Al salir una campaña publicitaria y propagandística con recursos del Estado, para promover un segundo mandato del señor Presidente, Danilo Medina Sánchez y escuchar lo que dijo ante un grupo de periodistas en el Palacio Nacional: “La gente debe recordar que aún me faltan dos años de Gobierno (…) las candidaturas de los partidos tienen plazos fatales, cuando llegue el momento someteremos nuestra opinión (sobre la reelección) al electorado, si es que aún requieren mi opinión sobre este tema”, nos llevan al presente análisis.
En el año 2007, mediante la ley No. 3-07, se aprobó el Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos, hoy Presupuesto General del Estado, con un resultado financiero de superávit por 2 mil 266 millones de pesos, como consecuencia de estimar un total de ingresos de 219 mil 402 millones y una propuesta de gastos de 217 mil 136 millones.
Al finalizar el año, el superávit alcanzó la suma de 3 mil 695 millones fruto de una percepción de ingresos por 238 mil 89 millones y un total de gastos por la suma de 234 mil 394 millones, es decir que se superó la meta fiscal de 2007, permitiendo reducir la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF).
Los hechos que explican la obtención de un superávit financiero fueron los impactos en el incremento de los ingresos por las reformas tributarias realizadas, ya que los mismos crecieron un 9% con relación a lo estimado, y un aumento moderado de los gastos en un 8 %.
Justamente, el 8 de diciembre de 2005 fue promulgada la ley No. 557-05 para fortalecer y aumentar las recaudaciones de fuentes internas tras la puesta en marcha del DR-CAFTA.
El 28 de diciembre de 2006, se promulgó la ley No.495-06, de Rectificación Tributaria, motivada en que el Gobierno dominicano, del Presidente Dr. Leonel Fernández Reyna, estaba comprometido a mantener la disciplina fiscal y la estabilidad financiera, como uno de los pilares del crecimiento económico, mejorar las cuentas públicas, honrar los compromisos de deuda interna y externa, y a su vez cumplir con los Objetivos del Milenio.
¡Cuánta esperanza en los discursos y cuánta frustración en la realidad!
¡Cuánta esperanza en los discursos y cuánta frustración en la realidad!
El 17 de julio de 2007, el Dr. Fernández Reyna como una medida con miras a su reelección en el 2008, promulgó la ley No. 172-07, que redujo la tasa del Impuesto Sobre la Renta, estableciendo la tasa marginal del 25% tras haberla incrementado en el año 2005 a un 30%; así como la ley No. 173-07, de Eficiencia Recaudatoria, motivada en la necesidad de lograr simplificación y eficientización en la percepción de los tributos.
El 20 de julio de 2007, se promulgó la ley No. 183-07, de Amnistía Fiscal, motivada en cumplir con el Tratado del DR-CAFTA asegurando la transparencia y promoviendo la competitividad a través de garantizar la equidad tributaria, combatiendo la evasión fiscal.
Cabe recordar que el gobierno del Presidente Fernández Reyna estaba bajo la vigilancia del Fondo Monetario Internacional (FMI) por el Acuerdo Stand By, firmado el 31 de enero de 2005.
Sin embargo, luego de obtener un superávit financiero en el 2007, como consecuencia de la campaña por la reelección del señor Presidente Leonel Fernández Reyna en el 2008, se inició un modelo presupuestario clientelar y deficitario insostenible, acumulando al 31 de diciembre de 2013 un déficit superior a los 400 mil millones de pesos, en tan solo 6 años.
Mediante la ley No. 15-08, del 10 de enero de 2008, se aprobó en el Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos un déficit de 10 mil millones, al estimarse ingresos por 250 mil millones y una propuesta de gastos por 260 mil millones.
No obstante, al 30 de abril el déficit financiero del Gobierno Central se situó en 32 mil millones, 16 días antes de las elecciones donde el Presidente Fernández pretendía reelegirse, terminando el año 2008 con un presupuesto deficitario de 54 mil millones, al ejecutar gastos por 304 mil millones y percibir ingresos por 250 mil millones.
Es decir, que mientras los ingresos solo crecieron en 0.2 %, la reelección incrementó los gastos en un 17 %, siendo las partidas más significativas las Transferencias Corrientes con un incremento de 30 mil millones, al pasar de 69 mil millones aprobados por el Congreso Nacional a la suma de 99 mil millones, equivalente al 43 %; así como las Transferencias de Capital, que se incrementaron en 10 mil millones, equivalente al 56 % de lo presupuestado, y el pago de Remuneraciones que se aumentó en 7 mil millones con relación a lo presupuestado.
Es decir, que los Organismos Autónomos y Descentralizados, básicamente, fueron los instrumentos para canalizar los recursos necesarios para lograr la reelección del Presidente Leonel Fernández Reyna en el 2008 a través de las transferencias y que ocasionaron hasta ese momento el mayor déficit financiero del Gobierno Central, nunca visto en la historia dominicana, ni siquiera en el 2004 como consecuencia de los robos bancarios que alcanzó la suma de 9 mil millones de pesos.
Como muestra de la anterior afirmación basta ver que en el 2009 las Transferencias Corrientes ejecutadas por los Organismos Autónomos y Descentralizados resultaron 25 mil millones de pesos menos que en el 2008.
Como consecuencia de este déficit el Gobierno se vio en la obligación de aumentar el endeudamiento aprobado para ese año en 48 mil millones de pesos adicionales, equivalente al 93 % de incremento, impactando negativamente en el 2009 con un crecimiento en el servicio de la deuda en la suma de 32 mil millones de pesos y una disminución del gasto de capital de 21 mil millones.
A partir de este reeleccionista 2008, los déficit del Gobierno Central continuaron en 50 mil millones en el 2009, 54 mil millones en 2010, 57 mil millones en 2011, hasta alcanzar la suma de 153 mil millones en otro año de elecciones 2012, que si bien es cierto no hubo reelección del Presidente, si lo hubo del partido gobernante, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Conforme a la ley No. 294-11, del Presupuesto General del Estado, correspondiente al ejercicio fiscal 2012, el déficit financiero aprobado para todo el año era de 22 mil millones de pesos, sin embargo, al finalizar el mes de mayo ascendía a 100 mil millones, ejecutado contrario a la Constitución de la República y a todas las leyes del Sistema Integrado de Administración Financiera del Estado (SIAFE), tal cual pasó en el 2008; al finalizar el año totalizó 125 mil millones, de acuerdo al Estado de Recaudación e Inversión de las Rentas de 2012, preparado por la Dirección General de Contabilidad Gubernamental, y 153 mil millones según otras fuentes.
Todo, como consecuencia del uso abusivo de los recursos públicos para mantenerse en el poder el PLD y que el licenciado Danilo Medina Sánchez llegara a la presidencia.
Las partidas más abusadas, con aumentos fuera del presupuesto aprobado y puramente clientelares, estuvieron integradas, al igual que en el 2008, por las Transferencias Corrientes incrementadas en un 40 % de lo presupuestado, equivalente a 32 mil millones, al pasar de 78 mil millones aprobados a 120 mil millones ejecutados.
De igual manera, el Gasto de Capital se incrementó en un 37 %, equivalente a 36 mil millones, al ejecutarse 133 mil millones cuando aprobado eran 97 mil millones; mientras los Gastos Corrientes se aumentaron en 27 mil millones, a pesar que a los intereses de la deuda se le dejaron de pagar 10 mil millones con relación a lo aprobado.
Para atender este nivel de déficit el Gobierno debió incrementar el endeudamiento en un monto de 109 mil millones, igual a 140 % de lo presupuestado que ascendía a 78 mil millones, sin tomar en cuenta 28 mil millones que no fueron registrados y que elevaron el déficit financiero real hasta 153 mil millones al final del año 2012.
La consecuencia de este manejo irresponsable de las finanzas públicas, sin control, con miras a mantener el poder, llevó al Congreso Nacional del PLD aprobar la reforma tributaria de 2012, que elevó las cargas impositivas a la población más vulnerables y a la clase media, con tan solo mencionar el incremento del ITBIS en un 12.5 %, al pasar de 16 % al 18 %.
Otra consecuencia de esta política presupuestaria clientelar y deficitaria por la reelección, no menos grave, lo constituye que ya al 30 de julio de 2014, de cada 100 pesos de impuestos que usted pagó, el Gobierno debió utilizar 48 pesos para el servicio de la deuda pública, 41 pesos para Transferencias Corrientes y 29 pesos para Remuneraciones, creando un faltante de 18 % en tan solo tres objetos del gasto, teniendo que tomar prestado para pagar intereses, lo que nunca debe hacerse.
De igual forma, la Deuda Pública del Sector Público No Financiero, de acuerdo a la Dirección General de Crédito Público, desde el 31 de diciembre de 2007 al 30 de junio de 2014, se ha incrementado en 183 %, equivalente a 15 mil 664 millones de dólares.
En definitiva, la reelección ha incrementado la falta de cumplimiento de la ley, que se traduce en menos institucionalidad, más corrupción e impunidad, y escaso desarrollo humano.
¿Qué pasaría si volvemos a vivir en el 2016 otra relección?