Aprovecho las fechas de descanso en navidad para realizar algunas recomendaciones bibliográficas a quienes son curiosos o amantes de la filosofía:

  1. Como renovar la filosofía, de Hilary Putnam. Preocupado por el desafío intelectual que representa para el pensamiento contemporáneo encontrar una vía intermedia entre el cientificismo -que incentiva a una postura acrítica sobre la ciencia- y el relativismo postmoderno -que promueve posturas teóricas anti-científicas- Putnam realiza una propuesta renovadora de la filosofía a partir de dos clásicos contemporáneos: Ludwig Wittgenstein y John Dewey.
  1. El futuro de la religión, de Richard Rorty y Gianni Vattimo. En realidad, no se trata de un libro escrito conjuntamente por estos dos referentes de la filosofía de postguerra. Se trata de una compilación de textos de los dos autores, recopilado por Santiago Zabala. El problema fundamental que se aborda es el legado del cristianismo y su función en un mundo que parece no tener ya espacios para doctrinas que proponen valores absolutos.
  1. Filosofía como política cultural, de Richard Rorty. En este cuarto volumen de los Escritos filosóficos, el clásico de la filosofía norteamericana de postguerra analiza, a través de una serie de ensayos publicados durante una década, la naturaleza y función que la filosofía puede desempeñar en la cultura contemporánea, alejada del ideal de un saber fundamentador y privilegiado.
  1. Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones, de Michel Foucault. No dejaré pasar por alto los treinta años de la muerte del filósofo del poder para recomendar este texto que recopila una serie de conversaciones escogidas por Miguel Morey y donde el lector puede adentrarse en los problemas filosóficos fundamentales planteados por el filósofo francés, como: las características del poder, la dimensión represiva de las instituciones, entre otros temas capitales de la filosofía política.

Estos textos nos dan una panorámica de muchos de los problemas básicos con los que lidia la filosofía contemporánea y, como ocurre siempre con los grandes textos filosóficos, si nos acercamos a ellos con seriedad, humildad y apertura, terminamos transformados en nuestra actitud sobre el conocimiento, la sociedad y la vida.