¡FELIZ DÍA NACIONAL DE LA JUVENTUD! Este 31 de enero de 2015, día dedicado a la juventud dominicana, es motivo de reflexión sobre el papel que tenemos como jóvenes en el desarrollo dialéctico de nuestra sociedad a fin de ser protagonistas y responsables de los procesos de cambio que nuestro país necesita. Igual extiendo este mensaje a todos los jóvenes del mundo, en especial, de Latinoamérica que tanto necesita empoderarse hacia la innovación y los grandes desafíos de la Era Tecnológica y del Conocimiento.
¿Si los grandes cambios de la humanidad a lo largo de generaciones, naciones, países e imperios han sido promovidos y ejecutados por jóvenes desde la antigüedad hasta la modernidad, y vemos los casos de Alejandro Magno hasta Mark Zuckerberg, desde Fidel Castro hasta Barack Obama, desde Juan Pablo Duarte hasta José Francisco Peña Gómez, ejemplos hay de sobra, entonces, por qué hoy en la República Dominicana debemos ser la excepción a esa regla histórica y dialéctica? Y, frente a esta interrogante de compromiso, quiero dejarles claro que esto no debe ser subordinado exclusivamente a "la política" sino a la existencia misma de nosotros como seres humanos, de un compromiso indelegable, impostergable y privilegiado, pero sobre todo de nuestra función como entes sociales, hijos, hijas, padres y madres de otros y otras que también merecen un mejor espacio para vivir en el futuro y no solo ‘vivir por vivir’ sino ser parte de una vida presente que acaba pero que no debe acabar en el futuro para quienes nos sucederán en la dinámica ineludible de la naturaleza, pues como bien dice el poema de Rubén Darío: "Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!".
Nosotros, los jóvenes, que ya comprendemos más de la mitad de la población demográfica y la más influyente a pesar de las limitaciones de desigualdad social en todos los órdenes de la vida nacional, debemos unir esfuerzos conjuntos, sin distinción de clases ni estatus social, ideología ni afiliación política, raza, color o procedencia, creencia religiosa, ni de género ni orientación sexual, actividad privada o pública, para aglutinarnos en una “Sangre Nueva” –como ya he definido antes en un artículo ensayístico- que, como movimiento social, trabajemos juntos y juntas, de manera decidida e indetenible, hacia la instauración de un nuevo paradigma social, político y económico pero sobre todo un estilo de sociedad basado en la cultura de valores, de amor y respeto a la colectividad y de cada individuo, el Estado de Derecho, y en la búsqueda permanente de la dignificación del ser humano.
Felicito a todas y todos aquellos que compartimos esta visión e ideal, a quienes la practican día tras día con su ejemplo tratando de hacer realidad las aspiraciones de ser mejores ciudadanos y ciudadanas; de ser mejores personas y entes de transformación y cambios continuos hacia la perfección y el bienestar general, pero sobre todo, de entrega y servicio de quienes se inmolan desinteresadamente, tanto ahora como los que antes lo hicieron, para dejar un legado positivo y loable a favor de la posteridad. Pido a Dios Todopoderoso, en este día, os de sabiduría, salud y fortaleza de espíritu para no claudicar en la lucha campal hacia tan nobles propósitos. ¡La sociedad nos necesita!
Y, para terminar decirles, como sugiere José Ingenieros, en su obra "El Hombre Mediocre", que la juventud no se fundamenta en la edad sino en la existencia de valores e ideales renovadores que nos lleven al cambio de la realidad, a la innovación permanente, pero sobre todo hacia una posibilidad de la perfección moral.
¡Jóvenes dominicanos y dominicanas! ¡Tengamos ilusiones, luchemos por ellas! Porque "Las ilusiones tienen tanto valor para dirigir la conducta, como las verdades más exactas; pueden tener más que ellas, si son intensamente pensadas o sentidas", dice José Ingenieros. Pongamos esto en práctica y verán las formidables cosas que pueden lograrse para forjar un mejor porvenir, el que todos y todas aspiramos, el que necesitamos, pero sobre todo el que merecemos.
Más que nunca, es un día para tomar consciencia de todo ello, de tener ilusiones, y de luchar porque nunca mueran los ideales. Nunca muera el espíritu joven. ¡Feliz Día Nacional de la Juventud!
Esta es la reflexión emotiva que he querido legar en este día.