Líneas inspiradas por el artículo "U.S. expelled two Cuban diplomats after embassy employees in Cuba developed unexplained ailments"

http://wapo.st/2hLmV4l

Regresar a viejas políticas que fracasaron en el pasado rara vez trae el resultado deseado. Pero esta Administración tiene el mandato de regresar al pasado. ¿Funcionarán esas políticas fallidas en ese contexto? Quizas…

La CIA tiene suficientes recursos para lanzar oleada tras oleada de operaciones especiales dirigidas por mercenarios durante muchos años y el bioterrorismo en la agricultura ha hecho avances significativos, mientras que el petróleo venezolano busca mejores mercados.

Un factor determinante, Fidel Castro, ausente, no puede galvanizar a los cubanos y los latinoamericanos contra los esfuerzos estadounidenses por retomar a ese rebelde "aliado". De que se puede, se puede. El Pentágono podría avasallar la isla a un costo inferior a lo gastado en el Medio Oriente durante un día de campañas.

Y además la tensión en la isla aumenta continuamente.   Los cambios hacia un mercado más libre ha causado una grave polarización en los ingresos.  Y el cubano de a pie continua acumulando frustraciones.  Hay cambio, si, pero la élite económica y militar (la contrainteligencia y quienes manejan recursos "privados.")  acapara la crema y nata de los beneficios.

Y el pueblo si quiere abrazar la criticada sociedad de consumo–al diablo el ballet, la literatura, el ajedrez, y la música–cosas quieren.  Como alguien decía, quieren colesterol y presión alta.

Mas Iraq ha refrescado lecciones aprendidas.  Si lo rompes es tuyo. Un grave problema en la invasión de Iraq fue la ausencia de un plan a continuación de la victoria.  Fue un cruel circo donde millones de Iraquis murieron innecesariamente, se desperdicio el tesoro del pueblo americano y las enormes ganancias del petroleo fueron acaparadas por unos pocos…ningún beneficio para el pueblo quien lo pagase con dólares y sangre.

Aunque la CIA hace hoy por hoy lo que le da la gana, la forma hay que cubrirla.  ¿Aprobará el Congreso una operación con varios órdenes de magnitud mayor  agresividad  que las operaciones de Kennedy, como Mongoose, una cuyo impacto (volando las plantas eléctricas, puentes claves, puertos donde se reciben los alimentos, acueductos y tomas de agua regionales, hospitales de tercer nivel, y comunicaciones claves, por ejemplo) podría desatar flotas de desesperados buscando refugio en la Florida como lo hicieran las primeras olas?

¿Estará ese Congreso, o los ultra conservadores en la Casa Blanca dispuestos a considerar  la asistencia masiva requerida para sostener la isla mientras que lentamente el sector privado reconstruye sus  sistemas de alimentación, cuidado infantil y de ancianos, educación y salud?  Los recursos necesarios superaran con creces los fondos que los millonarios republicanos cubano-americanos podrían financiar, o las remesas que los trabajadores, profesionales y pequeños empresarios cubano-americanos podían enviar.

Esta Administración no pierde ninguna oportunidad para degradar a América Latina.   Pero aún así,  puede nuestra política extranjera ignorar  los importantes avances hechos por la Administración Obama  para detener  el giro a la izquierda permitido por la política de la  Administración Bush al ignorar esos países.

Hay que tener en cuenta las repercusiones de un ataque militar masivo, como sugiriese Kissinger —- o incluso oleadas de operaciones especiales, intensificando las lanzadas por los Kennedy, LBJ, Nixon y W. Bush – sobre nuestro interés latinoamericano.  Poderosos donantes pudieron extraer millones de dólares con sus "vulture funds" gracias a ese giro.  No estarán contentos con ése regreso al pasado.

Los estados fallidos -como Cuba será sin la severa disciplina del cruel régimen de Castro ( Yugoslavia y más recientemente Iraq) – son presa fácil del narcotráfico, posiblemente el peor enemigo de la familia americana. Haití, Jamaica y la República Dominicana han montado valientes campañas  para controlar esas bestias.

¿Podrá la caótica Cuba reprimirlos?  A menos que los rumores sean cierto, y ya la inteligencia americana este posicionando un dictador con su guardia pretoriana listos para reemplazar rápidamente a los dictadores castrenses.

Salta la pregunta: ¿a quién le importa? Cuba, bajo los Castros, se ha convertido en una sociedad pobre, casi dystópica, lejana a  la maravillosa promesa de los años cincuenta. Y sin subsidios masivos soviéticos, su otrora formidable ejército se ha desmoronado, dejando su aparato de Inteligencia bajo el control exclusivo de … todo.

Aclaremos.  Como muchos cubanos emigrados o refugiados del régimen castrense, quiero a esos fracasados fuera, pero de verdad.  No quiero mantenerlos ahí para justificar las mil y una noches de nostalgias vividas en las deprimentes esquinas del exilio cubano.  Fuera, de verdad, fuera.

Ni estoy esperando fondos para ayudar a empujarlos hacia fuera (o no,  como se hizo durante más de 50 años), ni  aspiro a una posición  política merecida  por beber cafecitos en Versalles y proclamar incansablemente la libertad cubana–mientras nada se hace para cambiar las politicas americanas para expulsar a esos admiradores de hombres como Maduro.

Rechazo las políticas enarboladas  en el pasado, ni confío en la inteligencia estadounidense o en la DEA, y se que el Pentágono está demasiado ocupado para preocuparse por una isla insignificante que no generará contratos significativos ni opciones (off-budget, a lo Iraq) fuera del presupuesto.

Sin intervenciones militares a fondo–y su enorme daño colateral–las nuevas politicas son viejas, muy viejas…casi tanto como el líder que las quiere revivir.

¡Quiero a esos  corruptos bastardos fuera de Cuba!  Y regresar al pasado, el regreso a la semilla, los mantendrá en el poder.