura de mando y el desenvolvimiento de los afanes policiales y militares es similar al de un estado de guerra o de excepción, viven en zozobra e incertidumbre constantes, sin planificación alguna que le permita programarse.
En la mayoría de los países los policías y militares son privilegiados en cuanto a su seguridad social en su vida activa y en su estado de pensión o retiro, siendo estos oficios o profesiones junto a la de bombero las clasificadas de mayor riesgo, y como tal demandan de mayores beneficios o mejores cotizaciones para la valoración de sus servicios.
Cabe destacar que a diferencia de nuestro Estado dominicano que es un Estado malagradecido, con sus autoridades, iniciando por el presidente, en los demás países, los gobernantes y demás autoridades con la sociedad, profesan gran admiración y honores a sus policías y militares, activos o retirados; considerados un orgullo nacional.
Para nadie es un secreto, la miseria en que viven la mayoría de nuestros pensionados, sean estos policías, militares o de cualquier otra área del servicio público, pero sin ninguna duda que en estos momentos, de entre todos los asalariados, la mayoría de ellos corresponde a los policías y militares.
Es propicio hacer un anuncio de atención a todos los sectores que se destacan en defensa de los derechos, y recordarles que los policías y militares primero son seres humanos y como tal deben ser tratados. Pues son víctimas de las discriminaciones y vejaciones, sometidos internamente por sus superiores y tradicionalmente por el resto de la sociedad, a consecuencia del papel odioso que le ha designado el obsoleto sistema político dominicano y que se contrapone a la realidad y esencia de instituciones modernas, civilistas y democráticas.
Tradicionalmente en la mayoría de los países los presupuestos se elaboran proyectando la cantidad de recurso que necesita cada miembro policial para su desempeño por año, incluye salario, dietas, estudios, avituallamiento, transporte, estructura física y el más mínimo material o herramienta requerida para su servicio. Además se calcula la vida útil de las herramientas en general.
En resumen se hacen planificaciones estratégicas en base a estudios y evaluaciones constantes. De igual madera se programa el tiempo de servicio de los recursos humanos, quienes saben el día que ingresan y el día que se retiran, estando preparados mentalmente para ello, pues casi siempre festejan esa fecha.
En nombre de todos los pensionados policías, militares, quienes son olvidados, luego de prestar honrosamente más de 20 y hasta la totalidad de su vida útil al servicio público, quiero hacer un llamado a que reivindiquemos su dignidad y calidad de vida, ellos merecen vivir con decencia.
Es importante destacar que las instituciones de seguridad social de policías y militares, no cumplen una labor a favor de sus afiliados, que más bien son indigentes, a estos organismos debemos redefinirlos y dar más participación directa a los mismos pensionados de todas las categorías para que incidan en las decisiones de estos organismos que se han convertido en centros de burocracia y corrupción en beneficios de unos pocos, que no mantienen transparencia alguna en la administración de sus fondos y no rinden cuenta a nadie.
No veo razón alguna para que los directivos de las reservas de las FFAA y la PN, deban ser designados por el presidente de la República, además que los fondos de retiros sean administrados por personal activos. Debemos formar un sindicato tanto para activos, como retirados y que el organismo directivo sea colegiado y estén representados todos los niveles jerárquicos.
Hoy me comprometo y convoco a todos los retirados o pensionados a organízanos en defensa de nuestros derechos y beneficios adquiridos. ¡Reivindicación para todos!