21 Gramos es 0.462971 Libras y es supuestamente el peso que pierden los seres humanos al morir, por lo que algunos deducen que es el peso del alma. Esto según Paul Rivers, protagonista de la película “21 Gramos”, escrita por Guillermo Arriaga y dirigida por el laureado director mexicano Alejandro Rodríguez Iñárritu. El tema viene del físico estadounidense Duncan MacDougall, quien a principios del siglo pasado postuló que el alma debía que tener una masa o sustancia medible, argumentando lo siguiente:

“Partiendo del supuesto de que si las funciones psíquicas continúan existiendo como una individualidad o personalidad separada después de la muerte del cerebro y del cuerpo, entonces tal personalidad sólo puede existir como un cuerpo ocupante de espacio. Y como se trata de un “cuerpo separado”, diferente del éter continuo e ingrávido, debe tener peso, igual que el resto de la materia. Esa sustancia, obviamente, se desprende del cuerpo en el momento de la muerte, y por lo tanto la pérdida de peso debe ser medible”.

Después de una serie de experimentos determinó que el cuerpo humano perdía 21.26 gramos, de aquí dedujo que ese era el peso del alma. Claro esto ha sido rebatido por otros científicos, por ejemplo, el Dr. Francis Crick (Premio Nobel de Medicina 1962), aseguró que los 21 gramos que había percibido MacDougall en sus experimentos era una pérdida del proceso físico del cuerpo, exactamente del cerebro y no del alma. Atribuyendo a que la actividad neuronal produce un campo eléctrico que hace que los cuerpos sean ligeramente más pesados en vida.

Esta semana enfocaremos algunos aspectos básicos, desde nuestra humilde óptica, de lo que debe ser la banca hacia el futuro, a través de una suerte de reestructuración revitalizadora, sin querer pecar de agoreros de tétricas desapariciones y pérdidas de peso.

El sector bancario mundial debe redefinir la gestión de negocios, pues lo que no evoluciona desaparece. Ya he escrito como el sistema capitalista ha dado muestra de ser el más versátil de todos los sistemas económicos (“Capitalismo para el futuro”, Acento, 26/10/16) y su base, el crédito, con sus gestores deben ir a la vanguardia, a la par, complementándose, en ese indefectible proceso evolutivo que implique un apoyo real al crecimiento económico sostenible pero más que nada inclusivo.

Para las economías capitalistas el peso del sector bancario y financiero es significativo, vital. Todo el crecimiento de la economía es canaliza de alguna forma por el sector. De aquí que las crisis financieras tiendan a convertirse en crisis económicas. Se afectan los ahorros de las familias y las reservas de las empresas, lacerando las inversiones y por ende el sistema de pagos, derivándose de forma negativa para todos los demás sectores. El compromiso del sector bancario, es muy serio, rebasa la “Responsabilidad Social Corporativa”, que se ejerce vía el gobierno corporativo. Para este caso: Clientes, Móviles (Celulares), Disminución de Efectivo, Compartir informaciones y el De-Risking, son de las variables a tomar en cuenta.

Los Clientes. Uno de los puntos del reenfoque debe basarse en los Clientes, pues el negocio financiero se basa en la confianza y ésta siempre debe ser abonada, podada, regada. Ofrecer los servicios que los clientes necesiten, prever que servicios les ayudarían a ser más competitivos ahora y en el futuro para que mejoren continuamente su productividad. Eso sí, nunca descuidar los costos administrativos, pues estos tienden a mutar como bumerangs que retornan sin control.

En una economía como la nuestra la bancarización es un paso fundamental y ese proceso inclusivo va ganando terreno con los Agentes Bancarios y las facilidades que la banca local está brindando. Todo se ha traducido en un aumento de la bancarización, la cual a la fecha supera el 52%. La tendencia actual es que los clientes requieren de una combinación de servicios personalizados y rápidos, por lo que proveer servicios financieros y de pagos en tiempo real, pero contando con la atención de algún empleado o funcionario útil, cuando lo requiera.

Los móviles. A mediados de 2015, según cifras del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel), en el país existían 1.1 millón de líneas telefónicas fijas, 8.4 millones celulares móviles activos, de los cuales 6.7 millones eran del tipo prepagados (79.3%) y pos pagos 1.7 millones (20.7%), mientras que el total de líneas activadas era de 9.7 millones. Eso significa que para esa fecha existía un 0.78 celulares por habitantes. Definitivamente, por su naturaleza, esto convierte a los móviles en un medio y un canal de distribución que ya la banca está explotando como un mecanismo para efectuar pagos, pero adicionalmente serán muchas las ventajas que se puedan explotar. El reto estará en contar con sistemas de seguridad y antifraudes eficientes, que además evolucionen proactivamente.

Disminución del Efectivo. La bancarización ofrece una mayor transparencia y seguridad en las operaciones, pues hace que disminuyan las operaciones en efectivo, las que por su naturaleza pueden ser más fáciles de cosmetizar a las autoridades fiscales, accionistas o reguladores. El efectivo no desaparece, se bancariza, que no es lo mismo que dinero virtual (No Desaparición, diferencia entre dinero virtual, el cual no existe materialmente. El uso de este tipo de dinero (Virtual) también tiende a crecer cada día y no desaparecerá, crecerá. En tal sentido, insistimos, ese tipo de moneda debe ser regulada. Prohibirla sería crear un mercado negro que resultará lesivo en todos los órdenes.

Compartir Informaciones. Facilitar las operaciones entre bancos y que compartan las informaciones de identificación de sus clientes, como de los últimos beneficiarios, es un reto a cumplir en el futuro inmediato. A ambas partes, les facilita las operaciones y el proceso de un cumplimiento efectivo, saludable y transparente.

 

De-Risking. Ya el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), ha emitido las normas de De-Risking. Lo que se debe impulsar es la aplicación genérica de las mismas. Esto sólo con el objetivo de lograr contar con un documento que sea útil para todos los países. Después de analizar y exponer el pernicioso efecto causado por la política de De-Risking, se concluyó que afecta injustamente al flujo de financiamiento del comercio internacional, lo cual frena las economías. Estos son algunos de los puntos de referencia a tomar en cuenta por la banca en el futuro inmediato.

 

Por otro lado, en 2015, en el 60 aniversario de la Banca de Crédito Cooperativo de Roma, el Papa Francisco I, instó a los banqueros presentes, y en ellos a los de todo el mundo, a ser honestos, a luchar contra la corrupción y a humanizar la economía.