Uno no vive aislado, aunque se crea la persona más individualista y autosuficiente del mundo. Somos partes de una red de vida, de un ciclo permanente, fluido, integral y simbiótico.
Hay una integración de todos los elementos de la existencia humana a la naturaleza, al mundo, a la vida total de la existencia en esta tierra.
Hay, asimismo, una interdependencia de todos los fenómenos como individuos. Dependemos de los procesos de la naturaleza y de las fuerzas que mueven la sociedad… Y cada acto nuestro es una muestra de esa red de vida.