Ciertamente, la Biblia es un libro maravilloso, ya sea entendida como ficción o parodia, o en su interpretación, ya sea mitológica, alegórica, figurativa, literal, histórica o filosófica. Por esa riqueza literaria, todos encuentran respuestas y acomodos a sus ideas, ya sean estas, moradas, rojas, blancas o de las tinieblas.
Por esas características tan especiales, los ladrones encuentran lo suyo, ya sean estos, “ladrones buenos o ladrones malos”, y me imagino que hasta para los ladrones políticos, también hay acomodo.
En la Biblia, los libros del pentateuco, contienen las legislaciones adoptadas por la teocracia judía, que no distingue entre autoridad religiosa y civil. Entre ellas se encuentran la Ley del Talión; el mandato que ordena apedrear en las calles a mujeres acusadas de adulterio; el genocidio de los pueblos de naciones que habitaban la Tierra Prometida, con la excepción de niñas vírgenes que podían ser usadas como esclavas sexuales; el derecho a tener esclavos; y el derecho de los padres de matar a niños irrespetuosos, o de matar a sus esposas o a cualquier persona que lo incitase a adorar a otro Dios que no fuese Yavé.
En contraposición a estas legislaciones, surge el Nuevo Testamento. En este nuevo libro se prohíbe lo del ojo por ojo y diente por diente, norma que es sustituida por la de poner la otra mejilla o de entregar la túnica mansamente a los que quieran robárnosla, sin importar que nos quedemos desnudos en pelota, sin que sea óbice, el que estando en un crudo invierno, una bronquitis nos mate. En estas situaciones el “Señor” nos protegerá de la enfermedad pulmonar, aunque aun no entiendo, por qué no nos protegió del pescozón y del asalto.
En ese orden de ideas, los malos, los perversos, los corrompidos, los lambones, los apoyadores de ladrones, los enriquecidos con el robo de los dineros del pueblo,
también acuden a ese libro para justificar sus acciones, invocando – según la conveniencia – tanto al viejo, como al Nuevo Testamento. Recuérdese que en el viejo testamento, Dios, ordenaba matar y robar con saqueo.
La historia cuenta que el 15 de julio de 1099 en la batalla para la reconquista del templo de Jerusalén fueron degollados unos 10,000 “infieles” entre hombres, mujeres y niños. La cantidad de sangre derramada fue tal, que la misma llegaba hasta los tobillos de los “Guerreros de Cristo”. Después de esta carnicería, los cristianos, gozosos, llorando de felicidad, marcharon hasta la tumba de nuestro “Salvador Jesucristo”, para honrarlo y darle las gracias por el triunfo y pagarle la deuda de gratitud. Esta historia de rezar por gratitud, es recurrente, en los mismos campos de batalla, sobre miles de cadáveres.
Siempre ha sido así. Los religiosos fundamentalistas de cualquier denominación (cristianos, musulmanes, etc.), a lo largo del tiempo, han tenido y siguen teniendo ese tipo de relación con sus divinidades.
Todas las guerras en todos los tiempos, donde de manera muy cruel y despiadada se matan, mutilan, abusan y dejan a millones de personas a la intemperie, se han hecho en nombre de una divinidad, y en los últimos tiempos, además de hacerlo en nombre de un Dios, también se hacen por la “libertad y la democracia”.
En occidente, son paradigmáticas con esta impronta de crueldades, muerte y destrucción, la guerra de Viet Nam, la guerra del Golfo Pérsico, la guerra contra Irak, Afganistán, Pakistán, la guerra de los Balcanes, y cuantas guerras se han hecho y se harán con cualquier fin.
En nuestro lar geográfico, Pablo Escobar y sus sicarios, también oraban antes de iniciar una acción con la que matarían a cientos de inocentes. De igual modo lo hacían y lo siguen haciendo los grandes asesinos y ladrones de la humanidad. Es parte de la historia, que los familiares de estos monstruos, principalmente las madres, los bendicen y le piden a su Dios, a la virgen y a todos los santos, la protección y cuidado de sus hijos: “El cristo de los milagros, la virgen y el Santo niño de Atocha me lo cuide y me lo proteja, le decía su madre a Pablo Escobar, a la vez que persignándose, lo bendecía.
En nuestro país, Trujillo y Balaguer eran devotos de la virgen. En Chile, Pinochet era un ferviente católico; lo que también ha sido y sigue siendo una práctica de los grandes capos de la mafia y de todos los perversos y corruptos en todos los tiempos. En esta contradicción, lindante con la locura y la vesania, tenemos el clásico ejemplo del sádico demonio, Vincho Castillo, quien en su programa de denuestos y mentiras “La Respuesta” usa de fondo una imagen de un Cristo para ambientar el escenario desde donde se dirige con tanto cinismo a un pueblo al cual él le ha hecho tanto daño.
Unos dicen que esta aberración se da, porque no hay nada que se parezca más en sus contradicciones al ser humano, que ese libro llamado Biblia y su Dios protagonista. Lo que da pie a creer, que ese texto no es la inspiración de un Dios de amor y misericordioso como nos dicen, sino la creación de unos hombres, por lo que en ese contexto, usted ve a los sicarios, a los que van a la guerra a matar a sus semejantes, a los ladrones y a los asesinos de toda laya, encomendarse y pedir protección en todo momento de sus vidas, a ese Dios que han fabricado a su imagen y semejanza.
En la Republica Dominicana, los católicos crearon una virgen que llamaron de las Mercedes, la cual según ellos, defendió a los españoles de los indios nativos de esta tierra; y posteriormente, un pueblo ignorante la venera todos los años.
Luego, este mismo pueblo ignorante rezó por Trujillo y Balaguer. Ahora, esta rezadera por Leonel se inscribe dentro de ese atraso con superstición, que aún permanece en sectores importantes de la población; y como alguien ha señalado, de chepa, estos rezos no se han llevado a cabo en la Catedral Primada de América. Si lo hicieron antes por Trujillo y Balaguer ¿por qué no ahora por Leonel, que los ha beneficiado tanto?
En este mundo de religiosidad y tinieblas, nada tiene de nuevo que los beneficiados con Leonel celebren una “hora santa” para que su Dios proteja a su líder de lo que ellos llaman calumnias, y que oren diciendo: “Ven Espíritu Santo, llena los corazones y enciende en ellos el fuego sagrado de tu amor”, y que lo hagan ignorando las protestas de los jóvenes que exigen que se persiga la corrupción y que se deje de lado la apatía del Estado ante quienes robaron los recursos del pueblo dominicano.
En esta ocasión la prensa nacional informa que: Como si fueran devotos practicantes de toda una vida, se agarraron de las manos para en conjunto rezar el Padre Nuestro.
En primera fila estaban varios de los alcaldes de los municipios de la provincia de Santiago y de otras provincias y otros personajes similares beneficiarios del gobierno de Leonel, quienes además se votaron en alabanzas por el León y por los jefes del PLD.
Pero… sigue narrando la prensa – a pesar del afán de notoriedad de los dirigentes políticos, el protagonismo se lo llevaron las rezadoras, señoras profesionales en eso de los rezos y horas santas, que hicieron galas de sus conocimientos de letanías y estribillos de la tradición católica. Igualito que cuando Trujillo y Balaguer.
Por el palo que vamos, dentro de poco, y para el mismo fin, comenzaran las misas en todo el territorio nacional. Igualito que cuando Trujillo y Balaguer.
Finalmente este libro maravilloso llamado la Biblia, en Timoteo 3:1-5, nos dice: “En los tiempos últimos vendrán días difíciles. Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. No tendrán cariño ni compasión. Buscaran sus propios placeres en vez de buscar a Dios”.
¿Será este el caso de todos los Leonelistas, de los demás políticos y empresarios dominicanos y jerarquía eclesiástica y parte de nuestro pueblo?
¿Será que las rezadoras y rezadores por Leonel, encontraran en su Dios la justicia que imploran?
¿Será que este Dios, al que imploran los leales a Leonel, va permitir que este expresidente y estos grupos, se salgan con las suyas, es decir quedarse con todos los bienes muebles e inmuebles que se han robado?
¿Será que se está repitiendo con estos “creyentes” la historia aquella de los fariseos, que llenos de pecados y de hipocresías iban al templo a orar?
¿U, oran por Leonel, por aquello de que el peca y reza, empata?
¿O se entenderá, de una vez y por todas, que estos rezos, en vez de súplicas por justicia supuestamente negada para gente que le han hecho tanto daño a su país, como Leonel y sus secuaces, son blasfemias y vagabunderías ante el Altísimo?
Dejo al lector, que saque sus propias conclusiones de lo expuesto.