En el 1996 el sector manufactura local representaba el 18 % del PIB y para el 2005 su participación bajó a 13.3 % y para el 2018 a 10.8 %, según las cifras del Banco Central. Es decir, su importancia relativa ha disminuido en los últimos veinte años. Esta es una situación de continuo deterioro de un sector tan importante. Igual, el aporte de las zonas francas representó en el 2005 el 5.1 % del PIB y también disminuyó su participación a 3.3 % en el 2018. Esta es una tendencia negativa que requiere de un plan coherente, para reconvertir y volver a dinamizar a la industria nacional y, en particular, la exportadora.
Según un valioso estudio realizado en el 2015 por PROINDUSTRIA, titulado “Primer Informe Estadístico de Registro Industrial Año 2014”, en el país había instaladas 914 industrias, de los cuales 320 pertenecen a la categoría de microindustria de hasta 15 empleados, 307 a la pequeña industria de 16 a 60 empleados, 181 a la mediana que tiene entre 61 a 200 empleados y 106 grandes industrias que tienen más de 200 empleados. Es decir, las más importantes son las medianas y grandes industrias que dominan el mercado.
En el citado estudio de PROINDUSTRIA, del total de 914 industrias la cantidad de 536, que representan el 60 % del total, están ubicadas en la Zona Metropolitana, es decir, más de la mitad, lo que demuestra la gran concentración en la región capitaleña. En el Cibao existen otras 201 industrias, o el 22%. Es decir, la concentración territorial es muy grande, lo que afecta, la producción y el empleo provincial y municipal. Esto se debe corregir.
Igual, de las 914 industrias, la cantidad de 387 o el 43 % del total, producen alimentos y bebidas, 126 productos químicos, 77 plantas de plásticos, 62 industrias gráficas y 54 industrias metalmecánicas. El estudio es claro en cuanto la concentración por productos que también existe en el país y la necesidad de diversificar la oferta productiva.
El sector industrial nacional generó como 171,726 empleos formales a finales del 2018, que significa que el sector se encuentra estancado y sin dinamismo. No obstante, con una moderna y diferente política industrial, con créditos de desarrollo e incentivos, se podría aumentar en 15,000 empleos anuales. Esta sería una meta aceptable de la unión del esfuerzo del sector público y privado, trabajando en base de objetivos y facilidades concretas.
Recomiendo ejecutar un conjunto de medidas que modernicen y fomenten la renovación de nuestra planta industrial, mediante nuevos mecanismos de créditos de mediano y largo plazo, ampliación de incentivos fiscales a la innovación y tecnología, cero impuestos a las exportaciones y planes concretos para mejorar directamente la competitividad, y la diversificación de la producción de bienes industriales de consumo nacional.
Dentro de las reformas del Estado, sugiero crear por Decreto, una Comisión Nacional de Fomento Industrial, presidida por el propio presidente de la República, para coordinar, fusionar e integrar todas las instituciones en una sola política industrial, dentro del mismo Ministerio, para reducir costos operacionales, mayor coherencia en objetivos y funciones y eliminar en todo lo posible la fragmentación y constante creación de más entidades y clientelismos sin funciones. El Presupuesto Nacional no aguanta tantas cargas fijas operacionales y agencias que duplican funciones.
-MIPYMES reguladas por la Ley 488-08 que establece el Régimen Regulatorio de las Micros, Pequeñas y Medianas Empresas, ya es un Vice Ministerio del MIC.
-Consejo Nacional de Zonas Francas (CNZFE), igual dentro del área de Ministerio.
-El Consejo Nacional de la Competitividad (CNC) y su Fondo de Competitividad, PRO-COMPETENCIA, integrarla/fusionarla el MIC. No tienen funciones concretas.
-El Instituto de Formación Profesional (INFOTEP), debe mantener su existencia en MIC.
-El Banco Nacional de las Exportaciones (BANDEX), transformado. El BANDEX se mantendría aparte, pues es una entidad bancaria autónoma, con sus lineamientos y metas, porque es el gran brazo financiero directo para aumentar la producción y exportaciones.
-PROINDUSTRIA creada por la Ley 392-07 y la 542-14 que la modifica, integrada dentro de la Comisión Nacional de Fomento Industrial que propongo. Es el brazo de incentivos.
– El CEI-RD que promueve la inversión extranjera y las exportaciones, debe formar parte de esta gran Comisión, pues es la entidad que promueve nuevos mercados y productos.
La principal institución es el BANDEX, es el brazo financiero del centro de una política de desarrollo industrial y de modernización de los equipos y maquinarias con nuevas tecnologías para exportación. El financiamiento de nuevos proyectos, la transformación de industrias existentes y de financiamiento de las exportaciones es la clave para reactivar y dinamizar la industria nacional. El crédito de desarrollo es el factor vital junto con otras medidas, para aumentar la producción y mejorar las estructuras de costos y precios.
La segunda institución más importante es PRO-INDUSTRIA renovada y con más funciones. Los diferentes incentivos y facilidades que otorga deben ser extendidos por plazos adicionales de cinco años, porque según el artículo 50, de la ley 542-14, se vencían en el 2018. Es necesario continuar con los incentivos fiscales por otros cinco años, reembolsos de impuestos de exportación y ampliar el régimen de internación temporal que brinda esta ley. Exportar es el futuro de la industria dominicana.
De acuerdo con los datos del estudio de PROINDUSTRIA, de las 914 industrias en el país, solamente 272 industrias o el 29 %, están acogidas a la ley les otorga incentivos fiscales, facilidades aduaneras, reembolso de impuestos a los exportadores y otras medidas. Una meta sería elevar el monto de las industrias calificadas y registradas a 500 industrias en un período de cuatro años. Es decir, duplicar la cantidad de empresas exportadoras.
La tercera entidad en importancia, es CEI-RD, antiguo CEDOPEX del que fui Director General de 1982-86, tiene la función de fomentar y buscar nuevos mercados a los productos nacionales. Ahora se ocupa también de la inversión extranjera. EL CEI-RD está bajo el brazo del MIC y el presidente del Consejo de Directores sigue siendo el Ministro de Industria y Comercio. Su labor debe estar más dirigida a identificar nichos de producción exportable, además de su tradicional rol. Pero el CEI-RD ha perdido empuje y fuerza.
Las exportaciones se han mantenido relativamente estancadas. En el año 2012 las exportaciones nacionales ascendieron a US$ 4,016 millones y para el 2015 solo aumentaron a US$ 4,039 millones y para el 2018 a US$ 4,677 millones. Por otro lado, las exportaciones de zonas francas alcanzaron US$ 4,919 millones en el 2012, ya US$ 5,633 en el 2015, y a US$ 6,230 millones en el 2018, según informe del Banco Central.
Por sector es peor. Las exportaciones industriales del país, ascendieron a US$ 8,935 millones en el 2012 a US$ 8,406 millones en el 2018, de las cuales RD$ 2,383 millones corresponden a exportaciones nacionales y RD$ 6,230 a exportaciones de zonas francas. Para el 2018 las exportaciones de oro y plata de Barrick Gold ascendieron a US$ 1,360 millones. En esencia, las montos total de las exportaciones industriales nacionales se mantienen estancadas, y las que crecen lentamente son las de las zonas francas.
Creo que al país no le faltan buenos mercados, tiene el de Estados Unidos, Centroamérica, Europa, el Caribe, Canadá, México y el nuevo mercado de China. Tampoco hay un problema de competitividad y precios. Tenemos suficientes tratados de libres comercio disponibles con casi todas estas naciones y regiones. Lo que falta es tener mayor producción de oferta exportable industrial, agroindustrial, minera, de invernaderos agrícolas y producción de azúcar en las tierras del CEA. Sin producción alta y confiable no se puede incrementar las exportaciones. No existe un problema de competitividad, sino de producción en masa y de buena y sostenida oferta exportable.
Existen algunos problemas puntuales y limitaciones para el industrial y el exportador. Uno vital, es la falta de programas de créditos, pues el sector industrial solo recibe el 6.4 % del total del financiamiento bancario. Peor no hay créditos de pre y post embarque, de mediano y largo plazo para emprender nuevos proyectos, ni préstamos concesionarios para compra de materia prima y maquinarias nuevas con tecnología. El exceso de normas prudenciales para créditos bancarios de nuevos proyectos es muy exagerado y deben flexibilizarse.
La única esperanza es que reforme totalmente la ley del BANDEX y lo conviertan en banco de segundo piso, de capital mixto y administración privada, llevada por profesionales banqueros. He escrito varios artículos sobre el BANDEX, y de la necesaria reestructuración para aplicar políticas de captación y de créditos de pre y post embarque, para financiar materia primas, descuento de facturas de exportación y con créditos de largo plazo con períodos de gracia del principal para adquirir equipos e instalar proyectos exportables. https://acento.com.do/2019/opinion/8734146-nuevas-reformas-del-bandex/.
El sector tiene problemas de altos costos de transporte de mercancías, por los nefastos monopolios de un sindicalismo empresarial politizado, que hacen muy costoso el transporte y hasta limitan la libre contratación. Estos tienen que ser reformados, utilizando las leyes antimonopolios y de prácticas desleales. Todos estos tópicos merecen una amplia discusión profesional, porque ha llegado la hora de definir una real política de fomento de la industria nacional y sus exportaciones.