En esta semana y en este mismo medio, un articulista, publicista, de origen español y “aplatanao”, que dicho sea de paso, me encanta, se refería a las peripecias que tuvo que enfrentar cuando llegó a nuestro querido país, ya que muchas cosas no las entendía. Es que en cada país las expresiones propias son diferentes. No siempre coinciden con el lugar de origen.
Tengo dos buenas anécdotas de una monja española recién llegada a nuestro terruño. En el colegio al que pertenecía iban a realizar una kermesse. Entre las atracciones que se estaban planificando se pensó en un “perico ripiao”. Ella muy mortificada no opinaba, pero al fin dijo: “¿Pero cómo ustedes piensan que un perico va a alcanzar para tanta gente? ¡Solo que sea la multiplicación de los panes!”
En otra oportunidad iba en el carro con otras hermanas y una de ellas dijo que había un policía acostado, que tuviera cuidado, ella alarmada gritó: “¡Cuidado si lo matas!”
Por ejemplo, cuando vas a Chile te va a ser muy difícil coger el paso, pues ahí sí que las cosas marchan diferente.
Si te refieres al policía acostado tendrás que decir, “lomo de toro”. Cuando hablas del bebé tienes que decir “la güagüa”, esto para ambos géneros. Cuando de la habitación se trata, es “la pieza”. Si vas a comprar en un colmado algo, irás al “boliche”. Los novios son “el pololo o la polola”.
Tienes que aprender a usar la muletilla “ya po” al final de cualquier conversación, es como una afirmación, o estar de acuerdo, y el “¿cachai?” que no es más que ¿entiendes?
El “cahuín” es el enredo, el lío y la “copucha”, el chismoteo o murmuración. “Curao” es el borracho. “Dejar la escoba” es cuando alguien mete la pata al decir algo y esto trae un problema. Estar deprimido es “estar bajoneado”. A la papeleta de mil pesos se le llama “luca”. Si tiene cinco mil, tiene cinco lucas.
“Las tías” son las suegras. Una persona “cuica” es lo que nosotros llamaríamos “narí pará”. Hacer las cosas “al tiro” es hacerlas enseguida. Los carabineros, o sea nuestros Amet, allá son los “pacos”. Los muchachos de barrios marginados son “flaites”. Si usted es aburrido, es “fome”. Si le duele la barriga, “le duele la güata”. Una mujer bonita es “una mina”. Quedarse “plop” es quedarse sorprendido. Estar indiferente es “no estar ni ahí”. “Te pasaste” es estar agradecido. “La pega” es el trabajo. Ser “bueno para el leseo” es gustarle el relajo.
El dulce de leche es “manjar”. “Ándate a la cresta” es vete a la porra. La gelatina es “jalea” y la compota de bebé es “colado”.
En Chile no se friega la loza, “se lava”. La estufa es “el calentador”. La “cocina” es la estufa para nosotros. El perro realengo es un “quiltro”.
Pero una de las cosas que más me llamó la atención es la palabra “garabatos” que es como ellos llaman a las malas palabras. A propósito de esto, en cierta ocasión fueron Frank Ceara y Audry Campos a representarnos en el festival de Viña y en la canción hablaba de “garabatos”, pero de los nuestros. Cada vez que repetían la palabra garabatos, el público se miraba pues creía se trataba de los suyos, ya que nuestro significado es muy diferente al de ellos.
Si piensa ir a Chile le recomiendo lea esta guía, le servirá de mucho y pasará menos trabajo.