La colonialidad es una realidad cruda de significantes que generan discursos que preconizan memorias. Es una voluntad dirigida desde la modernidad. A decir del sociólogo peruano Aníbal Quijano, es “…un universo de relaciones intersubjetivas de dominación, bajo hegemonía eurocentrada. Es una memoria de exclusión del Otro.

Empero, ese Otro se desgaja en los diálogos, construyéndose indudablemente desde diferentes espacios de resistencia. Unos abanderados por la intelectualidad crítica y otros excluidos en los lugares marginados de lo urbano y lo rural desencajando las piedras. Es el que descoloniza una memoria para la libertad, en una contextualidad de heterodoxias arraigadas en los aparcamientos y bordes de la historia. Y es en este contexto abigarrado que surge nuestra pasión por descolonizar la memoria de los pueblos originarios del Caribe ancestral.

Hoy encontramos nuevas propuestas políticas que se enmarcan en la memoria y en la recreación de lo que queremos y podemos ser. Y es en este contexto que aparece Guabancex Viento y Agua como un nuevo sujeto que escenifica el rechazo y el encuentro. Es el movimiento que enlaza el presente. Es una decisión y postura política que se sostiene en argumentos epistémicos descolonizadores. Es una alocución invertida, ya que parte de los diálogos de la marginalidad.

Es el Grito que anuncia una comunidad que está abriendo puertas no conocidas por la historiografía o la etnología eurocentrista. Es la propuesta histórica de desvelar la memoria, edificar y reivindicar una cultura viva. Hoy rechazamos la colonialidad republicana que enmudece con prácticas xenófoba, exclusión y posturas clasistas que mistifican los diálogos de la corrupción y de la opresión.

Los pueblos originarios permanecen, no están cosificados en estantes. Es una estructura viva que se vitaliza en su accionar cotidiano, labrando la tierra o tejiendo los paños que las maquilas globalizan. Es un pueblo con derecho a emerger y anunciarse. Es un conjunto de identidades, cosmovisiones y sabidurías que reclaman su lugar y la libre determinación de existir en espacios de relaciones sociales de empoderamiento, de recuperar las subjetividades y el conocimiento del sí mismo.

Es el presente visible en la sonrisa de cada uno/a de nosotras/os. Es el sujeto no disciplinado, ni domesticado por la historia. Eres tú y soy yo enmarcado en los horizontes descolonizados. Es la nueva identidad que apuesta por el Buen Vivir.