La filosofía y la literatura han estado siempre íntimamente vinculadas. El sujeto, en su proceso del pensar, ha vivido, desde su infancia, en un constante construir metafórico. En el fondo, ese proceso cognitivo y reflexivo del pensar, por parte del sujeto, suele ser acompañado de fundamentos estéticos que lo vinculan al filosofar.

Alain Badiou, en su obra "Justicia, Filosofía y Literatura" (Homo Sapiens Ediciones. Argentina, 2007), nos plantea que "(…) *el pensador, el filósofo, está en la Escuela del poeta"*(p.42). Hoy nos corresponde el abordaje de un texto que puede ser asumido como enunciación filosófica o como producción discursiva estético-literaria, se trata de la obra "Reflexionando sobre nada"(Editorial Luz de Luna, R.D., 2018), de Nicolás Rodríguez.

Asumir "la nada" como fundamento reflexivo, es potencializar un filosofar que ha estado, por siempre, en la argumentación tradicional o clásica de filósofos de la dimensión intelectual de Parménides; Epicuro; Lucrecio; Sócrates; Platón y Heidegger, hasta nuestros días, con Jean Paul Sartre y su obra "El Ser y la Nada"(1943). No es mi tarea venir a postular aquí sobre el concepto de la nada y su razón de ser un ente que reoresenta algo inexistente, pero que, conceptualmente, asume vigencia dentro del mundo de lo intangible, por lo que asumo mi responsabilidad de sujeto-lector con sentido crítico.

En la bibliografia dominicana, es frecuente encontrar obras referentes a la filosofía, sin embargo, es muy extraño encontrar en nuestras escasas librerías, un libro dedicado por completo al filosofar, filosofando, con más de trescientas (unas 309) reflexiones filosóficas sobre la nada, con el marcado propósito de que el lector, comience a razonar, aunque en su traginar, no encuentre nada.

Entiendo que el texto debió estar mejor organizado por capítulos, con sus respectivos títulos y subtítulos, los cuales pudieron  servir  de compendio del cuerpo discursivo – textual de la obra, al momento de darle una hojeada o cuando o al momento de su lectura. Esto que estoy señalando, iría en una próxima edición, en el índice o en el desglose temático del libro, para su mejor organizacion interna.

En cada uno de sus planteamientos argumentativos, el sujeto-autor busca dejar sobre nuestra conciencia, aquella retórica sentenciosa envuelta en un saber, a veces, con visos de razonamiento tautológico; pero que en el fondo de su decir, oculta un incuestionable sentido sobre la vida, el vivir y sus vericuetos existenciales. Veamos:

" Hay quienes dicen que no creen nada, ni en todo. Lo primero lo.comprendo, porque nadie debe creer en lo que no existe, aunque nada es nada y de ella se creó Todo. "(p.9)

Aquí el filosfar se presenta con cierta naturalidad propia del poeta. Aunque no hay en el texto un predominio de lo estético-literario, la obra no presenta un panorama que conlleve al lector a filosofar, como seria lo ideal. La vida entra aquí a firmar parte del entramado del filósofo, como un todo, no fragmentado la realidad, sino asumiéndola en su universo, sin parcelar la realidad existencial:

"En los bolsillos de pocos, cabe todo con lo que podría saciarse el hambre de muchos, nada más cierto; sin embargo la norma sigue siendo llenar menos bolsillos y vaciar más estómagos, nada más descabellado e inhumano"(p.102).

El decir se manifiesta como una parábola bíblica, desde la cual se crítica el modus vivendi de este presente de miserias humanas, donde el neoliberalismo y las economías de mercados, contribuyen al enriquecimiento de unos pocos y al empobrecimiento de grandes mayorías, como sucede en sociedades como la nuestra, sumidas en el subdesarrollo y en la dependencia económica, política, educativa y cultural.

El autor no pretende aquí construir universos metafóricos, de ahí su decir filosófico desprovisto de tonalidades estéticas o artistico-literarias. Su finalidad es asumir una mirada distinta ante la vida, dejándonos un saber, su saber,  o su sabiduría, con la naturalidad de quien , a su modo, juega con la palabra. En este caso, haciendo piruetas conceptuales con la nada. Cuando, en verdad, la nada, es la razón del no existir de algo:

"Él arte de la palabra tiene sus curiosidades; por ejemplo decimos, se paró y habló de todo, aunque no se entendió nada, significa que diciendo todo, no dijo nada". (p.21).

Es esta una obra para provocar el razonamiento y el entendimiento al filosofar. Aquí, la búsqueda de sentidos de LA NADA, nos sirve de algo, al adquirir sentido y categoría de existencia. No es un libro de poemas, es una provocación, adrede, al pensar y al razonar, dos categorías ausentes en la dialogía propia de la vida escolar y universitaria de la sociedad dominicana. El sujeto-autor trata de acorralarnos, como lectores, induciéndonos a la REFLEXIÓN, en una sociedad sumida en un sueño mediático que nos arrastra al vacío…al caos…a la nada. Sin quererlo, su autor, trata de despertarnos los sentidos…nos insta a sacudir el razonamiento, aquí y ahora, ante la urgencia de razonar, aunque no nos pase NADA.