La población dominicana mostró su insatisfacción con los resultados de la políticas públicas que promueven estabilidad macroeconómica. El apoyo masivo a la huelga general del pasado 11 de julio confirma el rechazoy desaprobación de la presente administración del gobierno. Los resultados de la encuesta CID-GALLUP señalan que el 63% de los dominicanos valoran la gestión del presidente Fernández como la peordela región centroamericana y de la República Dominicana. Por eso resulta extrañouna convocatoria a un paro nacional, cuyo cumplimiento fue mayor a un 90%, cuando el país exhibe un desempeño económico similar al de países de reciente desarrollo industrial (i.e. China e India).
El modelo económicoque la presente administración ha construido, basándose en la aplicación de un conjunto de políticas públicas, no ha reducido la elevada tasa de desempleo pese alsobresaliente crecimiento económico. Los niveles de pobreza se redujeron marginalmente (el Banco Mundial estima la pobreza alrededor del 50.5% de los dominicanos) y la distribución del ingreso es semejante a los niveles prevalecientes durante la pre-crisis (2000-2002). Por otra parte el impuesto inflacionario ha contribuido al empobrecimiento de los grupos vulnerables.
Según el Foro Económico Mundial, la educación dominicana es una de las peores del mundo. El sistema de seguridad social ha beneficiado al sector privado de la salud, dejando desamparados de ese servicio básicos a los dominicanos de menores ingresos y ofreciendo un servicio de salud caro para el resto de los usuarios.
Hace poco tiempo el gobiernoreconoció ante las Naciones Unidas que la República Dominicana no cumplirá con los objetivos de desarrollo del milenio para la fecha indicada.Sin embargo, dentro de poco tiempo la capital dominicana dispondrá de dos líneas ferroviarias dedicadas al transporte de pasajeros con un subsidio anual que superaría los US$50 millones considerando las informaciones ofrecidas por la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) para la primera línea del Metro de Santo Domingo. Además se construyen elevados, túneles, pasos a desnivel, parqueos, edificios de apartamentos en zonas residenciales muy exclusivas, carreteras turísticas, entre otros. En cambio, los hospitales carecen de los materiales esenciales para ofrecer un servicio apropiado a los afectados por cólera, en su mayoría perteneciente a la población vulnerable.
El gobierno jerarquizó sus limitados ingresos y priorizó sus objetivos;considerando este ejercicio de racionalidadel gobierno eligió favorecer al sector de la construcción y a su clientela entre 2005-2010. Desde el punto de vista financiero resulta imposible financiarlos hospitales, dotar de agua potable a la población, recoger la basura, mejorar los servicios educativos y, al mismo tiempo, construir la segunda línea del metro, el Corredor Duarte, parqueos y los centros provinciales de la UASD.
La situación financiera del gobierno se empeora porque la dirigencia política del partido oficial favoreció a su clientela política, ampliando el empleo público y generalizando los subsidios. De aquí, que el millón de dominicanos que ha mejorado su situación económica está vinculado a las acciones clientelares del gobierno.
En este ámbito resulta perentorio para que el crecimiento sea incluyente cambiar el modelo económico de crecimiento empobrecedor, así como la concepción del Estado y del gobierno para lograr un desarrollo social más armónico. El estado,tal y como se concibió en sus orígenes, se asemeja a un pacto social en el que convergen todas las clases sociales,fundamentándose en la igualdad ante la ley.
Este fundamento de la democraciadebe ser repensado a la luz de la nueva composición social dominicana. El nuevo empresariado-político-partidario es una nueva clase que conscientemente reclama un espacio en el Estado. Con esto demanda reconocimiento y respeto a su igualdad legal, aún cuando haya sido frutode la violación de la ley que le otorgó su categoría empresarial.
El estado y el gobierno históricamente han jugado roles fundamentales en el desarrollo de las naciones. En la democracia el estado concibe al gobierno como un ámbito de balance del conjunto de las actividades privadas que participan en los mercados;es el regulador de los mercados que evita distorsiones que reducen el bienestar de la población.
Desde 1966, los gobiernos dominicanos como instrumento del desarrollo han mostrado debilidad institucional en la instrumentación de sus políticas que promueven el crecimiento y desarrollo de la nación dominicana. Este carácter ha sido aprovechado para estructurar negocios exclusivos al amparo de leyes particulares que desaparecerían al lograr madurez productiva.
Esta debilidad institucional alcanzó niveles que cuestionan la concepción del Estado en la democracia dominicana. Tradicionalmente algunos políticos se ha enriquecido en cada administración gubernamental; pero la actual administración la élite del partido ha devenido en empresarios a costa de la focalización del presupuesto a sus firmas particulares. Estos empresarios son tan poderosos, política y económicamente, que modernamenteson parte dela élite social que cataliza las transformaciones políticas, económicas e institucionales en el Estado dominicano.
A los políticos generalmente se les situaba, hasta el presente gobierno, como servidores públicos, agentes promotores de cambios en la orientación de las políticas de desarrollo. A partir de ahora son promotores de sus propios intereses de clase y las tareas del desarrollo se supeditan a sus intereses. Con esto el Estado está a punto de perder su condición de aglutinador social bajo las reglas de igualdad, por lo que a partir de ahora segenerarían contradicciones políticas al colocar en manos de mesnada presidencial la dirección institucional, económica y política del gobierno.