Sin duda alguna hablar de República Dominicana, es hablar de playa, chercha, ron y mujeres, así se ha concebido por parte de las autoridades a lo largo de los años. Donde hay playas y turismo, hay prostitución y alcohol. Hace unos años, un alcalde de una de las comunidades del norte del país, defendió ésta vieja práctica, cito: “Yo no quisiera que se atente contra la prostitución, porque eso es lo que sostiene la actividad económica en Sosúa y Cabarete”.

Pero llama mi atención y siempre me he preguntado, (me limitaré a la cuidad de Santo Domingo), ¿por qué no buscar que Santo Domingo sea un destino Cultural? Explotar nuestra ciudad y ser un destino de corta estadía. Incluso, ser una opción a nivel regional y seducir a los nacionales de esos países caribeños que también cuentan con playas.

De aquí partió todo y nació el Nuevo Mundo. No es que olvidemos las playas, es que aprovechemos la ciudad y todo lo que tenemos. Que se creen políticas turísticas enfocadas a explotar nuestra ciudad, desde una perspectiva diferente. Lograr acuerdos interinstitucionales e interministeriales para hacer de Santo Domingo una propuesta cultural y adquirir un turismo diferente.