La reforestación, es la actividad más evidente que hacemos en nuestros valles y montañas, para recuperar y mitigar los daños causados a nuestra masa boscosa por diversos factores -cortes ilegales, agricultura de tumba y quema, incendios forestales intencionales, etc.-. La importancia de esta acción, es vital para regular el ciclo hidrológico en las cuencas hidrográficas, proteger los ríos, arroyos, cañadas y cualquier fuente acuífera; reducir la erosión de los suelos, proteger los embalses y presas hidroeléctricas, proteger y fomentar la biodiversidad al tiempo de tener biomasa abundante para usos humanos, secuestro de gases que inducen al Cambio Climático.

Las tareas de reforestación, deben ser un eje de acción permanente del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales -verbigracia lo expresado por el Señor Presidente Madina, sobre la importancia del tema tanto en el sur como en el cibao, recientemente-, que generan empleos productivos y que se ejecutan conforme las condiciones climáticas. En este aspecto, el Ministerio de Medio Ambiente ha perdido no solo la vocación para reforestar sino que la capacidad de producir plántulas, se ha reducido significativamente.

Sin Embargo, dicho Ministerio Ambiental, periódicamente promueve la reforestación no con las brigadas de siembras propias que prácticamente ya no existen, sino con la participación de las empresas privadas como la JAD, Banco Popular Dominicano así como otras organizaciones públicas, educativas y la sociedad civil. Ciertamente, la participación de estas entidades, ayuda y promueve positivamente la importancia del árbol y la reforestación en las zonas más degradadas del país. La participación de mano de obra voluntaria, enseña lo difícil, costoso y la ardua labor requerida y que por tanto, el país no puede “escudarse” en ésta, para decir que se está reforestando en la extensión requerida. Es simplemente para concienciar, sensibilizar y educar sobre la problemática de la deforestación.

Las instituciones públicas y privadas, que prestan sus nombres, prestigio y voluntades, deben reconocer que solo realizan una labor de vitrina y de relaciones públicas para el Ministerio y que la verdadera reforestación se realiza con brigadas permanentes de trabajo para sembrar cuando llueve y producir las plántulas todo el año. Además, a estas siembras con voluntarios, debe dársele mantenimiento y continuo seguimiento, ya que los árboles plantados requieren un año para establecerse, ya que las malezas y hasta el ganado los destruye. Pero la mejor forma de “reforestar” es no solo plantar árboles sino proteger los bosques existentes de los cortes ilegales así como de los incendios forestales, cosas obviamente ausentes en el Ministerio.

De lo contrario, solo “siembran” para los medios de comunicación, como nos tiene acostumbrado el gobierno en todos los aspectos de los problemas del país. Claro, por eso es la altísima inversión en periodistas y medios, solo que las carencias y deficiencias, se acumulan…